domingo, 31 de enero de 2010

Haití, ocupado humanitariamente

Sergio Peralta

“Los pueblos como las bestias, no son bellos cuando bien trajeados y
rollizos sirven de cabalgadura al amo burlón, sino cuando de un vuelco
altivo, desensillan”


José Martí, 1894
Seguramente el índice Goldman Sachs (aquel que se usa para medir la evolución de los precios de los 500 recursos naturales más solicitados) debe haber bajado en el caso específico del iridio; desde 1990 su precio se había visto casi triplicado y no es para menos, integra un grupo especial de minerales raros junto con el platino, el paladio, el rodio, el rutenio y el osmio. Las cualidades naturales de este raro mineral lo colocan a la cabeza de los preferidos por la industria armamentista, especialmente en el recubrimiento de las cabezas de los misiles balísticos. Es un metal pesado y a la vez uno de los elementos más raros y escasos. De color blanco-amarillento y de gran resistencia fue descubierto en 1803 por el químico Smithson Tennant quien se sorprendió por su masa. De hecho, un pequeño cubo de unos 30cm de lado de iridio pesa unos 650 kilogramos. Entre otras características presenta la de ser el metal más resistente a la corrosión de todos. Sumado a las cualidades casi únicas de este mineral aparece la escasez. En contados lugares del planeta aparecen yacimientos, uno muy importante se encuentra en Sudáfrica, el otro -para su desgracia- está en Haití.

Sorprendió a la comunidad internacional la velocidad con que el presidente de Estados Unidos y premio Nóbel de la Paz, Barack Obama, mandó un contingente de más de 10.000 militares como ayuda humanitaria a Haití. Rápida y humanitariamente tomaron el control del aeropuerto y su destrozada torre. Comenzaron a controlar el tráfico aéreo que llegaba con la “ayuda” desde un portaaviones que se encuentra humanitariamente en la zona. El presidente norteamericano designó, entre otros, al ex presidente George W. Bush para que colaborase humanitariamente con los damnificados del horror. Claro, Bush dio muestras sobradas de capacidad en su tierra con el huracán Katrina. Es obvio que el envío no es casual y que el interés por la región data de hace tiempo. El apoyo al derrocamiento de Arisitide, adoctrinado y vuelto a poner por ellos y vuelto a sacar por ellos, la sumisión alimentaria debido a que son los principales proveedores del arroz (principal componente de la dieta haitiana), la casi totalidad de la deuda (80%) está en manos del Banco Mundial y el BID. Además retrocediendo hasta 1957, fueron los soportes del reinado Duvallier. Cuando “Baby Doc” abandonó Puerto Príncipe, su fortuna se calculaba en más de 900 millones de dólares, suma superior al de la deuda de Haití de ese entonces. Un dato por demás esclarecedor está en el hecho de que su embajada se ha construido con un esquema que la coloca en igualdad de importancia con la que se encuentra en Bagdad.

La riqueza del suelo de Haití, que además del iridio tiene importantes reservas de oro y plata y una posible cuenca petrolífera superior a la de Venezuela está ligada indisolublemente a la actitud actual de Estados Unidos. Solamente un prefijo separa el claro significado de una palabra: la desocupación por el dolor del otro a la “ocupación humanitaria”

En esta nota de opinión no se pretende achacar al gigante del norte ningún tipo de responsabilidad sobre el terremoto en el lugar. Ahora la pregunta gira en torno a cuánto se necesita para cubrir las necesidades básicas de un fornido marine norteamericano trasladado a ese lugar, más todo el apoyo logístico necesario para que una “población” de marines, en misión humanitaria, cubra sus necesidades básicas, seguramente superiores a la de un haitiano promedio.

La actitud norteamericana a lo largo de la historia hace sospechar de la presencia en el lugar. En 1915 llegaron con el pretexto de ayudar restablecer la paz social y se fueron en 1934 después de clavar en una puerta al líder de la revolución Charlemagne Peralta y de ahogar al país en la sangre de negros que resolvieron ser libres.


* Los Barriales


La Quinta Pata, 31 – 01 – 10

La Quinta Pata

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