Marcelo Padilla
La semanita política destapó nuevos frentes: la farándula comprometida con la represión para frenar la inseguridad y la servil actitud del Vicepresidente Julio Cobos ante los dueños de los medios más poderosos. Se caen las máscaras.
No estamos en pedo, no. Estamos “de-la-ca-be-za” con los efectos de la moda alcohólica y la jarra loca mediática y política. Mientras los pibes se destruyen la bocha con la mezcla de gin, gancia, whisky, ibuprofeno y ansiolíticos; nosotros, los televidentes - categoría equivalente a la de “consumidores de estupefacientes ideológicos”- asistimos ¿azorados? a las mezcolanzas de depresores y estimulantes caníbales, en el banquete televisivo antipueblo.
¿Qué produce la jarra atómica? Es letal. Se pierde la conciencia, trastoca los “actos del habla”, las prácticas sociales y la responsabilidad ante los límites, en este caso, democráticos. No me digan… los dichos de Sú o de la señora embalsamada ¡Fueron emitidos a boca de jarra! No son estadistas, no son intelectuales, no son políticas… son la cara misma de la fama, que es puro cuento. Vociferan sandeces, supuestamente comprometidas con causas nobles. Decrépitas, montan el geriátrico gagá en la misma tele para que sus audiencias las bendigan. “Algo hay que hacer” - dicen. Yo digo, ¡Algo hay que hacer con ellas!
A los pibes les dan jarra loca y jarra atómica (para pobres, medianos y altos) y, en las casas, a las familias, un buen cóctel de Cobos, Susana Giménez, Tinelli y Mirtha Legrand (no se olviden de la rechoncha Descarrió). Un vicepresidente clonazepanycirco y, una fauna de agitadores de la desculturización de la sociedad, están invadiendo los hogares (lo hacen desde hace años pero ahora nos quieren levantar de la silla para sumarnos en clave “hermanos macana”). Ojo, cuidado, los efectos (cachiporrazos) -como dije- son letales.
Podés salir en cualquier momento a justificar un Golpe de Estado avivado desde la televisión, al “son” de jarras locas y atómicas (las cacerolas ya fueron). La jarra farandulera genera una alta adicción y el tratamiento para rehabilitarte te lo dan en la iglesia los domingos en la mañana ¡Ostias! Pero a la noche, te la vuelve a servir la embutida Su y esa manga de boludos que sonríen todo el tiempo, escoltándola, cuando habla por teléfono. ¡Bárbaro! Te ganaste 5 mil pesos. Ricos y fachosos.
¡Alto ahí!
Leer todo el artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario