martes, 16 de diciembre de 2008

Homenaje a los presos políticos fusilados en la UPI: “la memoria no se negocia”

Comisión de Homenaje a los Presos Políticos fusilados en la Penitenciaría de Barrio San Martín, Córdoba

Katy Garcia
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Córdoba. La Comisión de Homenaje a los Presos Políticos fusilados en la Penitenciaría de Barrio San Martín, en la ciudad de Córdoba, realizó en la tarde del sábado pasado un homenaje a los 30 militantes asesinados entre 1976 y 1978.

Familiares, amigos y vecinos se congregaron en la plaza del barrio, plantaron tres árboles y luego marcharon hasta la cárcel donde se realizó un emotivo acto y se leyó un documento.

El barrio San Martín vivió una tarde diferente. El paso de la propaladora de Meco y la presencia colorida y ruidosa de la murga de Parche en Parche, anunciaban que algo pasaba. Así, algunos vecinos de la zona salieron a la puerta de sus casas y otros se acercaron a compartir con los presentes un pequeño acto realizado en la plaza de los Burros donde se plantaron tres árboles que simbolizan: compromiso, solidaridad y lucha.

“Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero”. Con este fragmento de Juan Gelman se inició la lectura de un texto que reivindica la lucha de las víctimas y reconoce a los familiares la larga lucha llevada a cabo a lo largo de 32 años.

Tras descubrir una placa recordatoria, marcharon hasta la cárcel al ritmo de la murga. Durante el recorrido los vecinos miraban y tal vez comentaban entre sí lo ocurrido hace más de 30 años. En ese lugar sombrío donde la impunidad perdura se realizó un emotivo encuentro. Los jóvenes hijos de los 30 fusilados pusieron en común experiencias dolorosas, vividas en la niñez y en la adolescencia.

El documento leído expresa los horrores que experimentaron los 29 compañeros fusilados. Reivindica su pertenencia política y sostiene que "la memoria no se negocia". Asimismo, sienta posición sobre el futuro del predio que el actual gobierno se apresta a vender. En ese sentido expresaron su oposición a la venta de la cárcel en el marco de la emergencia carcelaria. "Respetamos todas las posturas. (...) No olvidamos que detrás de estas paredes, además de los presos políticos que la dictadura asesinó y de los más de 800 que pasaron por aquí, han sufrido y sufren miles de presos sociales, condenados por las políticas de hambre, marginación y exclusión social".
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Más adelante argumentaron que "hay razones históricas, urbanísticas y políticas para oponernos a la venta y destrucción del edificio de la penitenciaría". La Comisión impulsa un proyecto que contempla no solo la preservación de la memoria sino que propone la implementación de "centros de formación y capacitación de oficios para los sectores más desprotegidos de la sociedad".

El texto recuerda con profundo dolor “la agonía interminable de René Moukarzel y el cobarde asesinato de Paco Bauducco que siguen grabados en las paredes descascaradas de esta cárcel".

Luego, evocaron una forma de comunicación que les permitía romper el cerco con el afuera, durante los años previos a 1976 y que prosiguió hasta que se vino la noche. Mensajes en forma de caramelos salían de las tumbas para entrar a la boca de la visita. El aporte de los sobrevivientes permitió reconstruir frases que fueron prolijamente envasadas y volaron por aire hasta llegar a las manos de los presentes. Finalmente un globo por cada uno de los presos asesinados se elevó a un cielo que a esa hora de la noche se tornaba amenazante.

El juicio que viene
La mayoría coincide en que el juicio comenzará a mediados del próximo año. Una de las abogadas presentes, María Elba Martínez del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) manifestó que en este momento hay “apelaciones en la cámara pero no creo que prosperen porque son repetitivas. He pedido la imputación a otros médicos y esperábamos que se nos diera la posibilidad de recibir la notificación y presentar la acusación a fin de año”.

Luego analizó que esta causa es un ejemplo de cómo actuaba el General Juan Bautista Sassiaiñ. “Utilizó una metodología que lo describe completamente. Porque estaba relacionado directamente con la aerotransportada y con José de la Quintana. Lamentablemente, no está vivo, pero esto ha tenido su sello. Una sistemática que se repitió en La Plata –donde también estuvo- y luego con otras características se repitió en Margarita Belén”, sostuvo.

En esa línea explicó que “no solamente se trataba de falsos enfrentamientos sino que en algunos casos –las víctimas – han muerto por torturas y después les han dado el tiro. Muchos han muerto en el Hospital Militar como es el caso de Hubert al que se inscribió tres años después y nunca se entregó el cuerpo”.

Reflexionó luego sobre la “falsedad profunda de los discursos e informes oficiales sobre la modalidad de cómo ocurrieron los hechos. La sociedad debería revisar su postura cuando escucha hablar de la teoría de los dos demonios, porque los enfrentamientos eran falaces”.

Consultada por la decisión de la Cámara de Apelaciones de dejar en libertad a represores respondió que “la responsabilidad de que salgan son las demoras en los tribunales porque pasado un término considerado por ley no pueden seguir detenidos. Si esto se hubiera hecho en 2005 como estaba planteado, con todos los elementos como estaba previsto esto no hubiera pasado”, concluyó.

Para Miguel Ceballos, hijo de una de las víctimas y abogado querellante en la causa, para el próximo homenaje espera que "haya una sentencia y que todos los culpables vayan presos a Bower”. Valora que durante todos estos años en la espera del juicio “se construyeron estos espacios, hemos compartido, nos hemos conocido. Entre nosotros hicimos cosas, hemos crecido y lo rescato como positivo”.

Mientras que Olga, cuñada de Diana Fidelman afirma que "siento la misma emoción y cada día tengo más esperanzas de que llegue el juicio para aliviar el dolor que tenemos todos. Cada acto nos remueve todo, aunque toda la vida sentimos la ausencia y la pena de no tenerlos a nuestro lado”. En tanto Constanza De Breuil espera ver a los culpables en una “cárcel común y efectiva”.

Con respecto a la venta del predio, Mariana Baronetto manifestó que “al igual que mis compañeros estamos en contra de la venta. Somos un grupo chico, somos todos distintos, tenemos nuestra forma de ser y nuestra vida, pero tenemos algo en común que es nuestro pasado. Compartimos la historia de nuestros padres y familiares y esto se nota. La gente que lee el proyecto se da cuenta que es verdadero, legítimo y justo lo que pedimos. Lo último que se pierde es la esperanza. Nos une el afecto y eso es lo que nos motiva a seguir hasta las últimas consecuencias”.

Para Martín - hijo del “Chicato” Miguel Mozé-, la venta “no debe realizarse. Cree que se debe dialogar entre todos los sectores involucrados y “definir qué queremos hacer con este espacio”. Agregó que había escuchado de boca de algunos ex presos que les gustaría que “sea destruido porque fue un laboratorio de terror. Me parece que en estas visiones distintas debemos conversarlas y ver qué podemos construir juntos. Estamos de acuerdo en que no debe venderse hay que construir un espacio de diálogo y discusión para conversar entre todos no solo los Organismos y el Archivo de la Memoria sino también los que viven en el barrio”.

Para Hernán Vaca Narvaja, hijo de Hugo, “estos espacios tan emblemáticos, tan significativos y que aglutinan tanta historia deberían reconvertirse y convertirse en espacios de la memoria. Como decían mis compañeros antes: que se genere vida desde adentro, donde antes hubo muerte. Que esas paredes cambien de sentido. Pero destruirlo para hacer un shopping, o para parquizarlo, no contribuye a preservar la memoria colectiva porque aquí pasaron cosas muy graves".

Con vistas al juicio refiere que alberga “todas las expectativas porque hay una condena previa. Hay un contexto político favorable para que la justicia actúe con independencia y porque además, en este caso, hay una acumulación de pruebas de la aplicación del Terrorismo de Estado tales como traslados, testigos y sobrevivientes”.

“Me gustaría que esa gente que torturó y asesinó cumpla su pena en esta cárcel. Sería un acto de desagravio a los mártires de la penitenciaría”, aventuró.

* Equipo de Comunicación de la CTA Córdoba.

ACTA, 16 – 12 – 08

La Quinta Pata

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