
Emilio Marín
Una cosa valorable es el esfuerzo de los hombres de campo que trabajan y sufren dramas como la sequía. Otra, muy distinta, es la especulación política de los cuatro jinetes de la Mesa de Enlace Rural.
Para los argentinos despistados, que viven criticando a la "clase política" y se entusiasman con los "nuevos" políticos Mauricio Macri y Francisco de Narváez, o los dirigentes "sociales" Juan Carlos Blumberg y Alfredo de Angeli, habrán vivido una decepción esta semana.
Es que las luminarias de la Mesa de Enlace la pifiaron día a día. Los representantes del "nuevo sujeto social", como se copiaron al denominarlos el sociólogo Francisco Delich, el operador Joaquín Morales Solá y la mediática Elisa Carrió, no dieron pie con bola.
Hasta el miércoles se quejaron amargamente de que el gobierno dilataba la invitación al diálogo. "La Comisión de Enlace rechazó en duros términos la falta de convocatoria a un encuentro por parte de la Casa Rosada. Los días pasaron y esa invitación no llegó", les amplificaba "Gaceta Ganadera", dando por válida esa versión.
Pero luego se supo que el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, venía sosteniendo reuniones con el ministro Julio de Vido, y que al cabo de cuatro encuentros había llegado a siete acuerdos sobre un total de nueve en debate. Los tópicos involucraban a la ganadería y lechería, dejando a un lado los reclamos sobre retenciones de la soja, que el gobierno había apartado y el ruralista aceptado. Biolcati pidió un cuarto intermedio el martes 17, para poder consultar a sus pares de la Comisión de Enlace, según el comunicado que difundió el vocero presidencial Miguel Núñez.
En vez de admitir esos contactos con el Ejecutivo, la Mesa y el propio Biolcati seguían negándolos y justificando un nuevo lock out con la falsa historia de que el gobierno no los convocaba...
Los ruralistas deben creer que tienen impunidad para decir cualquier cosa. Es que ya el domingo pasado, en su columna de Página/12, Horacio Verbitsky había enumerado esas reuniones entre Biolcati y De Vido, y explicado que la suspensión de la medida de fuerza granaria se debía a esa circunstancia y no a la bondad ruralista. Pero los cuatro jinetes se obstinaban en afirmar que no tenían diálogo y tuvo que salir Núñez, el miércoles, a poner algunos puntos sobre las íes.
Leer todo el artículoEn vez de admitir su jugarreta, los ruralistas se rasgaron las vestiduras y dijeron que el gobierno "no tenía códigos", que el titular de la SRA había respetado un acuerdo de confidencialidad. Pero la confidencialidad es una cosa y faltar a la verdad es otra. Biolcati explicó que el tenor de las conversaciones había sido colectivizado con los demás presidentes de FAA, CRA y Coninagro el martes 17, lo que motivó que al principio segundas líneas de la FAA lo tildaran de "traidor". Pero, si informó a sus colegas ese martes, ¿por qué al otro día seguían mintiendo con que el PEN no los convocaba al diálogo? La respuesta es que estaban preparando el terreno a un sexto lock out para ver si, además de los siete puntos acordados con el ministro, imponían otro que les interesaba más: el fin de las retenciones a la soja.
Red de mentiras
Como en la película de Ridley Scott, lo de Biolcati fue una red de mentiras. Pero el dueño de grandes tambos y usinas no se da por enterado, al punto que en su discurso de Leones, el viernes 20, acusó a los políticos de no recordar algunos Mandamientos como "No levantar falso testimonio ni mentir". ¿Hablaría de él mismo?
Apelando a un lenguaje bíblico, acusó al gobierno de que "esta política está matando a la economía nacional y no podemos seguir tolerándolo". Es verdad que la gestión kirchnerista no está redistribuyendo el ingreso para beneficiar a las capas bajas y medias de la ciudad y el campo, sino a lo sumo entregando algunos paliativos.
Pero si Biolcatti y los suyos tuvieran éxito en birlar de la caja estatal 15.700 millones de pesos que entrarán este año por retenciones, es obvio que para aquellos sectores menos pudientes habrá menos posibilidades de reclamar y obtener algunas medidas, por insuficientes que estas vienen siendo.
Además una cosa son las demandas de los pequeños y medianos productores ganaderos y tamberos, y de economías regionales, que son justas y mucho más mientras duren los efectos de la grave sequía. Algo ha hecho la presidenta al respecto, con declaración de emergencia en varias provincias y diferimientos impositivos, oferta de créditos y ayuda a esos sectores.
Pero otra realidad es la de los propietarios como Biolcati y especialmente los sojeros. Los datos de la Secretaría de Agricultura informaron que "el área sembrada de soja llegó a los 17 millones de hectáreas, superando su record histórico, ya que se ubica 2,4 por ciento por encima del ciclo anterior y supera en 5,3 por ciento la campaña 2006-2007".
El Indicador General de Coyuntura de la Bolsa de Cereales arrojó que "los precios de los granos volvieron a mostrar mejoras el mes pasado con respecto a diciembre y los costos directos de los cultivos volvieron a bajar entre 8 y 16 por ciento a nivel mensual, y también lo hicieron entre 4 y 8 por ciento en relación con la última campaña".
Esto significa que la "Patria Sojera" se embosca detrás de los reales sufrimientos de muchos campesinos y minifundistas, y de dramas como la sequía, pero sus reclamos no tienen consistencia económica, social ni moral.
La cúpula de la Mesa de Enlace amagó primero con un paro solamente granario, según explicaron sus dirigentes, y que no cortarían las rutas. Al final el lock out decretado fue granario y de carnes. Los piquetes de la abundancia no dejaron pasar camiones con cereales ni hacienda, cortando de hecho por horas varias rutas en Buenos Aires. ¿La policía? Bien, gracias.
La campaña
Ha terminado la siembra de soja, pero la campaña político-electoral está apenas en su comienzo. Políticos radicales, socialistas, peronistas disidentes y de otros partidos opositores estuvieron sentaditos en primera fila en el acto de Leones. Afortunadamente el público asistente a esa "demostración de fuerza" fue menor al esperado, pues había menos de 4.000 personas y esperaban 10.000 o más.
Ese desinfle puede haber reflejado cierto vacío social, frente a algunas de las circunstancias mencionadas: ocultamiento de Biolcatti sobre sus diálogos gubernamentales, idas y venidas con el lock out, diferencias en torno a la oportunidad de esa medida y discrepancias internas de la Mesa. Estas últimas fueron salvadas apenas en la víspera de llegar a Leones los dirigentes, pero subsisten y volverán a la superficie en cualquier momento.
La injustificada medida de las patronales del campo durará hasta el martes 24 al mediodía, dos horas antes de que tengan su diálogo con Débora Giorgi, ministra de la Producción. Habrá que aguardar para saber si esa reunión tiene efectivamente lugar, porque los dirigentes sojeros dijeron tantas barbaridades en el acto del viernes, incluso los habitualmente moderados como Carlos Garetto, de Coninagro, que la suspensión de esa entrevista no podría ser descartada.
Pero incluso si se concreta, no habría que dar mucho crédito a las perspectivas de un arreglo en la controversia. Es que la madre de todas las batallas son las retenciones a la soja: los grandes productores no resignan esta apetencia sectorial y el gobierno por ahora no parece dispuesto a claudicar.
Todo parece indicar que la Mesa de Enlace, con sus grietas y miserias a cuestas, proseguirá al menos hasta octubre con su táctica puesta al trasluz en estos días. Ella incluye nuevos cortes de rutas disimulados detrás de "paros granarios y de hacienda gorda", que en verdad persiguen el objetivo de liberar de impuestos la exportación de la leguminosa.
Y por otro lado lado, completando la pinza, Biolcati y sus colegas activarán más en la campaña electoral, reforzando con candidatos y recursos a las listas de la oposición. En Leones se escucharon vivas a Carlos Reutemann y Roxana Latorre, senadores santafecinos; y a Juan Carlos Romero y Sonia Escudero, legisladores por Salta, que abandonaron las filas del Frente para la Victoria.
Reutemann, llevado a la política por Carlos Menem, aseguró que daba ese paso para poder defender los intereses de Santa Fe. Mejor pudo haberla defendido dando a la policía orden de no disparar contra los manifestantes en diciembre de 2001, cuando era gobernador y murieron entre 7 y 9 santafecinos.
Romero, candidato a vicepresidente de Menem en 2003, dijo que no comulgaba con la "visión stalinista de la Casa Rosada". En vez de evocaciones críticas contra el viejo bolchevique de Georgia, debió explicar porqué en Salta hubo tantos miles de hectáreas de bosques arrasados por la soja-dependencia, las madereras y petroleras, con las dramáticas consecuencias para los inundados dos veces en Tartagal.
Si la oposición a los Kirchner está expresada en políticos como Biolcati, Llambías, Macri, Reutemann y Romero, más el fantasma de Eduardo Duhalde sobrevolando sus cabezas, entonces el debilitado kirchnerismo, que poco ha hecho por la distribución del ingreso y en otras materias importantes, no estará para la competencia de octubre tan malísimamente mal como lo pintan algunas encuestas.
La Arena, 22 – 02 – 09
La Quinta Pata
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