domingo, 2 de diciembre de 2012

“El amor nos destrozará”

Shirly Catz

El amor nos destrozará
Diego Erlan
Tusquets Editores, 2012
264 páginas

El amor nos destrozará, primera novela de Diego Erlan, está llena de música. No solo porque su título haga referencia al tema Love will tear us apart, de Joy Division, que vuelve una y otra vez junto a figuras como Abraxas y Charly García –expresando con la efectividad de una prosa simple el clima de los años 90– sino porque cada capítulo está escrito, como lo dijera el mismo autor, con la pretensión de constituirse en un tema de ese álbum que va armando el relato.

Más que un álbum, sin embargo, su canción-novela se aparece como una misma melodía, aunque con diversas tonalidades y matices, y en la que, si Love will tear us apart es su título, la necesidad de recordar es su estribillo: “Al fondo de la casa de mi abuela había una tapia pintada de blanco. Quiero acordarme”, “Quiero acordarme. Eran las tres de la tarde y yo miraba la escena desde el patrio mientras aplastaba hormigas con una piedra”. El “quiero acordarme”, entonces, se vuelve el estribillo de la voluntad contra aquello que todos los demás callan. El estribillo de una canción que constituye una novela de aprendizaje contra la generación de sus padres, contra la suya propia y, sobre todo, contra el silencio.

La novela nos atrapa desde el comienzo. Nos envuelve con el atisbo de lo que se desarrollará luego en su trama y aún no entendemos, y que sin embargo nunca terminaremos de entender del todo, al igual que le sucede al personaje principal. He allí el desborde del tradicional género de “novela de aprendizaje”. Nos atrae por el cambio narrativo que sugiere la mirada doble de un mismo personaje que, sin pretensiones teóricas, pasa con naturalidad de una tercera persona a una primera, en la búsqueda de una identidad que se vuelve eje. Y nos llama, finalmente, por su musicalidad, por su ritmo. No podemos dejar de leer del mismo modo en que, aunque quisiéramos, no podríamos dejar de escuchar lo que sucede en una habitación contigua.
▼ Leer todo
Así como Agustín, el protagonista de la novela, descubre por casualidad unos casettes que lo marcarán para siempre, nosotros nos encontramos con una novela que de repente también nos habla de nosotros mismos: de nuestra infancia, miedos, aprendizajes, primeros amores y la continua correlación muerte-vida, en todos los ámbitos, todo el tiempo. Se funda, también, en el cuestionamiento de la familia tipo, y en la posibilidad de buscar gente genuina a la que, tal vez solo por un rato, le divierta acompañarnos en el camino.

Es una de esas personas especiales la que puede decirle a Agustín finalmente el nombre de la canción que tanto lo obsesionaba sin saber por qué. Del mismo modo, al terminar el libro nosotros seguimos tarareando la melodía que Erlan compuso, con El amor nos destrozará en la cabeza, sin saber bien por qué, o por qué es tan nuestro. Pero a veces, como escribe Erlan, el final es el principio. Será cuestión de buscar esos nombres y una voz propia para nuestras historias.

Espacio Murena, 27 – 11 – 12

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario