Las negociaciones en la OMC siguen en el mismo pantano

Eduardo Lucita

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Todavía resuenan los lamentos de Pascal Lamy, el director general, por el nuevo fracaso de la Ronda de Doha, y el empantanamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que una vez más no logra escapar a su propio laberinto.

La Ronda de Doha que comenzara en el año 2001 en Quatar, tiene por objetivo la liberalización de las relaciones comerciales en el mundo. Sin embargo, y a pesar que desde su nacimiento convivió con un ciclo de recuperación de la economía mundial y crecimiento de los intercambios comerciales, acumula su séptimo fracaso consecutivo. Esto es lo que efectivamente pasó en Ginebra, en la reunión informal, pero no por eso menos importante, del Comité de Negociaciones Internacionales, a la que fuera convocado el reducido grupo de las principales potencias comerciales del mundo.
El objetivo no era otro que intentar sacar del pantano a la ronda de negociaciones multilaterales, que busca eliminar gradualmente subvenciones y derechos aduaneros que se supone, serían el principal obstáculo para el desarrollo del comercio internacional.

Cuestiones en disputa
Desde los orígenes de esta instancia de negociación los EEUU vienen reclamando que la Unión Europea rebaje sus aranceles agrícolas. Por su parte un grupo de países, (UE, Brasil, India) exigen que EEUU rebaje sus subvenciones a la agricultura; a su vez Norteamérica exige a la UE que modifique su política agraria común y a su vez rebaje su apoyo financiero a los agricultores. Algo que la comunidad europea no puede conceder ya que las contradicciones nacionales, más aun luego de la incorporación de los países del Este, están a la orden del día, y los subsidios agrícolas juegan un rol importante en los acuerdos políticos de esa comunidad.
Por su parte los países de capitalismo avanzado, EEUU/UE, requieren como "compensación" a sus rebajas de subsidios que los de menor desarrollo amplíen la apertura de sus mercados industriales y comerciales y liberalicen sus legislaciones sobre inversiones extranjeras.
Como se ve desde hace siete años el centro de las controversias estaba ubicado en estos aspectos: subsidios, aranceles agrícolas y apertura de mercados no agrícolas.
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Atajo truncado
Preocupado por el paso del tiempo sin soluciones efectivas y para destrabar las negociaciones el Director General de la OMC, presentó en Ginebra una agenda consensuada de 20 puntos. La razón de esta propuesta de urgencia es que si no se lograba algún éxito la ronda pasaría al 2009, pero en el ínterin habrá nuevo gobierno en EEUU, lo que retrasaría aún más las negociaciones.
Luego de nueve días se alcanzaron algunos preacuerdos en los primeros 18 puntos, entre ellos poner un tope de 14.500 millones de dólares anuales a los subsidios agrícolas en EEUU y de 33.000 en la UE, en contrapartida se reducirían en promedio un 54% los gravámenes de importación para la mitad de los productos industriales en países en desarrollo. Claro está que estos preacuerdos forzados eran cuestionados por los países llamados emergentes, así como por las organizaciones de la sociedad civil, ya que nunca se había hablado de reducir aranceles de importación más allá del 40%, India proponía solo un 12%, y en cuanto al tope a los subsidios en los EEUU se estimaba debían rondar los 7.000 millones de dólares.
Pero todavía faltaba el punto 19 de la agenda. "Estábamos tan cerca..." se lamentaba Pascal Lamy, cuando tomó conciencia que este punto resultaba una barrera infranqueable.
¿Que se planteaba allí? Se establecían mecanismos de salvaguardia especiales para los países en desarrollo, que fueron propuestas precisamente por el núcleo central de estos países reunidos en el llamado G20 (China, India, Sudáfrica, Brasil y Argentina entre otros). Por estos mecanismos se les permitiría levantar temporariamente los aranceles cuando por situaciones excepcionales -como excedentes de producción y caída de precios-, se incrementaran fuertemente las importaciones agrarias y amenazaran así la existencia misma de los productores locales.
Es que la situación de la economía mundial es exactamente inversa a cuando surgió la Ronda de Doha. Todos avizoran serias restricciones al comercio internacional, en un marco recesivo producto de la crisis actual y sus posibles consecuencias. Frente a los previsibles excedentes de exportación a bajos precios que promovería la crisis, los países emergentes quieren proteger sus mercados y las producciones locales.
Los EEUU se opusieron a estas salvaguardias con el argumento que podían dar lugar a abusos proteccionistas, mientras que India encabezó la defensa poniendo en el tapete de discusiones la soberanía alimentaria, el sostenimiento de sus industrias y la defensa del mercado interno.

Impacto en el Mercosur
Estas discusiones y disputas que trabaron cualquier acuerdo no resultaron gratuitas para el Mercosur. Es que al momento de sumar apoyos a una u otra postura Brasil se desentendió de las posiciones que venía sosteniendo y rompió el bloque del G20, ya que hizo causa común con los EEUU y la UE. Por el contrario Argentina, junto con la India y Sudáfrica constituyeron el núcleo duro por proteger sus sectores industriales y sus mercados internos.
Cuáles serán las repercusiones al interior del Mercosur se verá con el correr de los días. Sin embargo la reciente visita del presidente Lula Da Silva a Argentina, acompañado de una nutrida representación empresaria no pudo haber sido más oportuna y reparadora luego que su país se cortara solo en la reciente reunión de Ginebra.
Sin embargo si Brasil mantiene su posición en el tiempo impulsará revisar la política de arancel común que protege a la industria regional con las implicancias que esto tendrá para Argentina y todo el mercado común del sur.
Mientras tanto la Ronda de Doha y la propia OMC han entrado en terapia intensiva. Los intereses de los grandes países de negarse a ofrecer cambios reales y a continuar con el modelo de libre comercio encuentran límites en la resistencia de numerosos países. Mientras que vuelven a resurgir tendencias proteccionistas.

*Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda)
La Arena, 15 – 08 – 08

La Quinta Pata