La Paz. Tras el desbaratamiento de una banda terrorista que habría intentado un magnicidio, el Gobierno de Evo Morales está investigando los vínculos con ex militares argentinos conocidos como "carapintadas", afines a la ultraderecha de ese país, uno de los cuales, Jorge Mones Ruiz, se habría reunido los primeros días de abril en Santa Cruz con Eduardo Rózsa, boliviano-croata, muerto en el operativo del pasado jueves.
Mones Ruiz oficia como delegado argentino en UnaAmérica, una organización de ultraderecha que pretende ser la contracara de Unasur, en una cruzada por denunciar a los gobiernos izquierdistas de América Latina, que recluta fieles y financiamiento en la derecha de Colombia.
Mones Ruiz estuvo destinado como oficial de inteligencia del Ejército argentino en Bolivia durante un tramo de la última dictadura y suele jactarse del conocimiento de sus camaradas y ex camaradas bolivianos.
En su reciente viaje a Bolivia lo acompañó Liliana Raffo de Fernández Cutiellos, viuda del teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos, muerto durante el intento de copamiento del Regimiento de La Tablada por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP), afirma el diario argentino Página 12.
La mujer visitó en prisión al ex prefecto de Pando Leopoldo Fernández, acusado de conspirar contra el gobierno de Morales. La mujer y el mayor de Caballería, que se levantó en armas para impedir los juicios por delitos de lesa humanidad junto a Aldo Rico, habrían conseguido credenciales de corresponsales del diario Estrella de Oriente.
Entre los objetivos del viaje habría estado reunirse con otro camarada prófugo por delitos de lesa humanidad y radicado en Santa Cruz de la Sierra: Luis Enrique Baraldini.
El juez federal Daniel Rafecas dictó hace meses el pedido de captura internacional. El diario La Arena de La Pampa reveló que Baraldini estaba en Bolivia, lo cual habría activado ahora la búsqueda por parte de Interpol.
En el artículo firmado por la periodista Nora Veiras, Página 12 pudo saber que el gobierno de Morales está investigando los vínculos de la presunta estructura terrorista internacional con ex militares carapintadas, entre ellos un prófugo por delitos de lesa humanidad (Baraldini).
El jueves pasado, la Policía Nacional de Bolivia irrumpió en el cuarto piso del Hotel América para atrapar a la banda. Un boliviano asimilado al Ejército de Croacia, un húngaro y un irlandés fueron muertos. Hubo dos detenidos y otros dos se escaparon.
Morales pidió colaboración internacional para develar el complot que calificó como un intento de magnicidio.
Hace varios meses que las autoridades de ambos países sospechan de las incursiones de ex carapintadas relacionados con las facciones de ultraderecha de Santa Cruz de la Sierra, Pando y Cochabamba.
El ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, mano derecha de Morales, estuvo en contacto con el embajador argentino en La Paz, Horacio Macedo, quien le garantizó ayuda para detectar a los sospechosos.
ABI, 21 – 04 – 09
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