Rubén Romani
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Veníamos más o menos, ahora vamos mal, muy mal.
Durante todo el 2008 los delegados gremiales y gran parte del personal de la Secretaría de Cultura hicimos un gran esfuerzo en relacionarnos con las nuevas autoridades que vinieron muy alzados de autoestima y repartiendo carteles de traidores y de inútiles por doquier. A pesar de que en su primera y única reunión general con todo el personal, el Profesor Scollo prometió que iba a “trabajar con nuestros saberes”, el pimpollo verbal quedó deshojado a las pocas semanas.
No habíamos acabado de reconocernos mutuamente cuando el propio Secretario de Cultura echó a su 2 principales Directores políticos. Luego vendría el acabose para el Director de Administración, luego la gambeta a los principios y leyes vigentes en patrimonio cultural, al dejar sin apoyo real al Director de Patrimonio Diego Bosquet, mientras el super Ministro Cazabán dejaba en claro que antes de defender el derruible Teatro Mendoza, Jaque iba a priorizar su relación amistosa y aún incomprensible con el Intendente Fayad. Bosquet resistió hasta la semana santa y se fue, perdiendo 10 años de continuidad en su labor profesional.
La Vendimia siempre fue una tormenta furiosa de Verano “que se consume lo mejor que tenés”, y sin saber aún si eran los mejores que teníamos, la posVendimia se llevó puestos al Director de Comunicación Juan Carlos Fernández y finalmente el prometido pase a otras funciones del Director de Promoción Cultural, Beto Carmona.
O sea, no hemos tenido ni tiempo ni oportunidad para pelearnos por las cosas de fondo con el Secretario.
¿Y qué son las cosas de fondo en la Secretaría de Cultura? El presupuesto, el pase a planta de personal con antiguos contratos de locación de servicio, el cambio de denominación de los “contratados de planta” a planta permanente, (razón por la cual estos compañeros pagan más caros algunos servicios médicos y no pueden solicitar préstamos), la asignación de presupuesto y condiciones dignas de trabajo, un formato institucional y escalafonario que privilegie la carrera administrativa, premie la efectividad y buenos resultados, la comunicación y respeto interno de los recursos humanos y su oportunidad de capacitación para optar a concursos internos, el cumplimiento de las leyes culturales vigentes, y otra serie de “naderias” por el estilo.
Leer todo el artículoY acá estamos, más de un año de iniciadas las conversaciones en Comisión Paritaria, el Secretario de Cultura no tiene casi nada para ofrecer de lo que ha prometido por sus negociadores y se despacha a 3 días de la peor elección legislativa que haya enfrentado un gobernador mendocino -su Jefe- despidiendo y echando a la calle un grupo de empleados que tiene una “rara coincidencia”: ingresaron en el año 2005 en la gestión de Cobos y Mariana Juri.
Jaque, que se vanagloriaba de no saber nada de poesía, tiene un Secretario de Cultura que se vanagloria en echar -con apoyo de su jefe político según él- empleados con 4 años de continuidad de locación de servicio y que estaban incorporados en la negociación paritaria -suspendida por el gobierno desde febrero- como personal a pasar a planta permanente.
Debo recordar que por Asambleas varias desde el año 2006, se había solicitado a las autoridades del gobierno anterior y de este, el cese de los contratos de locación manipulados al antojo del funcionario de turno para incorporar legítimamente ese personal y sumar aún más opciones de técnicos y profesionales mediante la Ley de Concurso, que este mismo gobierno aún no Reglamenta.
No se puede pretender diálogo y colaboración para una gestión cultural para los mendocinos cuando se manosea los recursos humanos y las instancias institucionales abiertas en la negociación gremial. Además de constituir un posible caso de discriminación laboral, el secretario Scollo hace nuevamente un gesto autocrático en el momento más inoportuno y echa a la calle en medio de una crisis social a diferentes personas que integran nuestro trabajo cotidiano en las pésimas condiciones de infraestructura laboral y ausencia de modelo de gestión pública de la cultura.
Aunque la palabra “cultura” se menciona más de 200 veces en el plan de gobierno de Jaque, esta gestión cultural del profesor Scollo ha demostrado una notable incapacidad de conseguir apoyo de su propio Gobernador o Área de Hacienda para aumentar el insignificante presupuesto para Cultura (0.5 %), recortando los fondos para bienes patrimoniales, manteniendo por debajo del mandato legal al crecimiento del fondo de la cultura, para también añadir a la lista la deslealtad de trabajar en paritarias por mejorar las relaciones laborales y tomar, en soledad, las decisiones que toma con un alto costo de su baja imagen como gestor de políticas públicas.
Podríamos tener algo de esperanza en que, como lo ha hecho en otras ocasiones, Scollo recapacite y retroceda un paso este paso dado en falso para juntarnos nuevamente en un espacio de diálogo que procure las soluciones de fondo para la Secretaría de Cultura y descarte la cosmética electoral vacía de contenidos y llena de soliloquios y violencia institucional.
*Delegado ATE Secretaría de Cultura.
ate.secretariaculturamza, 01 – 07 – 09
La Quinta Pata
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