domingo, 7 de febrero de 2010

La restauración

Rodrigo Farías

Mientras peor mejor. Lógica de las revoluciones. Ora la dialéctica por un incremento de las contradicciones, condición sine qua non de una gloriosa explosión que dé paso a la dictadura del proletariado. El sistema es perverso, hay que cortarlo desde el cuajo, desde sus profundísimas raíces. Gran parte de la izquierda argentina debería empezar a leer los libros como libros, y no como manuales. Como tristes y brutales almanaques proféticos cuyas letras se escriben con rojo.

Desde esa lógica la victoria de la derecha y el eventual incremento de las pulsiones capitalistas desgarradoras hacen que el “pueblo” esté un paso más cerca de la…revolución. Desde esa lógica la victoria en Chile del empresario multimillonario Piñera es un avance, un peldaño más, en la consumación de la verdadera historia. Si bien lo parcial repugna, los medios son solo eso, medios. El objetivo es el fin y no debe repararse en los costos sociales y humanos inmediatos de tales medios.

Hablamos de esa izquierda que cantaba victoria al momento en que se desataba la crisis capitalista mundial. Miseria, hambre, pobreza, las condiciones no podían ser más óptimas. ¡Anulación del voto, la democracia es una trampa! El gobierno nacional, un placebo, una ilusión, un simulacro. El Estado continúa siendo burgués. El imaginario político, un triste espejismo. El mundo se cae a pedazos. ¡Revolución o muerte! Ganó la Derecha en Chile. Se prefiguran alianzas con Perú y Colombia. El acceso de Bolivia al Océano Pacífico pasa a decidirse directamente según los intereses geopolíticos de Washington. Más allá de las formalidades, las relaciones con nuestro gobierno nacional se vaticinan ásperas, luego de años de aproximación, empatía. ¿Pero cómo pudo ser? ¿De qué manera se consolidó un gobierno obsesionado por reciclar funcionarios y recursos de la brutal dictadura pinochetista luego de los importantes avances sociales logrados con la Concertación?

El sumario de esta ¿victoria? es triste. No escapa al razonamiento del mientras peor mejor mencionado. Fue determinante en los resultados la participación del candidato de izquierda Ominami quien no dudó en criticar fieramente a la Concertación durante su campaña sin equiparar tales críticas con otras de la misma envergadura contra el candidato multimillonario y su cuerpo político empresarial subrepticio. Quien luego, críticamente, sí dudó en apoyar a Frei para evitar el triunfo conservador. La participación de Ominami fue determinante y funcional para la victoria de la derecha piñerista.

En Argentina puede no ser diferente el rol desempeñado por Pino Solanas. En el valle de los espejos las buenas intenciones pueden ser la tara de la inocencia.

Río de Palabras, 28 – 01 – 10

La Quinta Pata

1 comentario :

Michel dijo...

Es muy cierta esa mecánica de la que hablas. Tristemente, esa extraña forma de leer los libros y la realidad suele condenar a muchos a la "arenga de patio"... arenga necesaria, sin dudas, pero ¿única?; pero ¿fin de la política?

Agregaría a esto que planteas, trayéndolo para nuestros pagos argentos, ese temor de la izquierda por quedar como "oficialistas". Un temor, muchas veces inconciente, y una gran incapacidad para comprender lo que Gramsci tan bien tematizó sobre hegemonías, subalternidades y grietas. ¿No se dan políticas de izquierda en Argentina? Me permito decir que sí, se dan, y son muchas veces mejor que la consabida "contra peor, mejor".

Un abrazo y seguimos en contacto.

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