domingo, 19 de septiembre de 2010

En Mendoza la justicia está llegando a la “justicia federal”

Ramón Ábalo

¡Por fin! Y es más que algo. A pocas horas de que el juez Miret, uno de los varios de la justicia federal de Mendoza acusados de genocidas, presentara su renuncia, este jueves último se conoció la resolución del Consejo de la Magistratura por la cual se lo suspende en sus funciones e inmediatamente después, que se le hará el juicio político, o jury. Fue por el voto unánime de los consejeros. Como dice una compañera, con su intento frustrado – la renuncia – quiso escaparse por la ventana, impunemente, con la misma impunidad con la que siempre estuvo escondido, cobardemente, en su cargo. De esta forma, podemos afirmar que la justicia está llegando a la "justicia federal” de Mendoza. Y seguramente que le seguirán Otilio Romano, Petra Recabarren, Gabriel Guzzo y otros más, todos ellos con testimonios y pruebas por delante que los incrimina, sin lugar a dudas, de haber sido cómplices de los genocidas. Y al menos Miret y Romano, culpables directos de las aberraciones contra un montón de argentinas/nos, según denuncia de expresas/sos, como Alicia Morales y Fernando Rule, quienes le han iniciado una acción penal.

Al respecto, se tienen en cuenta 31 casos en que el juez omitió hacer justicia, tales como el de Luz Faingold, que en contra de la ley (Faingold era menor de edad cuando la apresaron) Miret decretó su detención. En su defensa ante el fiscal Masquelet, Miret afirma, cínicamente, que lo hizo para "salvarla de la policía". El dictamen del dicho fiscal es contundente, al punto de que "el doctor Luis Francisco Miret – en su condición de juez federal de Mendoza – aseguró la impunidad de los secuestros, torturas, violaciones y otros vejámenes cometidos por las fuerzas armadas y de seguridad, en perjuicio de las personas que resultaban detenidas por presunta violación a la ley 20840". El juez no solo escuchó de boca de los detenidos aquellos hechos que fueron denunciados en su presencia por los distintos imputados en oportunidad de prestar declaración indagatoria, sino que además, conoció el lugar de alojamiento de los imputados en donde ellos eran salvajemente torturados y constató personalmente el estado físico en el que mínimamente uno de ellos se encontraba tras una sesión de torturas a que fue sometido en el D2"; y prosigue aseverando que "dicha serie de hechos que se le imputan...evidenciarían una actitud colaboracionista con la comisión de delitos de lesa humanidad perpetrados por el Estado durante el período comprendido entre 1975 y 1977."

Recusación a Petra
Luz Faingold, querellante en la causa penal contra los camaristas Luis Miret, Otilio Romano y los ex-funcionarios judiciales Gabriel Guzzo, Guillermo Max Petra Recabarren, que está siendo indagado como lo fue Miret, y Rolando Carrizo, recusó al camarista Julio Demetrio Petra por no apartarse de la causa, ya que ha sido denunciado por los organismos de derechos humanos por "haber liberado a todos los represores de Mendoza". También se lo señala por haber sido compañero de trabajo de Romano durante años en la Cámara Federal de Apelaciones, por lo que, con más razón, debería haberse separado. La denuncia también se hace ante el Consejo de la Magistratura. Petra ya fue citado para el 7 de octubre por no haberse apartado de una serie de causas y por liberar a todos los acusados de represión. También se lo acusa de haber otorgado en forma irregular falta de mérito al capitán Luis Sthuldeher, quien fue funcionario de Julio Cobos. Petra extendió esa falta de mérito a 20 expedientes que no había visto, por lo que se lo denunció también por prevaricato.
Leer todo el artículo
Se está acabando la impunidad por lo que la justicia, al fin, está llegando para las víctimas del terrorismo de Estado en Mendoza.

CTA: ni blanco, ni negro, menos amarillo
No es difícil encontrar en la CTA, en sus principios, ideología y acciones, parentesco íntimo y de sangre con aquella CGT de los Argentinos, aquella de Rodolfo Walsh, la del cordobazo y la de tantas movilizaciones de la clase, con fuertes aristas revolucionarias. Esta CTA va a elecciones en todo el país para las renovaciones de conducciones en el orden nacional, provincial y municipal. Son miles los cargos a renovar y millones los laburantes de base que irán a las urnas el jueves 23 del corriente.

En el campo del sindicalismo argentino es la de la CTA la única práctica realmente democrática, con objetivos concretos y dialécticos de enfrentar las impudicias del capitalismo. Es la antípoda de la llamada burocracia sindical que conduce históricamente la CGT, con un férreo contubernio con la patronal y los poderes oscuros del Estado, los gobiernos que los representan, incluso con las dictaduras. Durante el menemismo esa CGT y los gremios más fuertes que la componen, como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), de la Construcción, Ferroviarios, Textil, Químicos, firmaron la entrega y la destrucción de las vitalidades de la nación. Ha sido la traición más vil a los intereses populares, comparable con las secuelas de muerte y destrucción de la dictadura genocida.

Pero estamos en el hoy y aquí de una Argentina que pretende cambios profundos, con un estado que está recuperando su rol de promoción, decisión y control de la economía, la justicia social, la autonomía financiera, la soberanía política – interna y externa – el comercio exterior, la comunidad y la solidaridad latinoamericanas. No es poco, aunque falta mucho para el logro de un país para todos, igualitario y con una sola contradicción: con el capitalismo y el imperialismo y sus lacayos nativos. Algo de esto se juega en estas elecciones de la CTA.

Dos listas, en lo nacional, son las principales en la opción para los votantes. Una, encabezada por Hugo Yasky, actual titular y con aproximaciones al oficialismo político, y la otra que tiene como mentor máximo a Víctor De Gennaro, otrora un duro del sindicalismo y ahora devenido en un referente de esa corriente a la que se suele denominar "el progresismo", y que le daba letra a Buzzi en las arremetidas contra el gobierno, colgado de los faldones de la Sociedad Rural. Estas corrientes en la CTA tienen su versión en Mendoza en las listas 1 y 10, respectivamente, o sea aquella, la 1, con apoyaturas a las políticas del Estado que apuntan a profundizar la justicia social, la independencia política y económica de todo tutelaje del neoliberalismo y el imperialismo. Y la 10 emparentada con la virulenta y visceral corriente antiK, para quienes la realidad es blanca o negra, pero terminan pintándola de amarilla. Es lamentable, porque la mayoría son compañeros de largas y duras luchas por la dignidad de los trabajadores, como los de la 1. Por ahora las diferencias son abismales, ideológicas, aunque los discursos, de unos y otros se parezcan.

La Quinta Pata, 19 – 09 – 10

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario