Con verdades, convicciones, tragedias y exilios en común a lo largo de sus vidas, Juan Gelman y Carlos Alonso aunaron esfuerzos para la reciente publicación de "Bajo la lluvia ajena", un libro que el poeta escribió en 1980 y que se reedita ahora con ilustraciones del artista mendocino.
El libro aparecido por primera vez hace casi 30 años reúne textos que componen un mosaico de agudas reflexiones sobre el destierro, la ausencia y el dolor, que ahora se unen a las estampas de Alonso impregnadas de igual sentimiento y hondura, que confluyen en un testimonio emotivo y lúcido.
Publicado por Libros del Zorro Rojo y Fundación Mundo Nuevo, el volumen incluye un prefacio del director de la colección Alejandro García Schnetzer, quien compara la vida de los creadores con "dos ríos que paralelamente discurren".
"A su modo, cada cual supo integrar esas experiencias al orbe de sus creaciones" dice el director de la editorial catalana sobre los golpes que debieron atravesar estos artistas: "Entre ambas obras existen correspondencias, consonancias", asegura.
"Es difícil reconstruir lo que pasó, la verdad de la memoria lucha contra la memoria de la verdad. Han pasado años, los muertos y los odios se amontonan, el exilio es una vaca que puede dar leche envenenada, algunos parecen alimentarse así", escribe el poeta en el inicio del libro que marcó su vuelta a la literatura luego de cuatro años de silencio.
Perseguido por su militancia política, Gelman (1930) inició en 1975 un largo exilio que se repartió entre Europa y América Latina, período en que sufrió además el secuestro y desaparición de su hijo Marcelo (en 1976) y su nuera María Claudia, quien se encontraba embarazada de su nieta –nacida luego en cautiverio.
El dolor atravesó por igual la vida de ambos artistas: el pintor Carlos Alonso (Tunuyán, 1929) se exilió en Italia en 1977, un año después del golpe de Estado del 76 y la posterior desaparición de su hija Paloma, hasta que en 1979 se trasladó a Madrid.
Leer todo el artículoLas ilustraciones de Alonso encajan como un perfecto rompecabezas con los 26 fragmentos que componen el libro, escrito en Roma durante 1980, en una de las reflexiones poéticas más profundas que el autor haya elaborado sobre su experiencia con el exilio.
Con el subtítulo ´Notas al pie de una derrota’, que fija así el doble carácter introspectivo y político del texto, la actual edición de "Bajo la lluvia ajena", recupera una serie de aguafuertes de Alonso realizadas durante su exilio casualmente en Roma, que permanecieron inéditas durante 35 años.
"Siento que el texto está ilustrado por mí, especialmente ilustrado por mí, pero ilustrado en el mismo momento en que fue escrito, porque las preocupaciones, el sentimiento, incluso las metáforas que yo trabajaba entonces, eran coincidentes con las de Juan", señaló Alonso de cara a la realización de esta obra.
El artista mendocino seleccionó doce trabajos que coinciden con la intensidad, el sentimiento, y la profundidad que caracteriza el texto, en este libro que constituye la reunión cumbre de dos figuras clave de la cultura latinoamericana.
"El 5 de marzo de 2009, Alonso y Gelman compartieron la tarde en Buenos Aires. Llovía. La excusa era conversar sobre la obra, visitar las aguafuertes que la harían. Viéndolas, Gelman observó: "No son ilustraciones, Carlos, son mucho más’", relata el prefacio de la obra.
Considerado uno de los mayores poetas contemporáneos, Gelman es autor de "Violín y otras cuestiones", obra que prologó Raúl González Tuñón y que fue la primera de una extensa y notable poética que continuaría con títulos como "Gotán”, "Cólera Buey", "Los poemas de Sydney West", "Relaciones", "Si dulcemente" o "Dibaxu".
Su obra ha merecido numerosas distinciones, entre las que destacan el Premio Juan Rulfo (2000), el Premio Ramón López Velarde (2004), el Premio Pablo Neruda (2005), el Premio Reina Sofía (2005) y el Premio Cervantes (2007).
Alonso estudió Bellas Artes en la Universidad de Cuyo (Mendoza) con maestros como Lorenzo Domínguez, Ramón Gómez Cornet y Lino Enea Spilimbergo; a los 24 realizó su primera exposición en Buenos Aires y en 1957 ganó el concurso convocado por la editorial Emecé para ilustrar la segunda parte del Quijote, que iniciara Salvador Dalí.
Más tarde, ilustraría textos de Pablo Neruda, Dante Alighieri, Roberto Arlt y Guy de Maupassant, mientras que la fuerza expresiva y el compromiso social que distinguen sus trabajos le valieron desde los años 60 un vasto reconocimiento y exposiciones en Londres, Madrid, México, Nueva York, París, Roma y Tokio.
Télam, 10 – 01 – 10
La Quinta Pata
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