Tuvo que deshacerse de rico. Los organismos humanitarios ganaron una durísima pulseada.
A 120 días de haber asumido la gobernación, Celso Jaque no tuvo más remedio que echar a Carlos Rico, el comisario retirado, cuestionado con elementos concretos por haber sido un teórico de la “lucha antisubversiva” durante la dictadura, dictando cursos especiales al respecto. Para los organismos de derechos humanos de Mendoza, e incluso para la Casa Rosada por intermedio de la Secretaría de DDHH de la Nación y otros estamentos, qué podría haber dictado Rico –se preguntaban- sino clases sobre picana, “submarino” y otras prácticas similares. Desde el mismo momento de su nombramiento, comenzó el duro cuestionamiento, hasta que alcanzó al ministro Carlos Alberto Aguinaga, y empezó a rozar al mismo Jaque. Era una lógica de fierro.
“Yo soy conservador”
Lo que pareció una modesta definición previa a las elecciones por aquello de
“que soy conservador, como todos los mendocinos”, fue, en los papeles y en la estructura gubernamental, una realidad sin tapujos. Solamente visualizar el Ministerio más sensible como el de Seguridad, en manos de un auténtico representante demócrata, tal Juan Carlos Aguinaga, para advertir que las convicciones ideológicas de Jaque no son simples lazos afectivos. Y esto se tradujo al interior del gobierno y del PJ en denuestos en voz alta contra Jaque. Muchos de los silbidos y abucheos en diferentes actos de la fiesta vendimial, partieron de la propia tropa, especialmente en el acto central.
Leer todo el artículo - CerrarAquellas afirmaciones preelectorales le sirvieron para ganar, molestos los mendocinos con la problemática de la persistencia de un alto grado delictivo, que provoca lógico temor y bronca, especialmente a la clase media, que vuelve a tener incidencia en nuestra sociedad. Pero no le sirvió para gobernar durante ese tramo y ahí están los tropezones que cotidianamente fue teniendo sin poderlos sortear. Por lo pronto, lo de la seguridad casi cero, fue una abstracción en el plano de lo concreto. Los últimos sondeos indicaban que se mantienen los índices como en meses anteriores, pero incluso en estos últimos tiempos, el índice marca una curva hacia arriba. Los docentes primarios le tuvieron que hacer un paro al mismo comienzo de las clases cuando se desdijo de una propuesta que había sido aceptada.
Todavía hay cargos claves en la estructura del Estado que no se cubren, con las consiguientes perturbaciones en la acción gubernamental y que se proyectan a la comunidad. Para colmo, Aguinaga salió con algunas bravuconadas como aquella que impulsaba a habitantes de un barrio del INV, amenazados por usurpadores a perder sus viviendas, a que las defendieran a tiro limpio, sin más ni más; aquello otro de “ocupar” las barriadas más humildes, es decir con un lenguaje militar, y detener a centenares de supuestos delincuentes, que finalmente no lo son. De esta forma puso en su balance, como positivo, rebasar de prisioneros la nueva cárcel de Cacheuta. Por supuesto, que no hubo ninguna “ocupación” de barrios privados, menos del Dalvian. Y claro que hubiera encontrado muchas más armas, y más sofisticadas, que en las Villas, lo que no quiere decir que sean para cometer delitos.
El temor a sufrir la violencia delictual, con toda lógica, la gente se arma. En las Villas es lo mismo. Por qué no? La cuestión es que los muchachos peronistas se quejaban porque aquello de que “para un peronista no hay n a d a me j o r q u e o t r o peronista”, venía medio entreverado con los “gansos” y para Jaque el apotegma sería más o menos así: “para un peronista no hay nada mejor que un Aguinaga”. A salvarse!!!
Los derechos humanos no encajaban
De una oficinita que el cobismo destinó para darse una pátina de comulgar con la problemática de los derechos humanos, el flamante gobernador le dió cierta categoría, como un organismo importante en la estructura gubernamental, dependiente del Ministerio de Gobierno. No trepidó en colocar en esa repartición a quienes son tenidos -que lo son-, como capos en las lides jurídicas por los derechos humanos, a los abogados Pablo Salinas y Diego Lavado, como también en la problemática de la cárcel a Alfredo Guevara, hijo del recordado Gordo Guevara.
Con cierto consentimiento de los organismos para que los abogados accedieran a los cargos, por aquello de que hay que ocupar todos los espacios susceptibles de facilitar la pelea. Es que el perfil conservador del gobernador se acentuaba en cuanto a su obcecación a mantener al Crio. Retirado Carlos Rico en funciones claves, no obstante que todos los elementos que se le aportaban, dicen claramente que estuvo vinculado profundamente a la represión de la dictadura, aún tomando las mismas declaraciones de Rico en cuanto fue “solamente un teórico” de la lucha contra los “delincuentes subversivos”.
Qué casualidad, sus alumnos fueron los encargados de ejecutar los planes más siniestros de los genocidas con las desapariciones, los asesinatos, los fusilamientos, las torturas, la apropiación de bebés y, como remate, el robo de los bienes de las víctimas como botín. De esta forma, la problemática de derechos humanos en un costado del Ejecutivo aparecía como una forma de distracción con el verdadero objetivo de promover con fuerza una política de seguridad en consonancia con los sectores hegemónicos de la economía local, que visualizan como un enemigo cierto a la delincuencia, a la orgánicamente constituida en banda, a cuyo interior se pueden visualizar grupos con similares apetencias.
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