Humberto Tumini
Según un matutino porteño, el próximo martes 16 de diciembre el gobierno nacional hará un acto en el Teatro Argentino de La Plata. La convocatoria pretendería "relanzar el vínculo del Gobierno con sus aliados no justicialistas". Seguramente esta decisión responde a las críticas que han recibido respecto del marcado rumbo de pejotización que vienen teniendo en su armado político. Observación que ha realizado en particular nuestro Movimiento y que ha motivado que tanto Jorge Ceballos como yo, renunciáramos a nuestros cargos en la administración nacional y nos alejáramos de este kirchnerismo prácticamente mimetizado en la actualidad con el PJ.
¿Cambia las cosas un acto como el que se prepara? ¿Se va a mostrar allí, porque participen algunos dirigentes de otras corrientes políticas o sociales no justicialistas, que la realidad es distinta a lo que nosotros hemos planteado? No se puede tapar el cielo con las manos, como reza el dicho, ni disimular que la representación política del gobierno nacional es ahora, casi en su totalidad, ocupada por el justicialismo. Ni qué hablar en la provincia de Buenos Aires.
Observemos: Una parte destacada de la dirigencia justicialista, con conducta fácil de prever, provocó la derrota del gobierno en el conflicto con la Mesa de Enlace agraria. Han pasado solo meses de aquello y Néstor Kirchner, en su carácter de presidente del PJ ha retomado diálogo y negociaciones con la mayoría de esos dirigentes (nos referimos a Reutemann, Schiaretti, Das Neves, Busti, etc.) para solicitarles que regresen al oficialismo y lo acompañen en los comicios del 2009.
Sigamos: El propio gobierno respaldó una ley en el parlamento de protección de los glaciares, que fue allí aprobada con el voto de sus legisladores. La presidenta procede luego a vetarla por la manifiesta presión de los gobernadores justicialistas de las provincias andinas (nos referimos a Das Neves, Jaque, Beder Herrera y particularmente Gioja de San Juan) que defienden los intereses de las grandes compañías mineras.
Continuemos: Se dijo en su momento, cuando Néstor Kirchner tomó la decisión de ubicarse a la cabeza del justicialismo, algo a lo que se negó durante toda su presidencia, que uno de sus principales objetivos sería la renovación partidaria. Bien, el pasado domingo 30 de noviembre se eligió la conducción del justicialismo bonaerense, el más importante de todo el país. Desde su presidente electo -Alberto Balestrini- para abajo, están los mismos dirigentes (nos referimos a Diaz Bancalari, Otahecé, Ishii, Cacho Alvarez, Granados, Acuña, Descalzo, Curto, Pampuro, Pereyra, etc.) que condujeron dicho partido desde principios de los noventa en adelante, en acuerdo con Carlos Menem primero y Eduardo Duhalde después. A lo que ahora debemos agregarle, que también Aldo Rico ha pasado a formar parte de esa dirigencia.
¿Qué ha quedado de aquella convocatoria a renovar la política construyendo una nueva fuerza "transversalmente"? ¿Qué ha quedado incluso de aquella posterior "Concertación Plural"? Ambas duramente cuestionadas en su momento por esta misma dirigencia justicialista que hoy ocupa los primeros planos, y que le cuestionaba a Cristina en los actos que no nombrara a Perón. ¿Qué queda? Nada, triunfó el PJ. No queda nada, solo una ficción de que la construcción política del gobierno sigue siendo plural. Pero las ficciones, cuando son muy manifiestas, son difíciles de sostener. Por eso hay una porción significativa de la sociedad, que ha compartido y acompañado el proyecto nacional que se puso en pie allá por el 2003, que hoy le ha restado su apoyo al kirchnerismo.
Movimiento Libres del Sur, 14 – 12 – 08
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