Ramón Ábalo
Se recuerda el episodio aquel del ataque aéreo colombiano a territorio ecuatoriano para asesinar a guerrilleros de las FARC y que no fue un acto torpe de Uribe. Y ahora será el asentamiento de mayor presencia militar de los yanquis, después de tener que dejar la base en Manta, Ecuador. Se trata de ir creando las condiciones para la intervención a países de la región al servicio del imperialismo yanqui. Lo de Honduras, indudablemente, tiene este perfil.
En la estrategia hegemónica mundial de Estados Unidos puede vislumbrarse que para el imperio, Latinoamérica es la gran reserva para seguir manteniendo su rango de ser la potencia más poderosa del universo. Por algo, en su momento, lanzó aquello de que Latinoamérica es su "patio trasero", es decir, aquel terreno en que solamente es de acceso exclusivo del dueño de casa. El manejo de este espacio exuberante de riquezas naturales y materias primas, alimentos y mano de obra esclava, le permitiría mantener el status de alto confort y bienestar de su pueblo – derroche y consumismo – y la manutención a escala sideral de su economía de guerra.
Es una lógica de su política fundacional como Estado que rompió sus cadenas que lo sujetaba al imperio inglés, e inmediatamente proclamó aquello del "destino manifiesto", una concepción geopolítica encubierta en moldes seudo filosóficos para su futuro de alta piratería y rapiña. Inmediatamente, después del 4 de julio de 1789 empezó la construcción de una Nación conquistadora. Su primera víctima fue – y lo sigue siendo – México, al que le usurpó los vastos territorios de California, Texas, San Francisco, más de una tercera parte de lo que era ese país. Después desplazó a España y se apoderó de Cuba, como también de Puerto Rico, y a la vez, haciendo sentir su prepotencia en la política colonial en toda Centroamérica.
El BogotazoLeer todo el artículoColombia también tuvo – y tiene – auténticos revolucionarios que supieron levantar, con sus vidas inclusive, las banderas de la liberación. De esta madera fue Jorge Eliécer Gaitán, al que los trabajadores, el pobrerío, la indiada, le decían "El tribuno del pueblo", mientras que sus enemigos lo apodaban El Negro. Un hito de sus históricas luchas fue aquella navidad de 1928, en que los explotados por la United Fruit Company se rebelaron. El Ejército se encargó de masacrar a los trabajadores en lucha y todo quedó silenciado hasta que casi en solitario se hizo oír la voz de un joven y desconocido fiscal, la de Jorge Eliécer Gaitán. Y así pudo mostrar al mundo la imagen alucinante de centenares de cadáveres de niños campesinos masacrados por los militares. Por su empeño, decisión y coraje político y civil pudo demostrar contundentemente la culpabilidad del ejército masacrador. Oportunidad también en que dijo aquella frase histórica sobre un ejército asesino: " El ejército colombiano tiene altivez para dispararle a los hijos de Colombia, pero tiene una temblorosa rodilla en tierra hincada ante el oro yanqui, ante su amo imperialista". Estaba perfilando la esencia cipaya de todos los ejércitos de la región.
No se detuvo la mano criminal del imperio y sus lacayos nativos. El 9 de abril de 1948, un sicario lo asesinó. De inmediato el pueblo se echó a las calles de Bogotá y se dio una lucha armada que duró lo suficiente para cambiar el rostro de Colombia.
El sicario Uribe Y si las FARC y el ELN son los continuadores de aquella gloriosa gesta del pueblo colombiano, los Uribes son los representantes de la última gran tragedia que vive ese pueblo por imposición del imperio. El Uribe de hoy es la cara visible del proyecto yanqui de hacer de Colombia, el Estado satélite, para paulatinamente extender sus garras al resto de la región y, llegado el caso, abortar todos los intentos de que desarrolle la estrategia revolucionaria y libertaria definitiva.
Al igual que Israel en Medio Oriente, en América del Sur será Colombia el Estado tapón, el destinado a cumplimentar el trabajo sucio que le ordenen sus mandantes. Siendo el ejército más sofisticado de la región, será el encargado de las provocaciones, como lo hizo en Ecuador, apuntando principalmente a Venezuela. Dado que Uribe y su entorno en la política y en el gobierno, tienen un largo prontuario como socios del narcotráfico y de los paramilitares, con requerimientos judiciales por los mismos EEUU, no titubean ponerse al servicio del amo. Sin vueltas, la Colombia de Uribe es la Israel, el Estado fascista, de Medio Oriente.
La Quinta Pata, 30 – 07 – 09
La Quinta Pata
1 comentario :
la Israel de latinoamerica es Venezuela, lo que pasa es que su gobierno es solapado y sus periodistas no pueden mostrar más alla de lo que les permiten, pero porque no hablan de sus abusos con el pueblo, de su abastecimiento a las farc, no sabemos la mayoria de los Colombianos porque existen aun periodistas, politicos y otros vendidos que por algunos o tal vez muchos dolares vendan la imagen de nuestro pais, o si solo se aprovechan porque en nuestro pais SI hay verdadera libertad de prensa. y recuerden en otros paises matan y es peor que en el nuestros solo que atemorizan a los periodistas para que muestren solo lo que les conviene. ojo...Hay que pensar y no tragar entero.
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