Marcos Meloni
El martes 19 de octubre de este año se realizaron elecciones de Centro de Estudiantes en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo y, como ocurre en cada acto eleccionario, se trató de una verdadera fiesta democrática. Aunque parezca exagerado, el espíritu de este acto de participación política cada vez se torna más serio y comprometido. En esta oportunidad la agrupación que gozó del apoyo mayoritario fue la Rodolfo Walsh, de corte peronista.
Si analizamos la situación de esta Facultad, podemos hacer una analogía con lo que ocurre en nuestro país a nivel partidario. Nos arriesgaríamos a decir que toda similitud no escapa de la realidad. El enfrentamiento más arduo se dio entre la agrupación vencedora y la eterna Franja Morada que nunca da puntada sin hilo, pero esta vez se le escapó la aguja. Un poco más abajo se ubicó Dale, una agrupación de izquierda con una propuesta aliancista dentro de este variopinto arco ideológico. Pero todos estos datos están acá para plantearnos algunos interrogantes, de alta proyección y de un futuro político que para muchos es bastante incierto. Hablamos de la paulatina y profunda reformulación de la acción política, lo que otrora nos conformaba como ciudadanos.
De a poco vemos más y distintas organizaciones que no se rotulan bajo la sigla ONG como tampoco aquellas ligadas a una neutra sociedad civil que nada tiene que ver con ideologías. Hoy sí podemos observar una marcada tendencia a la recuperación de figuras de nuestra historia grande de la institución POLÍTICA. Renovaciones partidarias, revalorización de consignas, búsqueda de acción colectiva a través de las nuevas tecnologías. Un nuevo tránsito para ser recorrido desde la reflexión y la posterior realización de un modelo de desarrollo que se plantea como Nacional y Popular, frase por demás extendida en nuestros días ultramediáticos.
Sin embargo y con un dejo de optimismo, pensar en un pueblo que disputa desde lo argumentativo, que se piensa dentro de un proyecto de país que lucha por una sociedad más justa, incluyente, de abajo hacia arriba, con una nueva redistribución equitativa de la riqueza, no pareciera ser tan descabellado. Debemos transformarnos en protagonistas de esta nueva conciencia activista, comprometiéndonos en la lucha que se va afirmando cada vez más a medida que se dividen las aguas y los intereses sectoriales se esclarecen. Tal es el panorama, ahora queda saber qué papel jugaremos en él.
Río de Palabras 32, 21 – 10 – 10
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