Alfredo Saavedra
En las elecciones del 2 de noviembre en los Estados Unidos, denominadas de medio término, o sea la mitad del período presidencial y proporcional de ejercicio legislativo, el partido Republicano derrotó al Demócrata en el poder, con lo que se presagia el final del gobierno del presidente Barack Obama, un liberal progresista con un programa gubernamental urticante para los republicanos, representantes del poder económico en el esquema del capitalismo intransigente.
Muy significativo resultó el triunfo de los republicanos para Wall Street, que al día siguiente del proceso electoral registró un alza en beneficio de los inversionistas, lo que fue celebrado con júbilo en ese círculo con la esperanza de que esos resultados se traduzcan en la recuperación de su protagonismo en las finanzas.
Según las encuestas, la ganancia del partido Republicano, denominado el Viejo Gran Partido, se la dio una mayoría de blancos, ubicados dentro de la llamada tercera edad, mientras que el partido Demócrata acumuló votos de una mayoría de mujeres, gente joven e hispanos. Estos sectores respaldaron a Obama por sus iniciativas de reformas al sistema de salud y revisión a las políticas de migración, que los republicanos ahora con su victoria han asegurado que revertirán.
Los republicanos lograron hacerse de sesenta asientos más en el congreso, con lo que tienen ahora una mayoría en esa cámara, suficiente como para hacerle la vida imposible al presidente Obama, a quien con los resultados de estas elecciones de medio término se le vaticina de parte de los conservadores una derrota indefectible para las elecciones presidenciales del 2012. Obama podría postularse para un segundo término que no parece viable según la determinación de los republicanos.
En ese sentido, el líder del partido republicano John Boehner, probable presidente de la cámara a partir de enero, dijo de manera terminante: “No vamos a permitir un segundo período para el presidente Obama”. Sin embargo existe el antecedente de que el ex presidente Clinton, aún cuando para las elecciones a mitad de su primer término en 1994, perdió el control tanto de la casa de los representantes (diputados) como del senado, ganó las elecciones siguientes para un segundo período. El presidente Obama continuará con el control del senado lo que está en su ventaja para contrarrestar la ofensiva republicana.
Leer todo el artículoObama, al día siguiente de las elecciones, realizó una reunión de gabinete, en la que de forma serena dijo que convocaría a una reunión con los congresistas republicanos para coordinar acciones de trabajo que estén en servicio de la ciudadanía en general, pero también de inmediato el líder del partido Republicano, en conferencia de prensa, de manera insolente expresó: “Aceptamos la invitación de Obama, pero él tendrá que hacer lo que nosotros digamos”.
El argumento de los republicanos es de que Obama no ha logrado resolver la crisis financiera por la que atraviesa el país y que durante su administración el desempleo ha crecido. Ambas nociones son aceptadas por Obama pero ha puntualizado que le fueron heredadas de la administración republicana anterior. En ese sentido parece acertada su defensa y la posición republicana hipócrita, pues la acumulación del déficit nacional por arriba de los tres trillones de dólares estuvo determinada también por el excesivo gasto en las guerras con Irak y Afganistán auspiciadas por el presidente Bush.
Lo cierto es que de producirse el regreso de los republicanos al poder absoluto en el 2012, se esfumarán las esperanzas de los sectores favorecidos por las reformas intentadas por el presidente Obama. Aparte de que con el Partido Republicano haciendo gobierno se consolidará el poder económico en beneficio de las grandes corporaciones dentro de los ambiciosos objetivos del capitalismo yanqui de erigirse de nuevo en el imperio. Un imperio venido a menos por la hegemonía de potencias de mayor ascendiente económico, como China que, entre bambalinas, ha ofrecido a los Estados Unidos, uno de sus grandes deudores, sacarlo de la ruina mediante la solvencia de ese déficit de tres trillones, a cambio de una porción de territorio, que podría ser el estado de Florida, lo cual sería novedoso para que los cubanos radicados allí pasaran a ser súbditos de un estado regido por el comunismo que tanto aborrecen.
Entre tanto, las elecciones para la presidencia de los Estados Unidos en el 2012 auguran una fiesta singular, pues se da por seguro que será candidata a la primera magistratura la controversial y excéntrica ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, quien tuvo una participación muy activa en la promoción de las recientes elecciones, como principal protagonista del nuevo Partido del Té, que logró ya colocar algunas de sus piezas en la cámara de representantes y cuando menos una más en el senado.
Por cierto que una de las patrocinadas de la señora Palin, para un cargo en el senado, fue Christina O’Donnell, una figura que parece clonada de la ex gobernadora Palin, y quien aspiraba al puesto que en Delaware ocupó por más de 30 años el actual vicepresidente Joe Biden, considerado también un poco excéntrico. La candidata O’Donnell, una muy agraciada joven pero al parecer de raquítico talento, fue objeto de una campaña en la que se afirmó que era practicante de hechicería. Eso último atribuido por los medios, tal vez por los excesos de la candidata de soltar la lengua, imitando a su madrina Sarah.
La joven O’Donnell resultó una buena adquisición para el Partido del Té, de corte ultraconservador, pues dentro de sus genialidades está la de abogar por la condenación de la masturbación, aseverando de que es una práctica adúltera, en lo cual habrá que concederle alguna razón, pues quien recurre a ese ejercicio sexual lo hace inspirado por fantasías, que si es una persona comprometida lo más probable es que no lo hace evocando a la esposa (o esposo). Punto.
La Quinta Pata, 07 – 11 – 10
La Quinta Pata
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