Ana Bianco
La tercera entrega de la saga dedicada a los militantes del PRT/ERP hilvana cuatro temáticas luego del 24 de marzo de 1976: el partido, el exilio, la cárcel y la revolución nicaragüense.
A partir de hoy y hasta el 20 de agosto se exhibirá en el Complejo Tita Merello (Suipacha 442), dependiente del Incaa, la película Gaviotas blindadas, parte III (1976-1980), producción del grupo Mascaró Cine Americano (Aldo Getino, Laura Lagar, Mónica Simoncini, Omar Neri y Susana Vázquez), que se ha propuesto documentar desde 2002 la historia del PRT/ERP, una de las organizaciones marxistas-leninistas más combativas en la Argentina. Como parte del ciclo se exhibirá también otros documentales del mismo grupo: Uso mis manos, uso mis ideas, Clase, Gaviotas blindadas (partes 1 y 2) y Mujeres de la revolución cubana: Esperanza Olazábal. Además, se proyectarán Malvinas, 25 años de silencio, de Myriam Angueira, un relato estructurado alrededor de testimonios de ex soldados, y Aunque me cueste la vida, de Silvia Maturana y Pablo Espejo, sobre el camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, quien filmó su propia muerte en la intentona golpista de Chile de junio del ’73.
En la nueva Gaviotas –tercera y última parte–, entrevistas a los ex militantes Daniel de Santis, Abel Bohoslavsky, Luis Mattini y Rita Ciucci, entre otros, dan vida a una historia oral, sustentada en documentos políticos y archivos personales recuperados que convierten a este registro testimonial en material de consulta de investigadores. “En Campo de Mayo existió la complicidad del poder económico con la dictadura”, afirma Julio Dalessandro, quien estuvo exiliado en Italia, ahora reside en Buenos Aires e integra la Asociación de Ex Trabajadores y Familiares de Desaparecidos de Mercedez Benz. “Héctor Ratto, un obrero de la fábrica, escuchó que Juan Tasselkraut daba por teléfono la dirección de un operario, Diego Núñez, y esa misma noche Núñez fue secuestrado y permanece desaparecido. La primera nieta recuperada en democracia, Paula Logares, había sido apropiada por Rubén Lavallén, jefe de seguridad de Mercedes Benz. Juan Tasselkraut tiene un hijo y su hermano, dos hijos, los tres con certificados falsos que deberían ser investigados. La Mercedes Benz de Argentina empleó como mecánico al nazi Adolf Eichmann y durante la última dictadura donó equipamiento neonatológico al Hospital Militar de Campo de Mayo, donde funcionaba una maternidad clandestina en la que muchas desaparecidas dieron a luz.”
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