Emilio Marín
El jefe de la revolución cubana, la primera de tipo socialista en el hemisferio occidental, ha cumplido 84 años. Recuperó la salud, comprometida en 2006. Los cubanos y mucha gente del mundo están felices.
¿Qué tienen en común Dwight D. Eisenhower, John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, James Carter, Ronald Reagan, George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush? Dos cosas: fueron presidentes de Estados Unidos y lidiaron con la revolución cubana mientras Fidel Castro fue primer ministro o presidente. Se excluye a Barack Obama porque asumió en 2009, cuando aquel ya había dejado la presidencia en manos de Raúl Castro.
De la decena, el único decente fue Carter, quien en 2002 viajó a La Habana y sostuvo amistosas conversaciones con su otrora enemigo. Esa visita le vino muy bien a la isla, porque un funcionario de la administración Bush, John Bolton, había acusado en mayo de ese año que Castro estaba experimentando en pos de armas biológicas y químicas. Carter visitó los polos científicos de la capital y esa patraña se hizo polvo.
A lo largo de los 51 años fue problemática la convivencia entre el pequeño país socialista y la superpotencia, separados sólo por el estrecho de la Florida y 90 millas. La culpa no es de dos. Es de una, que no soportó que en sus narices el socialismo fuera poder y hablara en castellano.
Hasta invasiones hubo para volver a la Cuba neocolonial y cabaretera anterior. En abril de 1961 Estados Unidos organizó un desembarco de contrarrevolucionarios adiestrados en Nicaragua y Guatemala. En solo 72 horas habían sido derrotados. Un joven Fidel Castro dirigía la artillería de la defensa y hacía blanco en los barcos invasores. En esas batallas el proceso isleño dio un salto de calidad: de antiimperialista y democrático se convirtió en socialista.
El mal vecino trataba de recuperar el control del país y en simultáneo elaboró planes de asesinar al líder. En febrero de este año se anunció en La Habana el estreno de una serie televisiva de Rafael Ruiz Benítez, "El que debe vivir". El noticiero de la televisión explicó que la obra se refería a "cómo la vida de Fidel siempre ha estado en peligro, amenazada por 638 planes de atentados que han sido frustrados por la efectiva actuación de los órganos de la seguridad del Estado, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el pueblo cubano". ¡638 intentos de matarlo!
Leer todo el artículoEsos fracasos de la CIA y sus agentes es lo que los 13 de agosto de cada año festejan los 11 millones de cubanos y muchos millones del resto del planeta que se suman, a la distancia.
Esa fiesta es de naturaleza muy diferente a las de mandatarios de países capitalistas y la farándula. Recientemente se casó la hija de Clinton y las agencias reportaron que se gastaron fortunas. Los cumpleaños de Fidel son otra cosa. Este año varias organizaciones sociales organizaron festivales con el lema de "Con Fidel y por la Paz". Ayer sábado concluyeron con el concierto Paz, Amor y Música en la escalinata de la Universidad de La Habana. La idea fue festejar la reciente vuelta del comandante en jefe a las actividades políticas, en reuniones, reportajes y comparencia a la Asamblea Nacional.
Como la cigarra
En su reentré, Fidel podría haber cantado el tema de María Elena Walsh, La Cigarra: "Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando". Por supuesto, ese hombre es mortal. Pero además de los 638 intentos de asesinarlo, hubo muchos que lo quisieron matar antes de tiempo.
Por ejemplo, en octubre de 2004, al terminar un discurso en Santa Clara, donde se graduaban licenciados en Arte, el orador tropezó en la bajada del escenario y se cayó, sufriendo heridas. Cuando la noticia llegó a Miami y otros cubiles de la fauna anticastrista, muchos salieron a festejar creyendo que se había muerto. Fidel, en el acto, dio su propio diagnóstico: "les pido perdón por haberme caído. Seguramente... bueno, observo, y para que nadie especule por ahí, que tengo alguna fractura en la rodilla y tal vez una en el brazo, tal vez, no es muy seguro todavía, pero estoy entero". Luego los médicos comprobaron que eso era exactamente lo que tenía.
Lo de julio de 2006 fue más serio. Apenas regresado de la Cumbre del Mercosur en Córdoba y luego de hablar en el Día de la Rebeldía Nacional, debió ser operado de los intestinos. Raúl Castro asumió la presidencia, primero en forma provisional y luego por elección de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
En ese momento los voceros más retrógrados del capitalismo volvieron a cantar el himno de la muerte, esa pieza que comenzaron a escribir los falangistas reprobados por Miguel de Unamuno y que completaron los asesores del almirante Emilio Massera en la ESMA. "Viva la muerte" vociferaron los émulos de Millán Astray, igual que el "Viva el cáncer" de los gorilas con destino a Eva Perón.
Castro lo explicó por escrito a su población. Pero aquellos fanáticos de la llamada gusanera de Miami no lo creyeron. Salieron por Little Havana nuevamente a festejar lo que no se había producido. CNN y Fox llenaron sus pantallas con banderas cubanas y estadounidenses de esas personas con el alma llena de rabia.
Ese odio no los dejó razonar. Cuando el operado reapareció, en fotos, se dedicaron a mentir con que estas eran trucadas. Que por qué aparecía un lunar que no había antes, que si fuera cierta la noticia debía haber una filmación y no una fotografía. Y así unas cuantas paparruchadas tan propias de la "prensa seria".
Después hubo imágenes con Hugo Chávez, con Hu Jintao y otros visitantes, y aquellos críticos no pudieron seguir con su campaña. Pasaron a criticarle que vestía ropa deportiva; antes objetaban el uniforme militar y después los trajes de las Cumbres Iberoamericanas. Pero Fidel estaba vivito y coleando, y seguiría cumpliendo años.
Amores y odios
Se dirá que hay gente en el mundo que no lo quiere a Fidel. Algunos que habían prometido volver a Cuba cuando muriera ese líder, se quedaron en el intento. Celia Cruz, la reina de la salsa, había dicho eso pero falleció en julio de 2003 en Nueva Jersey. Otra furibunda anticomunista, Olga Guillot, la reina del bolero, que tenía el mismo deseo, "se fue de gira" en julio de este año, luego que un infarto la fulminara en Miami.
Esa ciudad es uno de los centros de la mafia y el terrorismo anticubano. Allí habita muy tranquilo Luis Posada Carriles, responsable de abatir con bombas en 1976 el avión de Cubana sobre Barbados con 73 muertos.
En El Nuevo Herald de Miami publica hace años el argentino nacionalizado estadounidense Andrés Oppenheimer. Vergara Editor editó en 1992 su best seller "La hora final de Castro", que al año siguiente fue publicado en inglés. De esta edición sí se dispone la fecha: 29 de octubre de 1993. Causa mucha gracia el título del libro y su subtítulo: "La historia secreta detrás de la inminente caída del comunismo en Cuba". Si las matemáticas no fallan, han transcurrido 16 años, 9 meses y 16 días de tan fallido pronóstico, pero su autor sigue publicando notas en 60 diarios de la SIP, como "Gaceta Ganadera" de Argentina.
Entre los medios que han mentido está Forbes. En mayo de 2006 publicó un listado de los diez gobernantes más ricos del mundo y puso al barbado con una fortuna de 900 millones de dólares. La reacción del aludido fue contundente: "tengo el honor de poder decir que no poseo ni cuento en mi haber con un solo dólar. Toda mi fortuna, señor Bush, cabe en el bolsillo de su camisa. Si prueban que tengo un solo dólar renuncio a mi cargo y a las funciones que estoy desempeñando, ya no le harían falta ni planes, ni transiciones, si prueban que tengo un solo dólar". Forbes cayó a la lona. Quedó knock out. Todavía le están contando...
Desde el asalto al Cuartel Moncada, el nacido en Birán puso la mira en mejorar la vida de su población y colaborar con otras naciones. Cuba ostenta hoy el más bajo registro americano en materia de mortalidad infantil, con menos del 5 por mil de los nacidos vivos. Y busca compartirlos, como sucede con la "Operación Milagro", que lleva operados de la vista en forma gratuita a 2 millones de personas, entre ellos 28.000 argentinos de bajos recursos.
Toda esa gente se suma al cumpleaños feliz cada 13 de agosto. La música no sólo es del inmenso lagarto verde sino que también viene de Harlem, Soweto, Puerto Rico, Beijing, Ciudad Ho Chi Minh, Caracas, Managua, Chiapas, Cochabamba, Bariloche, el cinturón paulista, las montañas de Pakistán, Luanda, Congo, Grenada y Puerto Príncipe devastado por el terremoto, etcétera. Y de Miami, pese a la CIA, el bloqueo, las campañas mediáticas y la mafia.
La Arena, 15 – 08 – 10
La Quinta Pata
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