Alfredo Saavedra
(Desde Canadá)La última novedad sobre la gripe del puerco (Swine flu) o H1N1, como la denominó desde la semana pasada la Organización Mundial de la Salud, es de que esta vez, contrario a la tesis general, un humano contagió con la enfermedad a los cerdos de una granja en la provincia de Alberta, tras retornar de México portando el virus, informó en su edición de ayer el rotativo Toronto Star.
El hombre, un trabajador de la granja, regresó de México el 12 de abril y, dice la nota periodística, dos días después tuvo contacto con los puercos (no se explica qué clase de contacto, a lo mejor los besó), con lo que el 24 de ese mes 220 de los animales, de una piara de 2,200, empezaron a mostrar señales de la enfermedad, que el médico veterinario Brian Evans, determinó que era resultado de infección con el virus de la influenza porcina. Sin embargo, tanto los marranos como el viajero se han recuperado satisfactoriamente, según lo aseverado por el doctor Evans.
La paradoja, como un nuevo elemento en el fenómeno, conlleva a la conclusión de que hasta los pobres animales, en este caso los cerdos, tan vilipendiados como las gallinas con la gripe aviaria hace cinco años, resultan víctimas del contagio humano, convirtiéndose, como se ve (el ser humano) en un ente peligroso no solo entre sí, sino también para el reino animal. En todo caso tanto la OMS como las autoridades locales, han informado al público que no hay ningún riesgo para la salud en consumir la carne de cerdo, con lo que no hay salvación para esos cuadrúpedos, pues si no mueren contaminados de todos modos morirán destazados.
Lo cierto es que circulan versiones contradictorias en el Internet sobre el origen de la ya famosa influenza del cerdo, entre las que destaca una afirmando que se trata de un globo lanzado por el presidente Calderón de México, en una maniobra de distracción para el relanzamiento de las finanzas del país, deterioradas por la crisis económica nacional, determinada a su vez por la crisis mundial. Pero la tesis resulta válida si la susodicha maniobra lo ha sido para beneficio de otros países, incluyendo algunos de la vieja Europa, no se diga los Estados Unidos y Canadá, donde la mencionada influenza ha sido elevada a la categoría de alarma de primer grado, a lo mejor también con el fin de tender una cortina de humo que oculte los serios problemas domésticos.
El fenómeno se ha convertido en la noticia dominante de los medios de comunicación en todas partes del mundo, lo cual no deja duda de que también el sistema informativo encontró otro motivo para alimentarse a lo grande con la situación, pues la prensa, sobre todo la televisión, da siempre por bienvenidas las desgracias de la humanidad para su propio provecho. No ha habido día en que la prensa y la televisión no encabecen sus noticias con la información sobre la peste que, según las especulaciones en el Internet, no es ninguna peste y que más bien, como se dijo, ha sido un fabricado invento, abultado por los medios e inflado por la acción callejera de los reportajes oficiosos de la gente.
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1 comentario :
nenaaaaaasssss
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