domingo, 4 de mayo de 2014

Un idiota

Ricardo Nasif*


Un idiota es aquel que no aprende del pasado,
un desinformado que no escucha al informado.
Un idiota por debajo del nivel,
un idiota es el que cree que todos son idiotas menos él.
(“Los idiotas”, Callle 13)

Sin ánimo de venganza, revanchismo o ímpetu de linchamiento, voy a ejercer mi derecho a la legítima defensa de los adolescentes agredidos desde la prensa.

En especial, dedicaré algunas consideraciones al idiota Manuel de Paz, editorialista dominical estrella del Diario Uno de Mendoza.

Idiotas somos muchos, temporaria o permanentemente. Hay toda una tipología de caracteres y comportamientos idiotas. El perfil de de Paz quizá se acerque más a dos de las definiciones que consagra la Real Academia de España: “corto de entendimiento” o “carente de toda instrucción” o valdría tal vez encuadrarlo en otra acepción más cuyana: el “idioto”, es decir el “malagestado” o cara de poto.

En fin, nuestro idiota de marras escribe y además tiene la suerte de los idiotas de hacerlo en uno de los diarios más leídos de Mendoza, justo el día de mayor tirada semanal. El pasado domingo 20 de abril, Manolo –permítasenos la confianza y camaradería-, plasmó una de las piezas argumentativas más logradas de la idiotez, al menos de la suya.

Manu –sorry, gordo-, obstinado en defender los intereses de un centro comercial que decidió limitar el ingreso de menores de edad a sus instalaciones, hizo público sin pudor el artículo intitulado “Adolecer en Palmares, la discusión que faltaba” (http://www.diariouno.com.ar/columnista/Manuel-de-Paz/Adolecer-en-Palmares-la-discusion-que-faltaba-20140420-0033.html ), donde con toda generosidad intelectual nos ofreció una serie de tips muy útiles para definir al sujeto adolescente y sus comportamientos desde la mirada reaccionaria, los cuales me tomo el atrevimiento de transcribir a continuación:

• Los adolescentes molestan. Siempre fue así.
• Ellos adolecen. Y eso quiere decir que tienen falencias. Que le faltan cosas. Que no son ni fu ni fa.
• Tienen problemas con sus cuerpos. Son torpes.
• Lo que más les gusta es agruparse. Ser parte de un gueto.
• Se animan a hacer cosas, tonteras.
• Son agüevonados. Cursan la edad del pavo.
• Son como potrillos. Corren, corcovean, se pechan, se pegan, no tiene el debido control sobre sus acciones.

Como nos tienen acostumbrados, los idiotas que escriben –como el suscripto- suelen adolecer de dificultades para definir los términos con precisión. En el caso de Paz, el editorialista oscila entre la negación ontológica del adolescente (no son ni fu ni fa, no tienen entidad) y la aceptación degradante del ser (son tontos, pavos y agüevonados o sufren un dolor, mal o padecimiento o tienen conductas animales).

Bastante fácil resultará darse cuenta, incluso hasta para los idiotas del corriente, que del ninguneo o de las concepciones simplistas y peyorativas acerca del ser se derivan consecuencias concretas sobre el hacer. O sea, si se los considera, como Manolo, cuasi seres humanos, personas incompletas o semisalvajes difícilmente se los pueda asumir como sujetos plenos de derechos y, por lo tanto, es posible que se avale pensarlos como objetos que pueden ser utilizados, reprimidos o violentados por los adultos sin mayores culpas.

Aunque idiotas, las definiciones de Manucho sobre la adolescencia no son enteramente originales, más bien se entroncan con una línea histórica afortunadamente perimida pero todavía funcional al autoritarismo.

Durante siglos de historia europea, por ejemplo, se consideró a los de las primeras edades como una cosa, una carga, un estorbo, seres sin alma, frutos del pecado, innatamente malos o una propiedad del padre. Ni hablar de las niñas que han pasado milenios siendo tenidas por menos que nada. Por lo tanto, en base a esas visiones, era legítimo para los mayores disponer de ellos, no brindarles ningún tipo de protección, maltratarlos, abandonarlos e incluso matarlos, sin recibir condena legal ni social.

La Decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, Florencia Saintout –ninguna idiota la profe-, en una columna de opinión publicada en enero de este año en el diario Página/12 ( http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-237895-2014-01-17.html ) pone la atención en que “…la concepción de que los niños son sujeto de derechos es novedosa con respecto a la occidental idea de la humanidad, incluso. Es recién en el siglo XX que se comienza a hablar de los derechos de los niños como personas”.

La Convención sobre los Derechos del Niño de la Asamblea General de la ONU de 1989, adoptada por la Argentina como Ley Nacional 23.849, establece los derechos fundamentales de los niños reconociendo como tales, mal que le pese a Manuel, a “todo ser humano menor de dieciocho años de edad”.

Siguiendo a Saintout, y teniendo en cuenta las consideraciones históricas acerca de los más pequeños, podemos ver que las conceptualizaciones -idiotas o no- que hoy tenemos sobre este grupo etario al que llamamos niños y la relación de los adultos con ellos, se encuentran definidas por la cultura y, por tanto, son un constructo social.

“Hoy conviven y disputan en nuestras sociedades dos modos de existencia de esta relación adulto/niño, sostenida en su nacimiento en base a una radical desigualdad. Estos dos modos son por un lado el de una perspectiva de derechos emancipatoria de la niñez, y por otro, el de una posición autoritaria que adquiere formas tutelares paternalistas”, señala Saintout.

Para la docente platense en la primera matriz se ubican todas las acciones y políticas que defienden las condiciones de ciudadanías civiles, sociales y culturales de la niñez. En cambio, en la matriz autoritaria o adultocrática, adquiere consistencia esa especie de verdad de un cierto sentido común en la cual los niños no sólo son objetos carentes, no personas, sino que por lo tanto son propiedad de los adultos. Y al igual que los dueños hacen con las propiedades, con sus objetos, se puede hacer con ellos lo que se quiera.

Está claro en que vereda se paran de manos contra los adolescentes los idiotas como de Paz. Yo prefiero estar con los otros, con quienes defienden los Derechos Humanos, con los pibes. Justo enfrente tuyo, Manolo.

Audio en Radio Nacional Mendoza

*Facebook del autor: www.facebook.com/negro.nasif

La Quinta Pata

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