No habla solo de números sino de valores humanos y de igualdad social. Es un economista diferente. Dice que “en América Latina la RSE está mal” y que “la ética empresaria no se logra con imposición sino con educación”.
A lo largo de 30 años, Bernardo Kliksberg ganó reconocimiento internacional por sus trabajos sobre pobreza, especialmente en América Latina, se consolidó como un pionero de la ética para el desarrollo, el capital social y la responsabilidad social empresaria (RSE), no conforme con eso creó una nueva disciplina: la gerencia social.
Bernardo Kliksberg, pionero de la ética para el desarrollo, el capital social y la responsabilidad social empresaria. Hijo de emigrantes judíos polacos humildes, este doctor en economía y ciencias administrativas, contador público y licenciado en sociología y en administración, todos títulos de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), lleva escritos 47 libros, el último, Primero la gente, en coautoría con el premio Nobel de Economía Amartya Sen. Actualmente reside en Nueva York y es asesor de organismos y agencias internacionales como la ONU, el BID, UNICEF, la UNESCO, la OEA y la OPS.
Días atrás visitó el país invitado por la Cámara Española de Comercio de la República Argentina (CECRA) para hablar de la importancia de la RSE en las PyMES. Entrevistado por Visión Sustentable, Kliksberg fue categórico al afirmar que la RSE en Latinoamérica está mal y que estamos 30 años atrasados con respecto a los países nórdicos donde ya está instalada y funciona como un indicador de modernidad y progreso.
“El tema de la RSE no es un tema más, sino que es parte fundamental de la solución a los problemas que estamos viviendo. Bill Gates dijo que hay millones de personas que tienen sus necesidades básicas insatisfechas porque no tienen la manera de explicarlas de forma tal que interesen al mercado, con lo cual, quedan insatisfechas. Por eso, él dice que la única manera de solucionar esto es innovando el sistema. En nuestro país hay una resistencia feroz a innovar. Por eso digo que se puede ser parte del problema o parte de la solución. Si vamos por el camino de Gates estamos construyendo la solución, si vamos por el camino de la irresponsabilidad empresaria, bastante transitado en América Latina, estamos contribuyendo a agravar la situación”.
- Su idea de la concertación social más distribución de la riqueza es sólida sin embargo, teniendo en cuenta la naturaleza del ser humano ¿no es impracticable? Leer todo el artículo- Se necesita que haya una gran discusión sobre la ética y la economía, pensando en el mediano y largo plazo. En las sociedades que las ha habido –Finlandia, Noruega, Holanda, Suecia y Canadá – donde la gente ha discutido la eticidad de las políticas públicas, pero no en abstracto. Ellos han discutido la responsabilidad ética de los actores sociales, de los funcionarios, pero también de los empresarios privados, la responsabilidad social de las empresas y de los medios masivos de comunicación; esto fue lo que les permitió desarrollarse, crecer. La ética debe regular la economía y hacerle acordar que la meta última es que la gente debe vivir con más libertad, y que no puede hacerlo si no tiene salud, agua y luz. Si la ética empieza a regir la economía, el asunto de la igualdad surge como tema central.
En Noruega la distancia entre el más rico y el más pobre es de 6 a 1. Está muy mal visto ser muy rico, los empresarios cuando discuten los salarios, no lo hacen por paritarias obligatorias; hay una cultura en cuanto a que la distancia no puede ser mayor. Se cree en el ecualitarismo. En América Latina hay que recorrer un largo camino para crear una cultura pro igualdad.
- La gran mayoría de las empresas comenzaron a desarrollar e implementar sus programas de RE a partir de la crisis de 2001. ¿Por qué cree que no se hizo antes dado que las casas matrices de las trasnacionales hacía tiempo que los venían desarrollando?
- Creo que incidió la cultura economicista. La cultura orienta las acciones de los individuos, de la sociedad, y es implícita y subterránea, entonces cuando se cultiva sistemáticamente la idea de que todo vale como se hizo en la década del ‘90, cada uno debe percibir su máximo egoísmo individual y no hay valores que controlen eso; hay atrasos éticos en muchos terrenos, y uno de ellos fue en el área de la RSE. El empresario exitoso no era el socialmente responsable, sino aquel que en el menor tiempo acumulaba la mayor cantidad de ganancia sin importar los métodos o los medios de los que se valiera. Entonces si la cultura premia a la responsabilidad otros serán los estímulos, los incentivos.
Hoy estamos ante una demanda social explosiva porque mejoren los niveles éticos de nuestra sociedad. Cuando la gente les pide ética a los políticos para que ejerzan su función con la máxima efectividad y pulcritud también les está pidiendo ética a los empresarios. Y ese código de ética lo deben respetar tanto en su país de origen como en el resto. No puede ser que en otros países hagan lo que hacen en cuanto a contaminación de medio ambiente, desequilibrios ecológicos, etc., y que en el suyo realicen sus actos responsablemente porque si no la opinión pública les cae encima.
- ¿Cómo estamos en la actualidad en América Latina y específicamente en Argentina?, ¿qué camino debemos transitar?
- Estamos mal. Todas las encuestas que manejamos nos indican que estamos bastante mal – piensa ¿Cuánto dan los empresarios argentinos en porcentajes de las ventas que realizan si uno lo compara con los países desarrollados?... no damos los datos para no deprimirnos. Ahora, por supuesto que hay excepciones, sin embargo son los menos. La mayor parte de los empresarios está en lo que yo llamo la etapa narcisista, que sólo ve su ombligo. En América Latina estamos 30 años atrasados dado que muchos aún piensan como lo hacía Milton Friedman y ya hay que superarlo. La RSE ganó la batalla de las ideas.
- ¿Cuál es el camino a seguir?
- Creo que el camino central es el de favorecer la democratización. Incluso ya se están viendo cambios favorables. Se han dado cambios geopolíticos y se está buscando un proyecto mucho más inclusivo, y lo positivo es que este cambio no es gestado por un líder determinado sino por la misma gente. Cuanto más se promueva la participación ciudadana mayor va a ser la exigencia en políticas públicas y en responsabilidad empresaria. América Latina va en este camino y eso es lo que nos permite ver de manera esperanzadora el futuro. Sin embargo, hay que reconocer que en materia de RSE estamos atrasados y si el empresariado no recorre el mismo camino que la gente, será la misma gente la que los va a presionar de manera cada vez más dura.
- ¿Qué significa la ética empresarial que plantea en su libro Primero la gente?
- Significa tratar a los consumidores con juego limpio, productos de buena calidad, precios razonables, productos saludables, buen trato personal, empresas amigables con el medio ambiente, entre otros puntos. Una empresa que ayude a las políticas públicas. Bill Gates y Warren Buffet aportaron U$ 60.000 millones y crearon la mayor fundación del planeta para combatir la malaria, la tuberculosis, el paludismo y el sida. Hay un clamor mundial por un pacto ético que regule el funcionamiento de la economía internacional. Cuanto más se demore esto, va haber más tensión social y más fracturas. Se pagan costos muy altos por tener un mundo tan desigual.
- Ahora, ¿cómo se logra esta ética empresarial cuando no existe a priori?
- Seguro que no por imposición. No creo que tenga que haber una ley que los obligue. Yo creo que la educación es la única vía, y Brasil, el país más avanzado en América Latina en RSE, lo demostró. El presidente Lula Da Silva fue un actor fundamental del avance que tuvieron los brasileños, dado que logró comprometer a los 100 empresarios más importantes del país para que comenzaran a trazar y ejecutar una agenda en RSE. A su vez, cuentan con el Instituto Ethos que viene trabajando en este tema y por último tienen compañías, como el caso de Natura, que parten de la cultura de que la empresa debe servir a la sociedad, no sólo produciendo productos y beneficios, sino, a través de toda su filosofía y tecnología. El desarrollo de sus líneas Natura Ekos y Tierra América es un ejemplo para el resto de las compañías que quieran trabajar en este camino.
Argentina va por el buen camino también. Pero el componente central para que avance una idea orgánica de la RSE es la educación del empresariado y la mejor manera de hacerlo es a través de las universidades, que es lo que nosotros desde el Programa de las Naciones Unidas estamos tratando de impulsar.
- ¿Cuál será el papel de los medios de comunicación en esta evolución de la RE en el país?
- Uno de los actores con los que habrá que discutir más afondo el tema de la RSE son los medios, su propia RSE. Están ubicados en uno de los campos más delicados de toda la realidad. Lo importante es que cuando lo hacen los resultados son altamente positivos. Cuando tratan por ejemplo el tema de seguridad ciudadana exclusivamente con imágenes crueles y excitando a la mano dura, eso es irresponsabilidad empresaria. Y es así porque no cuentan el trasfondo de exclusión social profunda que vive el país –uno de cada tres jóvenes argentinos está fuera del sistema laboral y educativo. Entonces en vez de buscar soluciones a esa imagen que se está proyectando, se dice que tienen que estar todos en la cárcel.
Luego de pasar unas horas en su ciudad natal, Bernardo Kliksberg tomó un avión rumbo a México. Un grupo de empresarios lo esperaba para escucharlo hablar sobre equidad y redistribución. Seguramente, una vez terminado el encuentro, comprenderían que lo que propone no es ningún invento, por el contrario, plantea la necesidad de recuperar la sabiduría más profunda del género humano, la ética. “La Biblia dice dos cosas que son muy importantes en RSE –sintetiza–. Una es “El que ayuda a otros se ayuda a sí mismo”, y la otra “No te desentiendas de la sangre de tu prójimo”, en otras palabras, no puedes ser indiferente a una sociedad donde el 20 por ciento de los jóvenes están excluidos y donde mueren 10 mil niños por año por causas que se pueden evitar ligadas a la pobreza. No puedes ser insensible, menos si eres empresario, dado que eres un actor muy importante en una sociedad que necesita cambios”.
América Latina: cifras que duelen
- 300 mil chicos mueren por año por pobreza.
- El 16% de los chicos sufre de desnutrición crónica.
- 53 millones de personas viven con hambre.
- 23 mil madres mueren por desnutrición por año.
- El 25%, más de 50 millones, de los jóvenes están fuera del sistema educativo y del mercado laboral.
- 130 millones viven en tugurios.
- 128 millones sin instalaciones sanitarias.
- 210 millones reciben aguas servidas.
- 60 millones sin instalaciones sanitarias.
* Cifras publicadas por las Naciones Unidas en 2007.
Visión Sustentable, 24 – 08 – 09
La Quinta Pata
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