domingo, 7 de octubre de 2012

Juicios: “por dios, patria y hogar”

Ramón Ábalo

"Sistematizaron el terror como procedimiento", afirmó Julio del Monte, testigo en la causa de la desaparición de decenas de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista, a escala nacional, entre los días 6 al 8 de diciembre de 1977. También lo hizo María Inés Barbetti, quien fuera compañera de Alberto Gustavo Jamilis, secuestrado de su casa el 6 de diciembre de 1977.

María Inés relató que esa noche llegó una patota de unas cuatro personas, todas armadas, con el objetivo de secuestrar a su compañero Alberto Gustavo. "Se querían llevar a mi hijito de apenas dos meses de edad", dijo y afirmó que accedieron a no llevarla ni a ella ni al bebé, recibiendo al mismo tiempo una recomendación: "Piba, hacé de tu hijo un buen ciudadano", casi como ejemplarizando ese consejo con su propia actitud: la prepotencia armada, los destrozos y el secuestro de personas con la impunidad del terrorismo de estado.

Al final de la jornada le tocó testificar a Rolando Omar Domínguez, jubilado ya de la Fuerza Aérea y sobrino de María Domínguez, por lo tanto, primo hermano de Walter Domínguez, hijo de esta y desaparecido también el 7 de diciembre de 1977, militante del PCML. Este Rolando dijo que en 1975 había entrado a la policía de la provincia, y que un año después, aproximadamente, ingresó a la Fuerza Aérea, la IV brigada en Mendoza, a inteligencia, como personal civil. No recordaba mucho, prácticamente nada, menos aquel episodio cuando en la navidad de 1977 le dijo a su tía María, que "prepare una buena mesa de navidad, porque le habían dicho sus superiores, que Walter iba a llegar a su casa a festejar con sus seres queridos". El testigo, afirmó que para nada recordaba ese episodio, como tampoco otros momentos y nombres de sus superiores, y de sus tareas como miembro de un aparato de inteligencia. Su función, como la de sus compañeros en la oficina en la que trabajaba, era la de analizar situaciones de riesgo desde el punto de vista militar con respecto a Chile, país con el cual en esa época se tenían críticas diferencias que podrían provocar un conflicto armado. Para nada se trataba allí de lo que sucedía con lo que se llamaba "la subversión", reafirmó. Ante un requerimiento del miembro del tribunal, el doctor Burad, respecto a su sentir de la realidad de aquellos momentos respondió: "amo a mi patria y a mi familia", agregando que el lema de "Dios, patria y hogar" era su compromiso de vida. No obstante sus amnesias, corre el riesgo, por decisión del tribunal, de quedar implicado.

La Quinta Pata

1 comentario :

Jack Celliers dijo...

Dios patria y hogar?

Cantado que ese hombre es inocente, imaginate.

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