Gabriel Conte
Ramón Ábalo, periodista, escritor y militante de la LADH, saca a la luz casos que muchos mendocinos se negaron a creer durante años y que empiezan a tener confirmación. El periodista que se calzó uniforme. El que tenía listas negras en el cajón.
A los 16 años, Ramón Abalo entró a trabajar como periodista por primera vez. Participó de la redacción del diario La Tarde, y aún hoy, transitando su octava década de vida, continúa siéndolo, aunque de manera "independiente", una sutil forma de llamar -dice- a "los desocupados".
En su libro “El terrorismo de Estado en Mendoza” había anticipado sus sospechas que hoy cree haber confirmado con la reproducción por parte de MDZ del nombre de José Domínguez Palazzini como parte de la lista de colaboradores civiles del Batallón 601 que dio a conocer la revista Veintitrés.
“Estaba claro que era un propagandista de la dictadura”, asevera hoy Ábalo mientras escudriña la larga lista de más de 800 periodistas que sirvieron, al parecer gustosamente, al terrorismo de Estado a lo largo y ancho del país.
Inmediatamente, agrega: “Hay muchos más; algunos, por formación, por convencimiento propio, porque en esas épocas estaban mal vistos los movimientos revolucionarios de Latinoamérica y África. Pero muchos otros, lo hicieron a sueldo, directamente puestos al servicio de la dictadura”.
Ábalo se atreve a dar nombres, como ya lo había hecho en la primera edición de su libro, en la que anticipó que “en ese entonces (los tiempos del último golpe) se había hecho cargo del noticiero del Canal 9 y desde allí se convertiría en uno de los más exaltados propagandistas de la dictadura militar”. Relata en su libro que en 1983, una vez recuperada la democracia y aunque hoy se sabe que el Batallón 601 recién fue desmantelado en el año 2000, Domínguez Palazzini –conocido en la jerga militar, según denunció Gustavo Solanas como el “Capitán Nicolás”- se “refugió en Capital Federal”, aunque luego, apostando “a la mala memoria colectiva, fue nuevamente en Mendoza un expectante periodista con el privilegio de opinar sobre todo”, tal como lo relata el autor en su libro “El terrorismo de Estado …”.
Con y sin uniforme; una misma pasión
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