Manuel Zaguirre, presidente español de la Unión Sindical Obrera (USO) y parte del Consejo General de la Confederación Sindical Internacional (CSI) visitó nuestro país luego de los actos de asunción del electo presidente Fernando Lugo de Paraguay.
“La ‘Ley de la vergüenza’, criminaliza a los inmigrantes, autorizando expulsarles, perseguirles y nuestra posición estratégica como sindicato es que si hay que objetivizar una alternativa a la crisis económica, hay que hacerlo a la inversa”, aseveró el dirigente en el diálogo.
- ¿Cuál es la situación de los trabajadores en España? - Venimos de un período largo, 15 años de crecimiento económico con deficiente redistribución social, el crecimiento económico “no alcanzo” para terminar con la precarización laboral. Ahora la cosa se complica, el crecimiento económico paró y hay un estancamiento salarial en una situación de recesión económica. La gran preocupación es cómo va a impactar en los sectores más débiles y especialmente los trabajadores migrantes que hicieron un gran aporte al crecimiento de España. Y ahora vemos cómo el sistema está usando al inmigrante como elemento de “colchón” para aliviar la crisis de los nacionales. Esto se traduce en desempleo para los inmigrantes, expulsiones del país e incluso están sufriendo criminalización.
- ¿Qué postura y qué acciones están llevando a cabo ustedes ante esta problemática?Leer todo el artículo- Nosotros como sindicato de clase, sindicato solidario, combatimos esa sensación. Hace muy poco la Unión Europea sacó una ley que nosotros le llamamos la “Ley de la Vergüenza”, porque criminaliza a los inmigrantes, autorizando expulsarles, perseguirles y nuestra posición estratégica como sindicato es que si hay que objetivizar una alternativa a la crisis económica, hay que hacerlo a la inversa. Es decir, los intereses y los derechos de los más débiles tienen que preferenciarse. Pero lo que están pensando hacer ellos es lo contrario, que los más débiles paguen una factura mayor y eso es inmoral, insolidario. Y en esa pelea estamos.
- ¿Cuáles son las causas del receso económico en Europa?
Es el receso de una regresión especulativa de capitalismo salvaje, sin planificación, sin racionalidad. Y a casi 30 años de esta globalización que crece el dinero si producir nada, era lógico que se viniera un estallido de esta naturaleza. Esta no es una crisis cíclica del capitalismo como las clásicas, este es el primer aviso serio de que este modelo lleva al colapso y que esta globalización debe ser cambiada por un modelo de orden económico internacional que tenga más fundamentos en el trabajo, en la solidaridad, en la producción, en una redistribución social más equilibrada en los países y a nivel planetario. Una globalización que se basa sólo en el afán de lucro a cualquier costo, que castiga el trabajo y lo margina, que impone reestructuraciones que generan por millones y millones de desempleados y precarizados, es un modelo que lleva a un mundo cada vez más violento, más inseguro en este capitalismo salvaje.
- ¿Usted cree que existen dos capitalismos, uno “bueno y uno malo”?
- No es un problema filosófico, el problema es qué ha de ser de la condición humana y en función de los seres humanos, preferentemente trabajadores, es que hay que organizar toda la economía, la política y la democracia. El problema no es capitalismo bueno o capitalismo malo. El problema es que los instrumentos tienen que ser articulados inteligentemente al servicio de la gente. Hoy es al revés, hoy un instrumento como el capitalismo o la tecnología son utilizados con desprecio absoluto a los intereses de la gente. Entonces hay que restablecer una situación de racionalidad económica, social y humana. La economía y la tecnología deben ser usadas al servicio de la gente, ahora estamos en un mundo que está exactamente al revés. Por lo tanto, no podemos olvidar que venimos de una quiebra histórica del socialismo real muy fuerte y eso nos supone afirmar indiscutiblemente la hegemonía de un capitalismo; hay que afirmar sistemas económicos y sociales con dimensión humana, donde el trabajo y la condición humana estén en el centro. No como ahora que están haciendo todo lo contrario.
- ¿Qué acciones concretas están llevando a cabo para revertir la situación?
- La salida de esta situación no puede ser en un solo país, hay un plano que es para toda la Unión Europea (EU), en ese plano de 30 países, hay que diseñar una salida común. El “sálvese quien pueda” país a país es impensable. Y luego la UE fue en su momento un modelo de capitalismo con una dimensión social real. La solidaridad, la seguridad social, las pensiones, todo eso fue fruto de la lucha de los trabajadores y del movimiento sindical de 50 ó 70 años de lucha. Eso no nos lo regalaron, el “Estado Social” europeo es algo que se construyó con mucha pelea sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial, no podemos perder eso: hay que construir una globalización distinta. En un mundo global donde impera la desigualdad, la injusticia, la pobreza y el desempleo es imposible que prevalezca una UE de bienestar y de desarrollo social. Es absurdo. Acá o todos adoptamos una alternativa común ó todos vamos a sucumbir a este capitalismo salvaje.
- ¿Cuál es la visión de Europa sobre los procesos de cambio en América Latina?
- América Latina es el continente de la esperanza. Las poblaciones mayoritariamente están sancionando mandatarios progresistas, plurales. Vengo de Paraguay de la asunción de Fernando Lugo y veo que cada país tiene sus características. Pero hay un común denominador, la gente acá tomó conciencia de clase, de que es el continente más rico del planeta, pero a su tiempo es el más injusto, el más desigual. Pero también tomó conciencia que los instrumentos de la Democracia hay que hacerlos útiles, que hay que utilizarlos a fondo, porque no es lo mismo disponer del poder político para construir el poder social que no disponer del poder político. América Latina creo que se encuentra en esa tesitura, las poblaciones, los trabajadores, los sectores populares están vía electoral apropiándose del poder político y estableciendo mandatarios populares. El salto siguiente será cómo eso contribuye a construir un poder económico y social basado en la distribución social. Ese es el reto y el avance en América Latina es indudable.
ACTA, 25 – 08 – 08
La Quinta Pata
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