domingo, 2 de marzo de 2014

Presentación del libro “Un vaso de agua”, de José Ernesto Schulman

En la sede del Centro Cultural Teresa Israel, Humahuaca y Acuña de Figueroa en el barrio de Almagro (Buenos Aires), el jueves seis de marzo a las 19 hs presentación de “Un vaso de agua”, el nuevo libro de José Ernesto Schulman con relatos y poemas sobre la lucha contra la impunidad y el amor en sus diversos modos.

Presentación a cargo de Fabiana Rousseaux, directora del Centro Ulloa de atención a las víctimas de violación de derechos humanos, Mirta Israel, dirigente de la Asociación Argentina de Actores, Victor Basterra, militante popular que estuvo secuestrado en la Esma, miembro del consejo directivo del Instituto Espacio para la Memoria, Iris Avellaneda, vice presidenta de la Liga y el autor.

Se realizará una muestra de dibujos de Cara Paola, autora de las ilustraciones del libro; artista plástica radicada en Granada.

En su séptimo libro, Schulman insiste en el mismo estilo de Los Laberintos de la Memoria, Diecisiete instantes de una primavera y ¿Si hubiera un cielo?: dar cuenta de las luchas en forma de relatos y poemas procurando recorrer el camino literario de Rodolfo Walsh, quien demostró que solo la ficción puede dar cuenta de la realidad social y política en condiciones extremas.

Como el autor no cree que la palabra deba ser considerada mercancía, el libro se venderá a un precio promocional que equivale al costo de la impresión: 20 pesos no equiparables a dólares o euros.

Dice Fabiana en el prólogo del libro: “Un vaso de agua, es la metáfora precisa y contundente de la responsabilidad social frente a los dispositivos del horror y la crueldad, la esquicia entre lo que se mira y lo que se ve. O para ser más claros, lo que no se puede mirar. Dice José crudamente, casi develando la metáfora “No era tan difícil, solo había que darle un vaso de agua a una señora mayor, sentada en la vereda de su casa, destruida por una bomba. Tan sencillo como eso.” Sin embargo, lo sencillo, lo obvio, la humanidad que radica en los actos cotidianos, quedan convertidos en “lo extraño”, en la extranjeridad del otro, en medio de la cultura impregnada por el terror y por la denigración deshumanizante que tal como advertimos en los testimonios de la época, hasta un vaso de agua a una señora mayor a la que le acaban de destruir su casa por una bomba, convierte a la señora mayor en “otro”, por fuera de los “intocados”, porque la tragedia tiene eso, toca a algunos, que deberán portar en sus cuerpos ese signo trágico y concentrar allí el dolor y la falsa extrañeza que encarnarán a la vista de la sociedad. De este modo, pueden respirar en paz “los otros”, los que no fueron alcanzados por la bomba… Este libro se para en ese borde de la escritura, sobre lo que carece de la textura de lo testimoniable. Sin embargo, cada palabra, cada frase se empecinan en dar un testimonio absoluto de lo vivido, de la filigrana de lo ocurrido, porque pareciera que si no entramos en esos detalles, nadie nos va a creer lo que todos vivimos. Paradoja insólita.”

La Quinta Pata

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