Rodrigo Farías
Electo Mujica en Uruguay. Reelecto Morales en Bolivia. Este fin de año levantaremos nuestras copas no por un fin ni por un comienzo sino por continuidad. Latinoamérica vuelve a ser vanguardia mundial en la pelea de los pueblos por la equidad y los derechos sociales por sobre los intereses de imperialismos, oligarquías y corporaciones.
Hace más de diez años se yergue en Venezuela un gobierno socialista democráticamente elegido. En el año 2002 la movilización popular organizada y consciente venezolana, el pueblo literalmente en la calle, logra contrarrestar el golpe de estado pro-yanqui consumado contra Chávez. Las similitudes con nuestro 17 de octubre son increíbles.
En el año 2003 asume la presidencia de Brasil un obrero sindicalista, Lula Da Silva, registrando el mayor número de votos en la historia democrática brasileña. Con Lula se desarrollan los programas sociales más ambiciosos de la historia de ese país. En el 2006 el centro izquierda brasileño se reafirma rompiendo su propio récord con un 60,84 por ciento de votos.
Enero del 2006: Evo Morales asume la presidencia de Bolivia. Primer mandatario perteneciente a pueblos originarios. La ruptura mandatorial con su historia no solo es étnica sino también de clases. Evo proviene de una familia humilde y campesina, también obrero, también sindicalista.
Año 2007: Obtiene la presidencia de Ecuador Rafael Correa, hombre de izquierda, nacionalista y antiimperialista, como Chávez, como Evo. Las clases sojuzgadas latinas sonríen las victorias populares y a los presidentes que las representan.
Actualmente, en Uruguay se renueva el segundo gobierno consecutivo de izquierda con la victoria de José Mujica. Siendo que Tabaré Vázquez fue el primer presidente de izquierda en casi 200 años de historia uruguaya. También replantean el orden Fernando Lugo en Paraguay y Michelle Bachelet en Chile.
El común denominador de todos estos gobiernos (por ser populares y de izquierda) es que han poseído una oposición brutal por parte de los medios de comunicación privados de cada uno de sus países. Por su parte, las oposiciones conservadoras no han tenido mayor altura, la desestabilización y el golpe parecen ser una renovada amenaza luego de observar la triste realidad (aun posible de ser cambiada) que se desarrolla en Honduras.
Polémicamente Argentina participa de todo este movimiento histórico. El concepto de revolución se resignifica. Estatizaciones varias. Una ley sobre los espacios comunicacionales arrebatados (a la sociedad) por corporaciones ultraderechistas. Asignación Universal por hijo. Condena a represores. Hechos difícilmente cuestionables exhiben el retorno de lo mejor de la historia popular ocurrida durante el siglo XX. Retorno no tanto hace pensado imposible.
Río de Palabras, 22 – 12 – 09
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