domingo, 8 de septiembre de 2013

Zarpazo con motivo del mundial 78

Quien concurra de ahora en más a la platea cubierta del estadio Malvinas Argentinas podrá observar allí la placa que recuerda a 11 mendocinos que fueron secuestrados una semana antes del inicio del campeonato Mundial de fútbol de 1978, según el esquema represivo de la dictadura, para evitar el normal desenvolvimiento de dicho evento y al día de hoy permanecen desaparecidos.

Este es el texto del documento leído por la compañera Sofía D'Andrea, de Ex-Presas y Presos Políticos de Mendoza, en homenaje a los compañeros desaparecidos:

“Este magnífico estadio fue construido e inaugurado en la etapa de la Dictadura con motivo del Mundial ’78; aún en el peor contexto, el pueblo, e incluso algunos de nosotros, disfrutamos del Mundial pero sabemos que sirvió para mostrar al mundo una cara feliz de la sociedad argentina mientras sucedía el exterminio de miles de personas.

Así, en mayo de 1978, Mendoza se preparaba para ser subsede del Campeonato. En medio de júbilo popular, la Dictadura armó un operativo especial para evitar cualquier denuncia o manifestación en su contra o, sencillamente, para redoblar el control social por el imperio del miedo. Con ese fin emitió una disposición destinada a eliminar la “subversión residual”. El Grupo Especial 78 – GE 78 -, creado el año anterior se ocuparía de la faena, como resultado de su accionar se produjo un pico de desapariciones en ese mes y en todo el país. Coincidentemente, en Mendoza, entre el 17 y el 28 de mayo del 78 fueron secuestradas y desaparecidas Margarita Dolz, Raúl Gómez, Aldo Patroni, Gustavo Camin y Mario Camín, padre e hijo; los hermanos Daniel Romero y Juan Carlos Romero; Isabel Membrive, Victor Hugo Herrera, Juan José Galamba y Ramón Sosa. Estas 11 personas tenían un punto en común, años atrás habían sido activistas o simpatizante de alguna agrupación política disidente o de izquierda.
En marzo de 2013, el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mendoza condenó a prisión perpetua al ex jefe del D2, Aldo Bruno por su responsabilidad en la desaparición de nueve de las arriba señaladas. Actualmente están imputados por esta causa, entre otros Ignacio Medina, Adolfo Siniscalchi y Carlos Rico Tejeiro, detenido meses atrás.

El intento de explicar estas desapariciones arranca en los 70, etapa de efervescencia social rica en inquietudes transformadoras en las que se involucraron miles de jóvenes En el breve período democrático del 73 y aún antes, la militancia política y social produjo un sinnúmero de encendidas publicaciones y espacios de debate, los activistas se expresaban públicamente, mientras el aparato represivo trabajaba prolija y minuciosamente en su fichaje, este fue el caso del conjunto de los compañeros y compañeras que hoy recordamos. Todos tuvieron participación o cercanía a alguna organización en aquellos agitados años, aunque, en el momento que fueron secuestrados ya se habían retirado de la militancia.

Desandando la vida de cada una de las víctimas fue posible saber que Gustavo Camín era un empresario que, en los tempranos ‘70 expresaba a viva voz su adhesión a la revolución cubana, mientras su hijo Mario era un activista estudiantil de la Universidad Tecnológica. Los relatos de familiares y amigos enlazan a Juan José Galamba, Daniel Romero, Víctor Hugo Herrera y Margarita Dolz, los dos últimos amigos de Raúl Gómez, integrados Partido Socialista de Vanguardia antes del auge del peronismo; luego fueron tomando distintos caminos, sin embargo sostuvieron entre sí la relación de afecto y compañerismo fundante para quienes habían ingresado a la política con sueños transformadores.

Los hermanos Romero abrazaron el peronismo desde distintos lugares, Juan Carlos fue concejal justicialista por Las Heras, Daniel además de militancia partidaria, ofició de delegado sindical de SIMALCO y compartía labores en la fábrica con Aldo Patroni; Isabel Membrive y Ramón Sosa, al igual que losdos últimos estaban enrolados en el peronismo revolucionario, Isabel frecuentaba a Daniel Romero y Ramón a Juan José Galamba, en forma directa o indirecta todos estaban vinculados entre sí.

Para 1978, la Dictadura había apagado las voces y desarmado las organizaciones políticas; la militancia fue desaparecida, presa o exiliada; muy pocos permanecían en su lugar de origen. Al momento de ser apresados, Isabel Membrive y Juan José Galamba habían pasado a la clandestinidad porque un Grupo de Tareas intentó detenerlos en 1976; sobrevivían como podían, los más se habían recluido en su familia, sus hijos y su estudio o empleo. Todos, debido a la ferocidad de la represión, habían relegado la actividad política pero mantenían los lazos de amistad y apoyo mutuo, ayudando al que lo necesitaba para atravesar los malos tiempos. En esas circunstancias, los sorprendió el operativo del GE’78. Siguen desaparecidos y desaparecidas y no se sabe dónde están.

Hoy en ejercicio de la Memoria, en este lugar, el Malvinas Argentinas, patrimonio entrañable de las y los mendocinos deseamos resignificar su razón de ser; en nombre de las víctimas del operativo de Mayo de ’78, en el de sus familiares y los organismos de DDHH, decimos que nunca más el deporte sirva para encubrir crímenes, sino como herramienta social para las jóvenes generaciones y motivo de genuina alegría popular en un país con igualdad y Justicia.”

31 de Agosto en el Malvinas Argentinas

La Quinta Pata

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