domingo, 6 de octubre de 2013

Tello Roldán, el autoritarismo y Edipo Rey

Roberto Rojo

El Dr. Enrique Tello Roldán encarnó, durante largos 26 años, la tentación autoritaria al alcance de cualquier persona que puede hacerlo, que supo hacerlo y que tuvo cómplices para hacerlo.

Su larga trayectoria, que culminó hace pocos días, respondió largamente una pregunta que hice pública mediante artículo periodístico hace ya bastantes años: “¿Tello Roldán, un rector bananero?”. “Bananero” en el sentido de los dictadores centroamericanos o africanos, que transformaron sus repúblicas en republiquetas, el proyecto político e institucional en proyecto personal y familiar…

Y se sabe: Tello Roldán persiguió opositores, cesanteó posibles opositores, sembró el miedo, acomodó el Estatuto a su medida, incorporó sus hijos en la conducción universitaria y soñaba con la sucesión familiar en algo que consideraba propiedad privada.

Desde hace tiempo sólo toleraba una lista única, la Celeste, que le aseguraba su monarquía… Esta actitud nefasta opacó una tarea de gestión notable, que hizo crecer la UNLaR de manera ostensible.

Pero Tello Roldán ya fue, los tiempos se aceleraron al máximo y en menos de una semana el viento de la historia se lo llevó. Lo que siempre está latente es la tentación autoritaria, encarnada ahora, aparentemente, en los miembros de la Asamblea Universitaria y que fueron, según se mire, cómplices del rector renunciado, autoridades de la Universidad o el último vestigio de la legalidad cuestionada.

El planteo del profesor cordobés Cohen y otros confesos telloroldanistas se puede sumar a la antología de disparates que dejó su ex jefe: que el movimiento estudiantil rebelde se guíe por el Estatuto que diseñaron ellos para manejar todo de manera arbitraria. Precisamente se amparan en la legalidad del Estatuto “tellorroldanista” para continuar, a Rey muerto, Reina puesta, pretenden que la sucesora “legal” sea la vicerrectora Valeria Quintero…

No deja de tener su gracia este planteo, que ignora de manera deliberada que la “legalidad” esgrimida carece absolutamente de legitimidad, obvio de toda obviedad a la luz de los acontecimientos... Me imagino a los partidarios de los Reyes de Francia diciéndoles a los revolucionarios de 1789 “ustedes deben manejarse según el Estatuto de la Realeza porque nosotros somos el orden legal”.

Claro, el orden legal que los revolucionarios querían derribar. Milan Kundera, en una de sus novelas, les dice a los dirigentes comunistas que alegaban no saber de los crímenes de Stalin que hagan lo que había hecho Edipo Rey: Edipo no sabía que había matado a su padre y se había casado con su madre pero cuando lo supo se arrancó los ojos.

Los telloroldanistas sabían de las irregularidades de Tello Roldán y las apoyaban con entusiasmo, aunque a sus espaldas le decían “Tachito”, por el dictador Somoza. Y no se les pide algo tan drástico como arrancarse los ojos, sino que den un paso al costado y no perjudiquen más la vida universitaria. Pero como me dijo un alumno que participa en la toma: “Su planteo es coherente con la mediocridad y la mezquindad que exhibieron durante tanto tiempo junto a Tello Roldán, ¿Qué puede esperarse de ellos? ¿Algún acto de grandeza y generosidad?”.

Los “telloroldanistas” apuestan al desgaste, a generar problemas entre los estudiantes derivados de las dificultades administrativas, de la necesidad de seguir con las actividades normales, etc… Su plan de máxima es seguir manejando la institución, y de mínima salir bien parados y conservar algunos cargos.

En consecuencia adoptaron un discurso “comprensivo y paternalista” que expresa su vocero Víctor Maidana y que pide “consensuar para que se destrabe la situación porque estamos preocupados por los chicos para que no pierdan el cuatrimestre y empiecen a tomar clases”. Y para que no queden dudas de su “bondad” ofrecen negociar sobre la reforma del estatuto para elección directa, limitar la reelección y considerar la situación laboral de los docentes…

El Dr. Pedro Carreño dice que los alumnos y profesores autoconvocados ya han hecho todo lo que estaba a su alcance, lo demás debe ser atendido y remediado por la autoridad superior competente, el gobierno federal conforme las disposiciones de la Constitución Nacional y la Ley Federal de Educación Superior. En el más breve plazo.

Fuente

La Quinta Pata

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