Gabriela Vulcano y Diego Schurman
El diputado electo de Proyecto Sur arremete nuevamente contra los Kirchner. Reclama cambios a la ley de servicios audiovisuales y advierte que la iniciativa no se puede discutir en apenas 15 días. Además, avisa que es candidato puesto para 2011.
Pino Solanas ingresa como una tromba. Es un día frío y húmedo y desde el ventanal del café de Moreno y Salta se observa una garúa pertinaz. El líder de Proyecto Sur, la revelación de los últimos comicios, está disperso y atiborrado de compromisos. Pero se muestra amable, charlador y generoso en histrionismo. Su voz carrasposa se luce especialmente cuando, en tono imperativo, fija postura. Como sucede a la hora de analizar el proyecto oficial de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “¡Tenemos diferencias, pero cómo no lo vamos a debatir si hace años que venimos trabajando por cambiar la actual Ley de Radiodifusión de la dictadura!”
– ¿Algunos sectores preferían debatirlo después del 10 de diciembre, con el nuevo Congreso? –Por favor. Cuando fui diputado presenté dos proyectos y organicé dos foros internacionales en el seno de la Cámara de Diputados en el 96 y el 97. De esos grandes debates no salió publicada ni una línea en los medios. El gobierno de Alfonsín tuvo un proyecto, que no consiguió bajarlo, al igual que el de Menem. En la época de De la Rúa también hubo un proyecto bastante bueno, piloteado por el entonces jefe del Comfer, Gustavo López. Por eso no tiene ningún fundamento que se diga que no es el momento para discutir este tema y que esperemos al 10 de diciembre.
–Un sector de la oposición dice que este Congreso es legal pero no legítimo. –Utilizan ese argumento cuando se les da la gana. Este gobierno y el Congreso tienen toda la legalidad. No hay ninguna garantía de que el 10 de diciembre el Congreso no vuelva a cajonear la ley.
– ¿Qué opina del proyecto? – Esta es una ley de leyes, es una ley fundamental de la democracia. La calidad de la democracia, en una sociedad mediática como la argentina, depende también de la calidad del sistema mediático. Estamos en la puerta de la multiplicación por diez o por veinte de las frecuencias. Por eso es preciso un debate amplio, que no esté acotado a quince días como dicen algunos gurús del oficialismo, pero tampoco hay que patearlo para siempre. Sesenta o noventa días es tiempo suficiente para definir el país. El Gobierno demuestra una falta de cintura política monumental. Pone nafta al fuego sobre la desconfianza. ¿Cómo puede pretender que una ley semejante pueda pasar por dos comisiones?
– ¿Lo ve como una embestida contra Clarín? Leer todo el artículo– Son cosas distintas. Apoyamos la necesidad de reemplazar la ley de la dictadura e impulsar el sentido democrático expresado en los 21 puntos. Lo que resulta increíble es que en el seno de la ley aparecen artículos o incisos que niegan aquellos postulados.
– ¿Qué piensa de aquellos que equiparan estos intentos de reformulación del sistema de medios en la Argentina con la política venezolana de Hugo Chávez?
– Somos críticos de esos sectores de la oposición. Muchas veces nos han encontrado absteniéndonos para no quedar pegados a tanto gorilaje reaccionario o de derecha. Lamentablemente la ley nace por la necesidad de reemplazar la de la dictadura, pero también por los negocios. Ahí viene la puja mortal. ¿Quién está detrás de la compra de Telecom? Empresarios ligados al Gobierno. Nosotros no queremos quedar pegados a los dos brazos de una tenaza: los que fuerzan esto por una puja político-económica y los que defienden posiciones monopólicas, de poder o de un sector.
– ¿Cuáles son sus principales cuestionamientos?
– Hay dos que son innegociables: el organismo de control, que debería ser autónomo con control parlamentario y donde debería estar representado un arco amplio de la sociedad, y el otro tema es el de las telefónicas.
– Usted dijo que muchas veces su espacio prefiere abstenerse antes que votar con el resto de la oposición; al mismo tiempo, en algunos casos, pareciera que existe cierto temor a votar junto al oficialismo. ¿Le preocupa que los tilden de kirchneristas o funcionales al Gobierno?
– ¡Por supuesto! Nosotros tenemos una posición independiente. Cuando hemos visto que un proyecto oficial es bueno, lo hemos aprobado. Nos van a tildar de putas, de colorados... (Se ríe y hace un silencio largo). Pero el grueso de la población no se equivoca.
– ¿Una parte del electorado de Macri lo votó a usted en las últimas elecciones?
– Por supuesto. Frente a la ineficiencia y las mentiras, hay una masa móvil de ciudadanos que varía su voto.
– ¿Considera que el resultado que obtuvieron en la Ciudad de Buenos Aires lo van a poder capitalizar en 2011?
–Eso depende de nuestro trabajo y de lo que hagamos. No vinimos a hacer una elección, sino que nos estamos preparando para gobernar el país.
–En su campaña, Kirchner hablaba de la necesidad de estatizar los ferrocarriles y hoy hay una red ferroviaria devastada. ¿Eso se debe a que no hay voluntad política o a otra cosa?
– ¡El gobierno nacional está dirigido por un conjunto de chantas! No tienen nada de estadistas. Los temas grandes del país no se discuten, ni la energía, ni el petróleo, ni el transporte. Con un fuerte crecimiento económico, fueron incapaces de reconstruir las industrias básicas argentinas. No tienen un proyecto nacional.
– Cuando el Gobierno esgrime como proyecto nacional las estatizaciones de las jubilaciones o de Aerolíneas Argentinas, ¿son arrebatos?
– Durante seis años y con mayoría absoluta no hicieron nada por recuperar la estatización. Kirchner es un hombre prolijo que seguro sabe hacer cuentas. En 2003 ó 2004 pudo hacer la recuperación de las AFJP. Ahora lo hizo para usar esos fondos, no para aplicar el 82 por ciento móvil. Algunos sectores dicen que fue un error, pero yo digo que no, porque las instituciones no son responsables de su mando.
– El eje de campaña de Proyecto Sur fue el problema de la minería, ¿piensa que después del 10 de diciembre va a poder instalar ese tema en el Congreso?
– Vamos a insistir en todos los temas que hemos expuesto, entre ellos la prohibición de la minería a cielo abierto.
– ¿Por qué el conflicto del campo?
–Tengo una postura distinta de los dos sectores. Estoy con las retenciones muy segmentadas. Al que tiene poco campo no hay que cobrarle nada. Pero ojo que el conflicto agrario no es sólo de los productores de soja. Las dos terceras partes de los productores agropecuarios están en la lona. Desde el que produce yerbas hasta el de las manzanas del sur. Hay que repoblar el campo y para ello hay que ayudar a los chacareros a que reconquisten lugares de los que fueron echados. Y, por supuesto, hay que tocar al monstruo: las multinacionales exportadoras. Desde Roberto Urquía hasta Cargill, todos ellos. Que fijan el precio. La Argentina es el único gran exportador de granos que no interviene en el comercio exterior de estos productos. Hay que recuperar esa renta. Ese dinero servirá, entre otras cosas, para subsidiar cultivos esenciales.
– No se lo ve a Eduardo Buzzi o a Alfredo De Angeli, y eso que ambos lo votaron a usted, trabajando en ese sentido.
– Mala suerte. Ellos ya tienen su crisis interna. Nosotros no nos identificamos ni con Buzzi ni con De Angeli.
–Tanto con el conflicto con el campo como con la prórroga a las facultades delegadas tuvo diferencias con Martín Sabbatella. ¿Es posible una alianza con él después de diciembre?
–Después o antes. También tenemos coincidencia con Miguel Bonasso, con los del SI. En cada proyecto de ley uno puede tener aliados diferentes. Eso no significa haber armado una alianza política sino un consenso político. Nosotros buscamos la mayor unidad posible.
– ¿Los medios le pueden bajar el pulgar por su postura respecto de la Ley de Radiodifusión?
– Durante mucho tiempo estuve muy silenciado. Las empresas son dueñas de los medios, no de los periodistas. Los partidos políticos no son dueños de legisladores, no todos son “levantamanos” y la 125 fue un ejemplo de ello. Amordazarnos va a ser muy difícil. Y nosotros vamos por más.
–¿Se imagina como el gran referente de la centroizquierda?
–Yo ya fui candidato en 2007. Soy candidato puesto en 2011. ¿Ustedes cómo creen que me puede ir a mí frente a Cobos y Kirchner? Hasta Duhalde dice que seguramente yo puedo aspirar a ser la tercera fuerza de 2011 ¡Él que es el apólogo del bipartidismo! Pero si voy en 2011, voy para ser la primera fuerza. O segundo, pero en el ballottage le gano a Cobos o a Kirchner.
– ¿A quién ve como su competidor?
– ¿Y quién va a ser mi competidor? Qué sé yo. ¿El estadista que dice “metansé mi candidatura en el requeteculo”? (Se ríe a carcajadas recordando la frase de Carlos Reutemann). ¡Qué nivel ! Nosotros abrimos debates sobre recursos naturales, sobre lo público y lo privado. Vamos a democratizar la democracia. Democratizar la vida política, las instituciones, la Justicia, el sistema electoral, los sindicatos, el fútbol...
– ¿Se democratizó el fútbol?
–Las grandes iniciativas democratizadores encierran cosas que la niegan. Creo que es importante que cualquier ciudadano pueda ver el fútbol. Eso está bien. Pero después hay que ver el negocio que hicieron. Ésa es la zona oscura. Ver cómo se maneja ese dinero.
“Nosotros ya afectamos tres proyectos presidenciales”
– Carrió no lo quiere mucho.
– ¿Por?
– Dijo de usted: “No nació en Fuerte Apache. Nació en San Isidro y en 2001 estaba filmando en París”.
– Carrió me tiene sin cuidado. Así le ha ido. Además, no nací en San Isidro. Nací en Olivos (se ríe).
– ¿Cobos es el candidato a vencer?
–Es una suerte de De la Rúa II. No le conocemos una idea. Pero sí recordamos que, como gobernador de Mendoza, en 2007 se apresuró a renegociar la prórroga de las 12 áreas petroleras de su provincia. Y lo hizo por 20 y 30 años. Y la mitad de ellas se las adjudicaron a Daniel Vila y a José Luis Manzano. Y después terminó siendo aliado de los Kirchner. ¿Qué paradoja, no? ¿El principal aliado será su principal contrincante?
– ¿Cobos es uno de los candidatos del establishment?
– Sin duda. Es una variante de la derecha. Hay muchos candidatos del establishment. Claro que nosotros afectamos tres proyectos presidenciales.
– ¿Qué proyectos?
– El de Macri, que ya se bajó y que no tiene fuerzas en el interior. Michetti ya dice: “Bueno, Mauricio debería quedarse en la ciudad, porque todavía no terminamos lo que pensamos hacer en la ciudad”. El de Carrió. ¡La Carrió salió tercera! A quince días de la elección, pidió clemencia, cantó un bolero y pidió que no se olviden de ella. Ya nadie habla de Carrió como candidata a presidenta. Y el de Kirchner. Le ganó Don Nadie, porque De Narváez es Don Nadie. Y, en la Capital, nosotros le sacamos 13 puntos al kirchnerismo, sin un mango y a puro argumento.
El atentado que Néstor no investigó
– ¿Kirchner es peronista?
– Es un tibio desarrollista con algunos rasgos progresistas y con otros populistas. Es un hombre que viene de una provincia rentista inmobiliaria.
– Néstor Kirchner mencionó que por poquito usted era menemista. “Pino quería Galerías Pacífico y Carlos Menem no se las dio. Por eso no fue menemista”, explicó el ex presidente.
– Cuando defendí Galerías Pacífico, la SIDE empezó a decir: “Pino las quiere para él”. Te ensucian con temas materiales o el negocio. Es lo mismo que decir que mi defensa a la petrolera estatal es porque me quiero quedar con YPF o ser secretario de Energía de la Nación.
– Usted dijo que, en un encuentro con Kirchner, él se había comprometido a abrir los archivos de la SIDE en la causa de su atentado. ¿Qué pasó?
– En febrero de 2004, Daniel Burman y yo nos encontramos con él, y mi apoderado Julio Raffo le dijo que sería bueno tener información sobre el atentado que sufrí. Kirchner le dio las indicaciones a Parrilli. Y hasta hoy no obtuvimos respuesta.
– ¿Cree que a Kirchner le molesta que lo corran por izquierda?
– Seguramente. Le ganamos por trece puntos en la Capital. Algo tiene que estar molesto. Nosotros ayudamos a bajar a Macri del 42 al 31.
Crítica Digital, 06 – 09 – 09
La Quinta Pata
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