sábado, 28 de junio de 2008

Ecogas condena a familias mendocinas a sufrir frío

Alberto Atienza

Crueldad y falta de memoria. Todo eso reunido en un solo pack exhiben los altos funcionarios de la empresa de capitales italianos ECOGAS, con asiento en Mendoza. La moda que han adoptado para armarse de efectivo: le mandan a un usuario un aviso en el que le comunican que debe una boleta. Se presenta el cliente a pagarla y una chica que consulta una computadora informa que son 4 facturas antiguas. La persona dice que cree haberlas pagado y marcha a su casa a buscarlas. No las encuentra. En medio de eso le llega el corte de gas.

Contado. En la empresa exigen contado rabioso. No dan, como antes, cuando la firma era argentina, financiación. Hasta estos mismos empresarios de la patria del Dante proponían antes sistemas de crédito ¿Por qué? Porque tres, cuatro facturas a veces representan casi un sueldo.

Las grandes dudas no satisfechas por los empleados que atienden a los usuarios (o habría que decir perjudicatarios) ¿Por qué nunca hubo una conminación de cobro por parte de ECOGAS hacia esos clientes con atraso? ¿Cuál es la razón por la que no se les suspendió el servicio por alguna de esas facturas, una, cuando es más fácil cancelar? Es norma en la empresa de gas y en las otras similares el corte del suministro ante la demora en pagar una sola boleta ¿Cómo se les pueden pasar cuatro?

ENARGAS ente de control de ECOGAS es funcional al segundo. Cuando se le plantea a una joven empleada de ese agente fiscalizador la situación (pibas por todos lados, sin capacidad de resolución) responde que es privativo de ECOGAS conminar al pago o no, cortar el fluido o no. En ningún momento le causa extrañeza la pregunta: ¿Usted no cree que la firma manda al cobro facturas antiguas en la especulación de que muchos no conservan viejos comprobantes de pago?
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Dije crueldad al comienzo de esta denuncia. Y es así. Sólo alguien muy cruel puede privar a una familia de la calefacción y de preparar comida caliente en uno de los más crudos inviernos mendocinos. Y todo por una confusa danza de facturas sobre las que nunca existieron reclamos para avisar al cliente que quedaría aislado en el frío. Cruel decisión. Antihumanitaria. Y sospechosa.

El tema de la memoria es también muy grave. Desde 1875 aproximadamente, por situaciones difíciles que afectaban a Europa, comenzaron a llegar a la Argentina inmigrantes. Españoles, muchos italianos. Durante años se mantuvo el flujo. Venían, me consta, mi bisabuelo Santiago Repetto fue uno de ellos, famélicos, con poca ropa, solos, únicamente con un bagaje de ilusiones. Eran recibidos en Buenos Aires por una organización estatal, en el Hotel de los Inmigrantes, enormes instalaciones que aun se conservan. Allí se los identificaba, les proporcionaban alimento, higiene y eran derivados a destinos de trabajo La mayoría de ellos se quedó para siempre en nuestra tierra y fundaron familias de las que descendemos miles de mendocinos. Luego de las dos grandes guerras mundiales siguieron llegando en grandes oleadas empujados por el hambre que reinaba en la mayor parte de Europa.

Y ahora han vuelto los italianos a Mendoza. Ya no por necesidad, sino porque adquirieron las acciones de una empresa estratégica para el bienestar del pueblo (gas domiciliario) a argentinos vendepatrias (Menem y sus aliados de la oposición) Han retornado con sus trajes de llamativos paños, con ese refinamiento tan europeo que los caracteriza, pero sin memoria. Hacen como que no saben que en esta tierra la sangre italiana está presente con toda su fuerza y amor. O perdieron registro de quienes fueron, de lo que necesitaban para seguir vivos y se los dimos. O son unos crueles totales.

Repito. No se puede dejar sin calidez en un tremendo invierno a una familia con niños chicos, a una señora sola, a nadie. Ni un animal merece ser condenado al frío. En el caso del gas hay que buscar una solución antes de aplicar ese recurso duro, de sello fascista. Por ejemplo, la financiación. Es muy difícil que una familia que vive al día reúna, en mínimo plazo, antes de proceder a la suspensión del servicio el monto supuestamente adeudado, pero exigible en un todo. Entonces ¿Por qué no aplicar planes de pago a esas deudas de existencia casi virtual? “La empresa no tiene capacidad para hacer eso” responden las empleadas. Todos sabemos que ECOGAS gana dinero a carradas (nunca una auditoria del gobierno provincial para saber exactamente cuánto se llevan) Entonces no dar facilidades, como se hacía, constituye otro acto de crueldad para con la ciudadanía.

¿No quieren financiar? Muy simple. Tercericen el cobro por esa vía. La empresa percibiría un contado neto importante, un banco, intereses y las familias no caerían en el frío, en el sufrimiento y las enfermedades que las bajas temperaturas producen.

La historia de la Argentina y la de Mendoza en especial está muy ligada a Italia. Como se dijo, por las corrientes migratorias. Porque la cultura de la península pasó a formar parte de nuestra vida. Porque somos (y si no basta recorrer la guía de teléfonos) de origen italiano y también español. Nos sentimos orgullosos de nuestra sangre mendocina, de nuestro empuje progresista, de nuestro arte y de ser descendientes de idénticas familias a las de ustedes, gerentes y altos jerarcas de ECOGAS.

Venimos de un árbol común y nos hacen esto.

La Quinta Pata

La Quinta Pata

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