domingo, 24 de octubre de 2010

Me voy porque la tierra y el pan y la luz ya no son míos *

León Felipe

A Mariano Ferreyra, in memoriam.
La Hidra de Mil Cabezas

Volveré mañana en el corcel del Viento.
Volveré. Y cuando vuelva, vosotros os estaréis yendo:
Vosotros los alcabaleros de la muerte, los centuriones en acecho
bajo la gran ojiva de la puerta, los constructores de ataúdes
que al medir el cuerpo amarillo de los que se van,
con la cinta de metro y medio de los alfayates, decís siempre:
¡Cómo crecen los muertos!
¡Oh, sí! Los muertos crecen. El último traje que se hicieron,
al amortajarlos ya les viene pequeño. Crecen.
Y apenas los entierran, rompen los tablones de pino y los catafalcos de acero;
crecen después en la tumba, fuera de la caja,
abren la tierra como las semillas del centeno
y ya, bajo el sol y la lluvia, en el aire, sueltos, y sin raíces,
siguen y siguen creciendo.

Yo me voy a crecer con los muertos.

Volveré mañana en el corcel del Viento.
Volveré, ¡Y volveré crecido!
Entonces vosotros que os estaréis yendo no me conoceréis.
Mas cuando nos crucemos en el puente, yo os diré con la mano:
¡Adiós, alcabaleros,
centuriones,
sepultureros!...
A crecer, a crecer,
a la tierra otra vez...
al agua,
al sol,
al Viento... al Viento...
¡Otra vez al Viento!


* “Ganarás la luz”, 1943

Cortesía de Nora Brucoleri, 21 – 10 – 10

La Quinta Pata

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