Humberto Tumini
La intervención al INDEC escondió las debilidades frente a los formadores de precios. Hay que partir de ahí para buscarle solución, sino todo es verso.
A finales del año 2006 la inflación se incrementaba a ojos vista. Los principales grupos económicos habían tomado la decisión de aumentar sus márgenes de ganancia subiendo los precios de sus productos, en lugar de invertir más para cubrir la creciente demanda interna. Lo de siempre digamos.
El gobierno de Néstor Kirchner, Moreno mediante, hizo un tibio intento de ponerles límites a estos empresarios -“amigos” en su gran mayoría- a través de un acuerdo de precios, habida cuenta no solo del impacto económico de la inflación, sino también el social y político. Les habló entonces el Secretario de Comercio con el “corazón”, y como es obvio le contestaron “con el bolsillo”: los aumentos continuaron su escalada.
Allí decide entonces el gobierno la nefasta intervención del INDEC. Usó para justificarla dos argumentos. Uno público: había focos de corrupción en el Instituto que perjudicaban al país y -además- había que cambiar el método de medición; ambas cosas, en importante medida, seguramente ciertas. Otro reservado: recortarles las ganancias a los bonistas que tenían en sus manos papeles de la deuda actualizados por el CER. Es decir, según la opinión oficial que la justificaba, la medida estaba orientada a preservar los intereses de la mayoría de la sociedad e iba solo en detrimento de sectores minoritarios y poderosos.
Claro, sucedía que eso solo contemplaba una parte de la cuestión, obviando otras: por un lado que los perjudicados -en diversos aspectos- eran muchos más; por el otro, que se ocultaba así que había también un camino distinto para abordar la defensa de los intereses nacionales y populares mentados.
Por lo pronto y en primer lugar la intervención del INDEC maquilló los números del incremento de los precios, pero dejó la inflación vivita y coleando. ¿Quién no lo sabe y sufre? Por lo tanto no resolvió ni ahí el impacto del aumento de los precios sobre los ingresos populares, y en particular sobre sus sectores más desprotegidos. Que lo diga Néstor Kirchner en su reciente incursión electoral en la provincia de Buenos Aires. No fue allí la causa de su derrota solo la “vieja política”, aunque esta haya aportado su granito de arena.
Leer todo el artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario