viernes, 29 de febrero de 2008

Año 1 Nro. 7 - Editorial

El Nuevo año no está para bollos
El tiburón no muere con anzuelos


El nuevo (sic) gobierno mendocino, que es el de Jaque, resalta en gestos ampulosos su recién iniciada gestión, como reafirmando sus promesas electorales, las que a 60 días de asumir, ya están medio devaluadas, como el dólar. Cristina K, a su vez, se aferra al INDEC trucho para disimular la inflación, la canasta familiar, la ancha brecha entre ricos y pobres; la pelea que vendrá por los salarios; la deuda externa, cada vez más eterna; la crisis energética por culpa de los aires acondicionados y los celulares; la valija en tránsito no se sabe adónde y pa’ quién; la fortuna personal y la Lilita Carrió.

Lo peor es que si el Tío Sam estornuda, como está ocurriendo, los de la periferia nos resfriamos; la especulación financiera hace agua; los dólares golondrinas no saben dónde aposentarse y el mundo se estremece como si tuviera el mal de Parkinson o la tos convulsa. No cambiará la TV basura; el fútbol lugareño no se salva ni con el Tomba ni con la Lepra ni con el Boli; la Gran Fiesta Gran es apta solo para turistas. Para los laburantes de las viñas y las bodegas; los de las sandías, melones y ajos, los de las fábricas y los talleres, la opción es mutarse en piqueteros, cortando las rutas y quemando cubiertas para lograr que les devuelvan algo de la plusvalía que les sustrae el capital.

Pese a todo, no nos entran balas fácilmente y en nuestras pálidas reservas no nos falta una sonrisa de esperanza y optimismo. Y claro; ello no es suficiente, porque si se tiene adelante un tiburón, es mejor prepararse y tirar un arponazo y dar en el blanco, por eso también no bajamos los brazos y con nuestra pluma cibernética pretendemos que las palabras sean por lo menos perdigones.

La cuestión es mirar por sobre el hombro del que nos quiere obnubilar la vista, el alma y la sangre. Todo lo contrario, nuestra apelación fundamental por esta escritura a que nos sumemos unos y todos para lograr eso tan trillado que decimos, o sea, un país mejor, un mundo mejor.
En fin, como dice el tango, la pelea es cruel y mucha, y aquí nos mantenemos firmes aunque vengan degollando.
Hasta la próxima.

La Quinta Pata

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