domingo, 6 de julio de 2014

Aquellas sí eran adulteraciones! III

Eduardo Paganini (Baulero)

Concluimos aquí, con la publicación completa que se hiciera hace casi 35 años sobre el ingreso ilegal de alcohol etílico para la elaboración de vinos. El caso completo ha ocupado las tres últimas entregas de EL BAÚL, por lo que se sugiere la consideración completa de esta serie, habida cuenta de las resonancias alcanzadas en su momento, la mención de personajes encumbrados y la aparición de conductas ejemplares y de las otras.

Crítica a la labor del Instituto Nacional de Vitivinicultura

Las objeciones contra el INV: el 80 por ciento de su presupuesto es para fiscalizar pero el alcohol sigue entrando. “Vacca debe renunciar” dijo Onofre Sansó. Y el ministro de Economía de San Juan expresó que el INV es ineficiente.

El Instituto Nacional de Vitivinicultura es un organismo cuya existencia es pagada por la industria vitivinícola a través de diversos impuestos en las distintas etapas que la componen. El abultadísimo presupuesto del Instituto, como se ha repetido en innumerables ocasiones, es insumido, según lo dijeron los propios funcionarios, en un 80 por ciento por la fiscalización, y el 20 por ciento restante se destina a sueldos y promoción. Un total de 199 inspectores debieran controlar, sobre todo en la época de vendimia, cualquier posibilidad de alteración del proceso normal de elaboración del vino. Ya sea que se trate de la clásica “manguera” en el momento de la molienda, como la fabricación de caldos con alcohol, que es lo sucedido en General Alvear, cuando se descubrió la presencia de dos camiones transportando 52 mil litros de alcohol.

Pese a todo ese despliegue y a los enormes recursos presupuestarios del Instituto Nacional de Vitivinicultura, no es un inspector del organismo quien detecta los camiones, sino un agente de la Dirección Provincial de Industrias, conforme lo señalamos en esta misma edición. El escándalo que se provoca es perfectamente lógico, dado que cada litro de alcohol etílico permite “fabricar” ocho litros de vino. Y esos dos camiones, ingresados en un solo día, en una sola hora, deben colocar en el mercado 416 mil litros de vino falso.

Supongamos que durante treinta días entraron por ese puesto dos camiones por jornada, la falsificación ascendería a 12.480.000 litros.

Para tener una idea de lo que significa esta cifra, debe calcularse que el consumo de vino por habitante-año es de unos 85 litros, lo que da una cifra de un cuarto litro por persona por día. Esto quiere decir que durante dos días, cada uno de los 25 millones de argentinos consumió vino apócrifo.

Las entidades que agrupan a los productores vitivinícolas de toda la provincia de Mendoza levantaron su voz de alarma ante el descubrimiento, porque entendieron que no se trataba de un hecho aislado, sino de una organización perfectamente montada, como que la bodega Bistolfi tiene alquiladas además otras 14 bodegas en la zona sur de Mendoza. Y este simple cálculo que nosotros estamos haciendo con trazo grueso, también se lo formularon ellos. Y hicieron además una pregunta natural: ¿y INV entonces, qué hace? ¿Para qué todo ese monumental presupuesto? ¿Dónde está la fiscalización, o es necesario pasar por la puerta del INV con un camión de alcohol para que alguien lo vea?

El coronel (RE) Juan Esteban Vacca, que fue interrogado mientras se encontraba en el departamento San Martín, respecto al hallazgo de alcohol etílico, dijo que “una golondrina no hace verano”. Y agregó, evidentemente molesto, que “en el último mes el Instituto encontró muchos camiones de alcohol. El Instituto ha encontrado camiones de alcohol entrando en bodegas, céntricas de Mendoza. El Instituto ha encontrado camiones de alcohol derramándolo en la ruta, el Instituto ha encontrado depósitos de alcohol en Alvear y otros que ustedes ni se imaginan, sin ninguna espectacularidad. Además sin tomarlo como una banderita, como lo han tomado muchos sectores”.

El director nacional de Fiscalización, enólogo Luis Rico, diría horas después conceptos parecidos, agregando que habían recibido amenazas de muerte, “a las que no daban importancia”.

Los productores, a través de las distintas entidades que los agrupan, interpretaron que el coronel Vacca había intentado minimizar el descubrimiento de alcohol etílico en General Alvear, y manifestaron su desacuerdo con la posición del interventor en el INV, reclamando la pronta normalización del organismo para un más eficaz funcionamiento, según dijeron. El ex presidente de la Federación de Viñateros de San Juan, doctor Onofre Sansó, dijo que no quedaba otro camino “que exigir la renuncia del coronel Vacca”, y el ministro de Economía de aquella provincia, ingeniero Daniel Oscar Coria Jofré, consideró que “eso (el descubrimiento del alcohol etílico) está demostrando la gravísima coyuntura por la que atraviesa la industria madre, y la impotencia para contener y detener la adulteración de vinos, además del insólito propósito del Instituto de eludir su responsabilidad en el asunto”. Y el ministro sanjuanino sumó más viento a la polvareda provocada por las desafortunadas declaraciones del titular del INV, cuando lo acusó de haber ignorado las más elementales reglas del protocolo, ya que estuvo en San Juan explicando la posición del Instituto respecto a las certificaciones de vinos, y no concurrió siquiera a saludar al gobernado Zamboni ni a explicarle su presencia en ese territorio.

Por su parte el juez federal de San Rafael, que investigaba la introducción de alcohol, solicitó a las autoridades del INV que le informaran sobre los descubrimientos realizados por el organismo de unos camiones de alcohol, como expresara en sus declaraciones de San Martín el titular del ente estatal, y al enólogo Luis Rico, en referencia al camión con diez mil litros de alcohol que señaló había detectado.

Mientras todas las entidades y dirigentes exigían que el titular del INV que diera a conocer los nombres de los infractores que había descubierto, según sus declaraciones, estalló la bomba final: fue detenido el delegado del Instituto Nacional de Vitivinicultura en San Rafael, señor Jorge Calzada, cuando la policía allanó una vivienda y encontró en su interior a los bodegueros prófugos Bistolfi y Stra, y a otras personas, entregadas a la tarea de cambiar las muestras de vinos de la bodega “El Desvío”, la infractora a la cual iban destinados los camiones con alcohol, en presencia del propio funcionario oficial encargado de la fiscalización de la genuinidad de los vinos, el cual fue detenido. No le quedó más remedio al INV que intervenir la seccional San Rafael, designando en remplazo del señor Jorge Calzada al enólogo Pedro Calascione.

La argumentación del coronel Vacca en el sentido de que la difusión de hechos como el descubierto en General Alvear es perjudicial para la industria, es rebatida por sectores empresarios, los cuales señalan que se trata de una aberración conceptual. Con criterio semejante, se podría ocultar también los asaltos a los bancos, para evitar la desconfianza pública en el sistema financiero. Por otra parte, y suponiendo que se hubiese guardado silencio sobre hechos sucedidos, como señala el titular del INV, no se tiene noticias de que estén detenidos a disposición de la Justicia Federal otros bodegueros por delitos similares al de Alvear, salvo un caso de menor cuantía, lo que indicaría en principio la inexistencia o la escasa importancia de los numerosos descubrimiento que se arguyen.

Este cúmulo de acontecimientos, ha colocado al interventor en el Instituto Nacional de Vitivinicultura en la más difícil situación por la que haya atravesado en todos los años de su gestión, y la unanimidad existente en cuanto a solicitar la normalización del organismo, permiten vaticinar que probablemente surgirán más serios desencuentros. Las voces airadas de los industriales han llegado a Buenos Aires, y es previsible suponer que algo sucederá.


Grageas sueltas

En la publicación constan al pie de página algunas oraciones aisladas que contenían cierto tono humorístico-satírico. A pesar de que la distancia en el tiempo provoque pérdidas de sentido igualmente se transcriben:

Juego de camioneros: “Me gusta pasar por aquí, cuando el INV está durmiendo”
“Para muestra basta un botón” (Calzada vaciando las muestras de vino)
“Las heridas se desinfectan con leche. El alcohol lo gastamos todo”
El paisano miró las negras nubes y dijo: “Qué convocatoria se viene!”
¡Ahora sí!: “Con alcohol etílico es vida” (de los autores Bistolfi-Stra)
¡Qué lindo es leer el diario “Mendoza… !Uno nunca sabe lo que pasa con el vino”


También aparece allí el panorama meteorológico y telúrico (!):

El pronóstico de don Bernardo Rázquin para los próximos 30 días, anuncia temporales cordilleranos seguidos por estados lluviosos en el llano. Habrá fríos intensos, alternando con vientos cálidos del tipo “zonda”, y tales cambios se producirán en forma muy brusca de uno a otro estado. Como también se han registrado “manchas solares”, o sea de una magnitud como no se había observado desde hace veinte años, es previsible que se produzcan movimientos sísmicos en las zonas de mayor actividad.

Fuente: s/d, El falso vino en el Sur en 5ª edición, Mendoza, año 1 nº 7, abril de 1980. Director-propietario: Guillermo Martínez Anzorena.

Primera parte de la nota
Segunda parte de la nota

La Quinta Pata

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