Delfina Acosta
El libro La de antes es un resumen de vida, de existencia llena de alegrías y despertares a la saludable naturaleza del mundo, pero de caídas en abismos y oscuridades después.
Puede decirse —además— que es una biografía; no es la clase de biografía que acostumbramos leer, donde el biografiado aparece con todas las galas de su historial literario, científico o artístico.
Olga Bilbao Cuevas es, antes que nada, una mujer de honda sensibilidad, que expone, que deja constancia en las páginas del texto ahora comentado, el hondo sentimentalismo de su naturaleza espontánea.
La autora del libro vivió una niñez privilegiada, en perfecta comunicación con el verde de su pago, de su pueblo natal, donde los más hermosos tiempos de su existencia alumbraron su conciencia. Su relato gira, mayormente, sobre la picardía de la peonada que trabajaba en la hacienda Duarte-cué, que pertenecía a una administración inglesa, y era administrada por su padre, un inglés de pura cepa.
El capítulo I arranca con sus travesuras, con su imaginación encendida de niña curiosa y vital. Y de esa imaginación diamantina, nacen las páginas que ennoblecen la espontaneidad y la sencillez de la gente del campo.
Gran observadora de aquellas situaciones que mueven a la risa o a la sorpresa, Olga nos va contando, con un estilo sencillo y un lenguaje límpido, libre de todo retoricismo, aquellas situaciones y hechos más disparatados protagonizados por los peones, por la gente miedosa de la comarca, y por ella misma.
Se huele un perfume a pueblo hondo y verdoso, a gente simple y laboriosa, no contaminada por la pasteurización de los tiempos actuales.
En el II capítulo: La protagonista cae enferma, víctima de la temible bipolaridad. La meten en el neuropsiquiátrico. Los relatos de su permanencia en ese sitio, que bien podría llamarse un depósito de seres humanos, son espeluznantes. Ella, sin perder —totalmente— el juicio, ni ser desplazada del tiempo y espacio en que vivía, se horroriza ante los vejámenes a los que son sometidos sus compañeros de desdichas. La alimentación en esa casa de enfermos mentales, que debería ser un lugar de rehabilitación, es —básicamente— comida para perros. La falta de higiene la lleva a constantes vómitos, por otra parte.
Leer todo el artículo
2 comentarios :
interesante el marco en el que vivio de niña.....y simpitica son las anecdotas...
Importante refrescar la memoria con semejante libro, a pesar del pasar de los años atendiendo a las fechas de los relatos de Olga las cosas no han cambiado mucho por aquel lugar, lo humano sigue perdido... Y lo peor es que estamos mal acostumbrados a negar y creernos exentos de tal realidad..
Publicar un comentario