viernes, 5 de junio de 2009

“Ni pendejo que fuera para hacerme matar por estos políticos hijueputas” (un ex soldado colombiano en Hanover)

La tropa colombiana

La moral de la tropa colombiana esta cada vez más abajo, cuando se enfrentan al escenario de caer, como prisioneros de guerra, y ver que el gobierno no hace nada por ellos, todos dicen como “el soldado de Hanover” ni pendejo que fuera para hacerme matar por estos políticos hijueputas.”

Tal es la magnitud del conflicto interno colombiano que ciertas historias personales oscilan entre la tragedia y la comedia. Esa es la historia del cabo segundo del ejército Miguel Preciado Torres, su nombre había sido anexado por la propaganda oficial – sin confirmar – a los prisioneros de las FARC-EP. Vulgar mentira.

Algunas personas que han decidido pasar a la aventura figuran como secuestrados por la guerrilla; padres irresponsables huidos con sus amantes figuran como secuestrados de las guerrilla. Ladrones y ladronzuelos, resultado de la crisis económica profunda de la era narcopamilitar de Uribe, asaltan buses de excursiones haciéndose pasar por la guerrilla. Paramilitares dejados sin empleo por sus jefes regionales, asaltan y secuestran en nombre de la guerrilla.

En Alemania encontramos un soldado desertor que nos contó que figura en una lista de militares que el gobierno da por desaparecidos en combate con la guerrilla. Policías y soldados que han dejado las armas, ahora asaltan a nombre de la guerrilla. Lo peor, es que toda esa basura publicada en los medios refuerza la matriz de opinión según la cual la guerrilla ya no es un ejército revolucionario. Una política local en suiza, contó, con los ojos llenos de lágrimas, que la guerrilla le robó el reloj – regalo de su madre – en un bus intermunicipal en una ruta de Antioquia.

La guerrilla encarna en todo lo malo para que la lucha de clases quede reducida a una simple pelea, entre buenos y malos hijos de Colombia.

La verdad es otra, el referido ex soldado, rondando por el pabellón de Colombia en la feria de Hanover, nos contó que su unidad combatió contra las fuerzas especiales de la Teófilo Forero de las FARC-EP.
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“Esos manes brincaban como gacelas y mientras su cuerpo giraba nos tiraban el trafagazo, nosotros con tres días sin comer, con el mismo pantaloncillo después de 10 días, radio descargado, a la deriva, y los hijueputas políticos diciendo que van ganando la guerra, eso da mucha rabia, compatriota”, nos dijo el otrora soldado profesional.

Al final, él y sus dos compañeros se rindieron ante el poderío guerrillero, sus otros cuatro compañeros muertos. Los guerrilleros nos dijeron; “ríndanse, o se van a hacer matar por ese fusil. Nosotros nos rendimos, ellos nos dieron de comer, nos pudimos bañar y hasta me regalaron un pantaloncillo. Luego nosotros explicamos que éramos soldados primero por la libreta, segundo por pobres”. La guerrilla los liberó cerca de la cabecera municipal bajo la promesa de no regresar más al ejército. El compatriota de marras, se fue a Alemania donde su hermano: “ni pendejo que fuera para hacerme matar por esos hp políticos”.

Ahora, el cabo segundo del ejército Miguel Preciado Torres lleva tres años lejos de la guerra, pero su nombre, como todo lo malo que pasa en Colombia, está inscrito con letras guerrilleras. La verdad es que este militar, como muchos otros, es consciente que hacerse matar por este régimen no vale la pena. El ejército nunca anuncia el número de desertores que a diario tiene, también esconde las bajas que sufre.

La moral de la tropa colombiana esta cada vez más abajo. Cuando se enfrentan al escenario de caer como prisioneros de guerra y ver que el gobierno no hace nada por ellos todos dicen como “el soldado aquel de Hanover” ni pendejo que fuera para hacerme matar por estos políticos hijueputas”. Lo mismo diría el cabo Preciado, tranquilo en su casita, tan cerquita de su familia y tan lejos de los efectos de la seguridad democrática.

Soldado colombiano, ¡a desertar!

ANNCOL, 05 – 06 – 09

La Quinta Pata

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