domingo, 27 de junio de 2010

“Nos marca lo que pasa en Mendoza con los familiares de desaparecidos”

Daniel Calivares

El Equipo Argentino de Antropología Forense se encuentra en la provincia haciendo nuevas excavaciones en el Cementerio de Capital. Aquí, todo lo referido a un trabajo reconocido en el mundo.

La realidad supera a la ficción. Hay series de televisión y películas donde se muestra a antropólogos resolviendo crímenes, sin embargo, en Argentina, esto no se trata de una ficción, sino de un trabajo que viene haciendo un grupo de científicos desde hace 26 años y que los ha llevado a tener fama mundial y credibilidad a prueba de cualquier objeción.

Además, son los peritos principales de los organismos de Derechos Humanos a la hora de realizar búsquedas de desaparecidos. Se trata del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el mismo que identificó los restos de cientos de personas y que realzó su fama luego de ser los encargados de encontrar los del Che Guevara

En Mendoza
No es la primera vez que un equipo de la EAAF viene a la provincia.

De hecho, el año pasado llegó un grupo hasta Campo Las Lajas y, en febrero, otro equipo estuvo en el Cementerio de la Capital excavando en el área 33, buscando vestigios de posibles desaparecidos.

La semana pasada, el mismo grupo se instaló en Mendoza para retomar las excavaciones, mientras es permanentemente observado por familiares de las víctimas de la última dictadura.

Está integrado por Anahí Ginarte, Valeria Margherit, Melisa Paiaro y los mendocinos Fernando Olivares y Fernanda Minotto.

La EAAF
Sin poder hablar del caso mendocino, debido al secreto de sumario, Ginarte, Paiaro y Margherit recibieron a El Sol tras una jornada de ocho horas de trabajo en el Cementerio de Capital.
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Allí, Ginarte se encargó de agradecer el apoyo prestado por la Justicia para la excavación, pero, principalmente, el de los familiares de los desaparecidos.

Estos, dice Paiaro, han acompañado cada jornada laboral en el Cementerio de Capital. "El tema de los familiares es un tema siempre presente, pero uno no lo siente como presión sino como compañía", explica la antropóloga cordobesa, que lleva siete años exhumando cuerpos a lo largo de todo el país.

"Es uno de los puntos a tener en cuenta", afirma también Ginarte. "Somos un grupo de científicos que trabajamos en casos de violaciones de derechos humanos en todo lados y cuando llegamos a una zona, los familiares han buscado por años y los gobiernos les han negado información, por lo que, para nosotros, tienen que estar, tienen ese derecho", explicó.

Ginarte es una de las antropólogas de más renombre en Argentina. Desde hace más de 20 años está en la EAAF y, a raíz de su trabajo, viajó a Congo, Etiopía, Sierra Leona, Bosnia, Kosovo y Bolivia, entre otros lugares.

Justamente, en este último país, Ginarte fue parte de la expedición que comenzó la búsqueda de los restos del Che Guevara en 1995 y que concluyó en 1997, cuando se encontraron varias decenas de cuerpos y, entre ellos, uno que era el único con el cráneo sin destrozar y que, luego, las pruebas confirmaron que era el del Che.

"Justamente, el caso del Che es uno de los que más se recuerda entre los que participaron, sin embargo hay otros", indicó Paiaro.

"Uno se acuerda siempre de los primeros casos, de la primera vez que entra a una fosa. Hasta que no empezás no sabés si te lo vas a bancar. En el 2005 estuve en Catamarca buscando los restos de unos chicos del ERP que habían mostrado la bandera blanca en un intento de copamiento y luego fueron fusilados, eran muy chiquitos, de entre 18 y 22 años. Cada vez que identificamos a unos de ellos, o a cualquier otro, gritamos de alegría. Al tiempo me tocó ir a entregar los restos de uno de los jóvenes a su familia y conocí a sus cuatros hermanas, era un chico de Uruguay, del movimiento Tupamaro. Fue todo como de novela, ellas me contaban sus historias, de que dos se habían tenido que exiliar en Suecia y el resto se quedó resistiendo, eso queda. Por ejemplo, acá (en Mendoza), nos marca lo que pasa con los familiares de desaparecidos, es gente que nos acompaña mucho", refirió.

La búsqueda política
Ellas mismas aseguran no ser militantes de derechos humanos, más allá de que compartan algunas ideas.

Sin embargo, igual que los organismos, la EAAF también tuvo que sufrir los avatares de las leyes del perdón y de la política de derechos humanos del ex presidente Carlos Menem.

Según Ginarte: "Estamos en un período con subsidios de muchos lados, porque, con los años, la ONG se hizo más conocida", aunque aclara que cuesta conseguir financiamientos.

La época más dura fue luego de la Ley de Punto Final impulsada por Raúl Alfonsín.

En ese sentido, Paiaro explicó que eso representó un punto final también para las investigaciones, ya que todo se volvió más difícil.

Lo mismo sucedió con Menem, que nunca tuvo como prioridad la política de derechos humanos.

Las científicas coinciden en que todo cambió a partir del 2003, cuando tanto el Ejecutivo nacional como algunos gobiernos provinciales, comenzaron a colaborar mucho más a la hora de otorgar financiamiento para estas investigaciones.


El Sol, 25 – 06 – 10

La Quinta Pata

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