viernes, 18 de septiembre de 2009

Filósofos analizan las complicaciones éticas de los avances tecnológicos

Gastón Bustelo

Más de 250 intelectuales de todo el mundo deliberarán hasta mañana diferentes aspectos de la ciencia madre.

"Hay preocupación por la aceleración de la extinción de las especies. En la época de los dinosaurios se extinguía una especie cada mil años. En la era industrial se extinguía una cada diez años y en la actualidad se calcula que se extinguen tres especies por hora", sentenció Ricardo Maliandi en el panel sobre Filosofía, ciencia y tecnología desarrollado en el marco del Congreso de Filosofía. También expusieron sobre ese tema Héctor Padrón y Miguel Verstraete.

Maliandi explicó las complicaciones éticas que están trayendo los avances tecnológicos y por qué se los está tratando desde la filosofía. Así fue como indicó que hay que "desarrollar una ética convergente, el problema es que los principios que establecemos y nos dicta la razón se pueden procesar como sensatos; pero al aplicarlos vemos que si adoptamos uno podemos transgredir el otro y aquí está la conflictividad. La gran tarea de la ética es maximizar la convergencia entre los principios".

Maliandi estudia desde hace años el tema de la ética y ayer explicó que "las películas de cine nos mostraban la guerra bacteriológica y otras cosas que eran de ciencia ficción. Pero esas fantasías se han hecho realidad y no son tan divertidas como se veían en la pantalla".

También manifestó la preocupación que existe debido al cambio de rumbo que han tomado muchos laboratorios "que han dejado de ser químicos y ahora son biotecnológicos. No es una fantasía pensar en la combinación de genes animales, plantas, hongos, humanos y bacterias. El concepto de especie biológica ahora hay que pensarlo como un libro al que se le pueden sacar las hojas e intercambiarlas".

Apuntó además que la biotecnología está financiada por "grandes empresarios" y "están muy interesados en su desarrollo". Además agregó que los políticos también fomentan ese proceso debido a que "deberían haber controles estatales sobre la investigación y experimentación que se realiza en este campo; y sin embargo, la corrupción política hace que los controles sean inoperantes o estén subordinados al poder económico".
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Pero Maliandi también se ocupó de los científicos y en este sentido expresó: "los científicos también están condicionados porque a muchos el trabajo se los financian grupos económicos y además porque, en su calidad de científicos, están fascinados ya que hay un nuevo mundo que se está descubriendo. Los biólogos no pueden con sus curiosidades y es legítima, pero quizá lo no legítimo es la unilateralidad. Una curiosidad sin cautela es una forma de irresponsabilidad".

Asimismo, Maliandi indicó que el desarrollo de la técnica es exponencial y "siempre los logros de la técnica han representado problemas para la ética". En este sentido explicó que los avances generan tecnofilia, que sería un entusiasmo desenfrenado por lo técnico. También está la tecnofobia, ahí la técnica genera rechazo por miedo al medio ambiente, entre otras cosas. "La técnica tiene cosas buenas y malas, pero hay que advertir que se ha vuelto parte de nuestra naturaleza", agregó el académico.

Además manifestó que se "está produciendo un giro de la medicina a la biotecnología. Desde sus inicios la biotecnología estuvo relacionada con la técnica y la medicina también; pero actualmente ese crecimiento de la relación con la biotecnología nos muestra que se está produciendo un giro biotecnológico de la medicina".

"Por ahora es parcial, pero si avanza la biotecnología, la medicina también lo hará en ese sentido. Esto trae esperanzas porque algunos piensan que se pueden sanar de un cáncer o de enfermedades genéticas, pero también hay expectativas experimentales lucrativas. Hay mucho riesgo en esto y no se sabe hasta qué punto esos riesgos se justifican".

Los Andes, 18 – 09 – 09

La Quinta Pata

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