lunes, 5 de mayo de 2008

Los últimos Chiquillanes

Chiquillanes

Habitan en el Este y son los últimos exponentes de una comunidad aborigen. Nómades y guerreros, escribieron su pasado entre Argentina y Chile. Una joven descendiente es abanderada en Palmira.

SAN MARTÍN: Son los que quedan de una comunidad que supo ser guerrera y nómade. Su último asentamiento fue un amplio territorio de medanales en La Paz. Ahora la última familia de los Chiquillán vive en distintos puntos de San Martín y busca ser reconocida como una comunidad autónoma.

Romina Mercau es abanderada de la escuela Kairuz, de Palmira. Además es delegada de su curso. Pero su principal orgullo, más allá de los logros escolares, es ser nieta del último jefe de la comunidad aborigen a la que pertenecen los Chiquillán.

El Día del Aborigen la joven, de 17 años, recibió un reconocimiento por parte de la Municipalidad de San Martín. También su madre, Virginia Chiquillán, recibió una distinción similar. Hoy, junto al resto de los hermanos y tíos, intentan recuperar su historia de grupo aborigen autónomo.
Leer todo el artículo - CerrarJulián Vidal Chiquillán (77) es la memoria viva de la familia. Todavía recuerda a su padre, quien nació en 1885 y que antes de fallecer 59 años después, le contó parte de la historia de la comunidad.

Los chiquillanes supieron vagar entre Argentina y Chile, allá por lo que es hoy el Sur del territorio mendocino. A fines del siglo XIX se asentaron temporariamente en la margen norte del río Colorado, estableciendo algunos acuerdos con los pueblos puelche y pehuenche, según recuerdos de recuerdos. Luego migraron hacia el Noreste y se asentaron en lo que hoy es territorio del departamento de La Paz, en zona huarpe.
Mi padre dominaba un territorio de cientos de hectáreas cuyos límites eran el río Tunuyán y el río Diamante. Allí supo tener hasta 4.000 cabezas de ganado, sostiene Julián Chiquillán, quien nació allí y allí perdió a su padre 14 años después. Me acuerdo que en los últimos tiempos me decía que había gente que se lo estaba tragando como la víbora a los sapos, dice Julián, haciendo referencia a negocios poco claros de tierra y supuestos acreedores que comenzaron a quedarse con el territorio de los Chiquillán.

Julián fue único hijo y abandonó el campo junto a su madre en busca de sustento. Terminé la primaria, pero después tuve que largar los libros, si no hubiera sido así hubiera sido presidente, dice hoy, mezclando su orgullo indígena con un envidiable buen humor. Ese mismo orgullo lo hizo abandonar un conveniente trabajo en el ferrocarril en 1953. Querían obligarme a afiliarme al partido peronista y yo decidí renunciar, recuerda.
Julián se casó con María Elena Ochoa (77) y tuvieron 6 hijos: José (52), Virginia (50), Julio (48), Rosa (45), Griselda (40) y Julián (38). En total hoy tiene 16 nietos y todos ellos utilizan el apellido Chiquillán en primero o en segundo lugar.

Su nieta Romina es la más empecinada en reconstruir el pasado y darle una clara identidad a su familia. Tampoco va en zaga el entusiasmo de Virginia, Rosa y Griselda.

Queremos que se sepa que los Chiquillán supimos convivir con la nación huarpe, pero siempre fuimos una comunidad independiente, insiste Romina.

La joven reconoce que ser alumna de la escuela Kairuz le ha influido mucho en buscar sus raíces. Es una institución que les da mucha importancia a las culturas originarias, remarca.

Fuente: Enrique Pfaab, Diario Uno

La Quinta Pata

2 comentarios :

Unknown dijo...

Hola romina quiero que te comuniques urgente conmigo por favor agregame facebook mi nombre Jose oyarce garay de chile, yop justo toy haciendo reportaje historia los chiquillanes, espero tu respuesta a la brevedad o mandame correo joselewis123@hotmail.com espero tu respuesta
atte jose

Anónimo dijo...

hola mi appellido tambien es chiquillan soy de peru dejo mi correo pepe_chp_@....

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