domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Y dónde están las joyas?

¿Y dónde están las joyas?

Carlos Campana

Hace 193 años el pueblo de Cuyo, recién emancipado, reunía objetos de valor para organizar la defensa contra una temida invasión realista que nunca llegaría. Curiosidades sobre el histórico suceso que reunió a las damas mendocinas, San Martín y Álvarez Thomas. ¿Es cierto que San Juan recolectó más dinero que Mendoza? ¿Que no se sabe cuál fue el destino de los fondos? ¿Y que fue el primer gran hecho de corrupción de nuestra historia?

En diciembre de 1815 llegó a Buenos Aires un cargamento de joyas y otros artículos de valor, enviado por el pueblo de Cuyo.

El motivo fue el pedido que hizo el Director Álvarez Thomas para organizar la defensa contra la invasión realista que había enviado Fernando VII hacia el sur, para recuperar sus territorios perdidos en América del Sur. ¿Cuál fue el destino de las joyas donadas por la alta sociedad cuyana? Empecemos a develar el misterio.

La invasión tan temida
En 1815 todo Buenos Aires se conmocionó al enterarse de que una importante flota había partido desde el Puerto de Cádiz para sofocar la revolución que años antes se había producido en nuestro territorio.

Meses después fue confirmado que las naves estaban reaprovisionándose en Tenerife y seguirían su rumbo hacia Buenos Aires, capital de los rebeldes.

El pánico cundió en todos los pobladores y el gobierno de las Provincias Unidas llamó inmediatamente a una junta militar para esbozar un plan defensivo. Mientras tanto, todos los varones a partir de los 14 a los 60 fueron convocados para instruirse en el manejo de las armas. Toda la población estaba en pie de guerra.

Conmoción en Mendoza
La alarmante noticia no tardó mucho en llegar a Mendoza y el Director interino Álvarez Thomas comunicó al gobernador de las provincia de Cuyo, José de San Martín, que los realistas atacarían Buenos Aires con unos 10.000 hombres y solicitó enviar recursos monetarios, como también armas y soldados para defender la Capital.
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A pesar de la difícil situación que vivían las provincias de Cuyo, el pueblo y cada ciudadano debería ofrecer su sacrificio por la libertad de la patria. Era necesario que colaboraran con cualquier especie.

El gobernador de Cuyo comprendió la solicitud y comunicó al gobierno central que, a pesar del estado de pobreza en que se encontraban los habitantes, el pueblo colaboraría con todo lo que fuera necesario. Días después, los representantes del Cabildo y el gobernador San Martín se reunieron en la sala capitular para resolver aquel pedido y emitir una proclama.

El esfuerzo de Cuyo
Dos días después el gobernador promulgó el bando e invitó a todos a dar donativos y se nombró a los individuos para que integraran una comisión que diera cuenta de los resultados de las donaciones; pasaría al Cabildo mendocino y desde el gobierno de la Intendencia se enviaría al Director de las Provincias Unidas.

Formada esta comisión, comenzó a recibir de algunos ciudadanos (especialmente de varias damas mendocinas) objetos de valor. También se realizó la misma tarea en San Juan y en San Luis.

El producto de lo recaudado fue de 11.000 pesos por parte de Mendoza y 13.632 por San Juan y otro tanto de San Luis.

En octubre todos los donativos recibidos por la comisión de recurso pasó al gobernador José de San Martín y éste lo envió por correo extraordinario con escolta a Buenos Aires.

Dos meses después, el producto de lo recaudado por las provincias de Cuyo se entregó a la tesorería de la Nación para su venta.

El que espera, desespera
Todos aguardaban la inminente invasión a Buenos Aires y sus pobladores se preparaban para recibirla. Así pasaron los días, los meses y la temida expedición, que tuvo en vilo al gobierno de las Provincias Unidas, desvió su curso para invadir el norte de América del Sur.

En esta ofensiva cayeron Venezuela, Nueva Granada y Quito y así, reconquistó estos territorios para apuntar directamente su ofensiva hacia el territorio de las Provincias Unidas. Esto dio un gran alivio al gobierno del Río de la Plata y aceleró la iniciativa de declarar la independencia con respecto a España.

¿Quién se quedó con el vuelto?
¿Qué pasó con la donación que hizo Cuyo? La respuesta es muy simple: el gobierno de Buenos Aires, se quedó con todo el dinero y jamás lo utilizó para sufragar los gastos de la defensa.

Nunca se supo cuál fue el destino de aquel donativo. Se especula que algunos de los “patriotas”, se quedaron con ese dinero. Trasladándolo en el tiempo, ocurrió algo similar en 1982, con los donativos que el pueblo argentino realizó en todo el país, en la recordada guerra de Malvinas. Mucho de lo recaudado nunca se supo dónde fue. Otro capítulo repetido en la Historia Argentina.

Los Andes, 14 – 12 – 08

La Quinta Pata

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