domingo, 9 de septiembre de 2012

Los escupitajos del arzobispo

Ramón Ábalo

Los popes de la iglesia católica, al menos aquí en la Argentina, con pocas excepciones, son un muestrario de la paleontología, la ciencia que estudia el pasado de los seres vivientes hace millones de años, como los dinosaurios. Es decir, que nos referimos a fósiles. Pero, claro, estos están vivitos y coleando, gozan de muy buena salud, son banqueros, juegan en la bolsa, y son los más conspicuos epicúreos. Son obispos y cardenales que visten la púrpura y dan misa en altares exuberantes de oro y piedras preciosas. Piadosos de ocasión, se relamen cuando tienen que bendecir las armas de unos y otros, y en paralelo, como ocurre en el sur mendocino – San Rafael y Malargüe- incursionan cotidianamente y “a full” en las escuelas públicas, las del estado y de la sociedad. Ágiles para la preservación de sus intereses terrenales, crean institutos de educación para la formación de docentes.

El objetivo fundamental es que esos docentes, adoctrinados con los reflujos ideológicos de la cruz y la espada, reproduzcan el mensaje en las aulas de la escuela pública. En momentos de naufragio de los valores democráticos, concilian el poder divino con el terrestre en manos del partido militar. Estos caudales crematísticos son en esencia depredatorios de la subjetividad popular. Peor, al incursionar en las aulas de niños y púberes, encuentran la tierra virgen para el cultivo de sus mundos metafísicos, idealistas, abstractos. Antidialécticos. Para muestra, este botón: allí en Malargüe, la tierra del padre Pato, el Opus Dei y el Verbo Encarnado, explayan su veneno ideológico en redes sociales y vomitan: "el kirchnerismo es un régimen comunista de corte fascista", y firma "el cipayo". Está clarito de dónde emergen esas aparentes torpezas identitarias de regímenes ideológicos: desde las alturas de ese poder, como los dichos de Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en que se pontifica contra "el adoctrinamiento político-partidista" que realiza La Cámpora en colegios secundarios, y además, que "la misma agrupación intenta infiltrarse en las escuelas católicas", y añade "que se realiza desde hace tiempo mediante los diseños curriculares de materias nuevas como Construcción de Ciudadanía y Política y Ciudadanía, que se inspiran en Nietzsche, Horkheimer, Foucault y Gramsci pero no aparece ningún referente de la tradición política y social argentina...nosotros no necesitamos que la agrupación aludida se entrometa en nuestras escuelas porque el proyecto educativo católico incluye una dimensión muy importante de formación para la vida social".

El lenguaje del arzobispo es como una reproducción del pasado nefasto: adoctrinamiento, infiltrado; el pecado de lo nuevo (materias nuevas), tradición (Tradición, Familia y Propiedad), el conocimiento, las ideas, la pluralidad (Nietzsche, Horkheimer, Foucault, Gramsci). La Cámpora, los jóvenes, lo plural, lo nuevo, estigmatizados "en nuestras escuelas católicas", como supremacía del catecismo pasivo, acrítico.

En la Calle Larga y en la Media Luna, cuando un vago de la barra afirmaba sus pretensiones en promesas propias incumplidas para obligar al otro a cumplirlas, se le gritaba "boludo, estás escupiendo pa' rriba, y se lo echaba a patadas.

La Quinta Pata

1 comentario :

http://rolandolazarterapeutacomunitario.blogspot.com/ dijo...

Comprendo y comparto la crítica a la Iglesia oficial. No hay duda que hay que democratizarla, disolver sus alianzas con el poder político y financiero, con la intolerancia. Pero hay otra iglesia, pobre y servidora, en los barrios, en las prisiones, en los derechos humanos, donde hay gente que necesita saber que no están sólos. Yo soy de esta iglesia, y te invito a visitar nuestro blog http://kairosnostambemsomosigreja.wordpress.com/

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