domingo, 21 de septiembre de 2014

Audiencia 41: Exhortacion a la verdad, y pillaje

El debate se abrió con el testimonio de Edith Arito, quien tuvo contacto en el D2 con los detenidos desaparecidos Daniel Moyano y Edesio Villegas. Además declaró Vilda Lucero, en cuya casa fue detenido Villegas. Una vez terminada la Audiencia, se conoció la noticia de que el Tribunal Oral Federal Nº 1 resolvió denegar la prisión domiciliaria solicitada por la defensa del ex juez Otilio Romano.

Edith Noemí Arito fue detenida en el domicilio de su novio, Mario Gaitán, el 27 de abril de 1976, y alojada en las celdas del D2 donde permaneció alrededor de 40 días. Allí fue sometida a torturas y manoseos mientras era interrogada en medio de un tremenda golpiza. Desde ese lugar fue trasladada al Casino de suboficiales de la Compañía de Comunicaciones, donde coincidió con otras mujeres. Después de cuatro meses, el grupo fue embarcado rumbo a Buenos Aires y recaló en la cárcel de Devoto. Edith salió en libertad el 1º de marzo de 1979.

En el primer tramo de su declaración, con tono de voz suave y un ayuda memoria al que denominó “machete”, repasó los sucesivos grupos con los convivió en el D2. Hizo mención a Beatriz Elena Bustos y su compañero quienes fueron los primeros en recibirla; luego estuvo, entre otras personas, con los delegados del banco de Previsión: Santos, Ocaña y Galván; así como con sus compañeros de causa: Robledo, Scafati y Gaitán. Sostuvo que había por lo menos tres grupos diferenciados dentro de la patota del D2, y describió el ambiente como oscuro y sepulcral.

Edith relató dos episodios que ofrecen datos a las causas judiciales. Por un lado recordó que un miembro de la patota del D2, que se hacía llamar el “Comandante Carlos”, golpeaba a su lado a un joven que vió a través de la mirilla, en pésimo estado. Llegó a escuchar: “mi nombre es Daniel Moyano”, militante secuestrado el 5 de mayo del ’76 que aún permanece desparecido.

También evocó su encuentro con otro detenido que llamaban Villegas. Edith había pedido ir al baño y antes de entrar observó a un hombre que no podía mantenerse en pie, mientras “Caballo Loco” lo apuraba. Era “un despojo humano”, aclaró. Entre lágrimas y con la voz entrecortada recordó “me miró, estiró los brazos y me sonrió”. Por las fechas de detención se deduce que se trata de Edesio Villegas, delegado gremial y estudiante de periodismo secuestrado el 26 de mayo de 1976, que sigue en condición de desaparecido.

La testigo recordó también su paso por el Casino de Suboficiales, lugar donde algunas detenidas fueron torturadas. Según sus palabras. estaba a cargo del Tte. Ledesma del Ejército. En ese lugar, le hicieron firmar una hoja en blanco que supone fue utilizada para una declaración. Aclaró que ella sólo tenía militancia social, formaba parte de un colectivo empeñado en levantar el Centro de Salud Nº 11 de Guaymallén.

Por momentos, Edith giraba la cabeza buscando reconocer a alguno de los acusados, mientras insistía en que ellos conocían qué sucedió con los desaparecidos. Hizo una exhortación a los represores a “recomponerse como personas dignas, decir lo que saben y pedir perdón”.

Un Peugeot 504 rojo

Vilda Leticia Lucero compareció ante el Tribunal Oral Federal para relatar el secuestro de Edesio Villegas, realizado en la vivienda que compartía con su madre y su padre.

En el año 1975 Edesio llegó a la casa de la familia Lucero, sita en la calle Granaderos de la 5ta sección, para alquilar una habitación bajo el nombre Roberto Herrera. Un mes más tarde comenzó a compartir el espacio con “Miguel” Rossi, quién en realidad se llamaba José Antonio Rossi. “Miguel” fue secuestrado en una confitería céntrica un día después, y también permanece aún desaparecido.

El 26 de mayo de 1976, un grupo de personas vestidas de civil y disfrazadas con gafas y barbas, irrumpieron violentamente en el domicilio de la familia Lucero. En ese momento se encontraba en la vivienda su madre, Vilda Manna, a quien le obligaron a encerrarse en el baño. En un automóvil Peugeot 504 rojo cargaron a Edesio y elementos de valor como joyas, un reloj y otros objetos de la vivienda. El rodado fue visto merodeando la zona en varias ocasiones luego de la detención. Se trataría del mismo vehículo mencionado reiteradamente en otros testimonios, lo que hace suponer que era uno de los autos operativos del D2.

Días después, un grupo de policías entró a la casa cuando no había nadie y saqueó la vivienda, alzándose con gran cantidad de bienes de Edesio y la familia Lucero. Guillermo Arnaldo Lucero se comunicó con un escribano para que le labrara un acta sobre los faltantes. Después, pidió una audiencia con el jefe policial Julio César Santuccione, quien eludía recibirlo. “Tenes una hija que va al colegio Universitario Central” llegaron a decirle por teléfono, en clara señal de amenaza. Sucedió también que un miembro de la policía, cuyo nombre la testigo no pudo recordar, se acercó a la vivienda de la familia Lucero para preguntar sobre el joven desaparecido. Ingresó a la habitación de Edesio, y se retiró con un atado.

Vilda Lucero recordó a Villegas y a Rossi como personas educadas y tranquilas, con quienes hasta solían compartir juegos.

La próxima Audiencia será el martes 23, en el horario acostumbrado. Serán citados miembros de la familia Villegas y Moretti, y Daniel Prieto.

Fuente: http://juiciosmendoza.wordpress.com/

La Quinta Pata