domingo, 14 de noviembre de 2010

La única lucha que se pierde es la que se abandona

Ramón Ábalo

El próximo 17 de este mes tendremos la satisfacción de reafirmar aquello que oportunamente dijeron las Madres y venimos repitiendo y haciendo sin claudicar por un instante, tanto los familiares de las víctimas, como los organismos de derechos humanos y una porción del pueblo argentino: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Fue abonada con mucho dolor y sacrificio, humillaciones y broncas, incomprensión y soledad, y claro, no hemos perdido, no estamos perdiendo, porque tampoco perdimos la memoria, como asimismo ha crecido la conciencia colectiva como para comprender el por qué de un momento de nuestra historia tan lleno de barbarie y por eso intentaremos, sintéticamente, una aproximación a ese terrible por qué.

Todos los vicios del capitalismo – corrupción, autoritarismo, concupiscencia, avaricia, rapiña, impunidad – salpican la esencia de las instituciones, públicas y privadas, la política, el Estado, la sociedad en general. En este marco exigir virtudes éticas a los componentes del accionar jurídico es una utopía ya que la condición humana , carne, sangre y cerebro, es consecuencia del sistema a partir mismo de su condición social, nacimiento, educación, cultura en general. Aquello de que tenemos pertenencia en el denominado libre albedrío, según algunos dogmas, es una falacia. Ninguno que nazca en cuna de barro tendrá las mismas posibilidades de elegir de quien nace en cuna de oro. El dicho libre albedrío es una falacia ideológica, al puro estilo del capitalismo y sus principales mentores, la Iglesia Católica y las corporaciones de la concentración económica, como asimismo aquello del self made men, el discurso del capitalismo anglo-sajón. Por supuesto, que en el camino, unos y otros – proletas y burgueses – pueden torcer sus destinos con acciones personales, pero siempre tendrán la pátina primera de su entorno.

Es una lógica de fierro: los que más llegan son a los que más posibilidades les provee su condición social. Difícilmente una larga carrera de la judicatura le sea posible a un pobrete, el que apenas si puede terminar, hoy en día, un secundario o un terciario, para ingresar de inmediato en el trabajo cualesquiera sea, que le permita una subsistencia más o menos digna.
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Siempre fue así en el sistema y la judicatura es ejemplo visible y terminante. El saber es una herramienta también de clase - un devenir concreto, también, de lo académico. Platón, por caso, se regodeaba en el quehacer filosófico, al mismo tiempo que pontificaba por las virtudes del sistema esclavista que regía naturalizado en la Grecia de la cultura iluminista y universal. Ya lo hemos dicho, los jueces, fiscales, camaristas, en sus diversas gradaciones, y con honrosas excepciones, tanto en la órbita de la justicia federal como en las provinciales, toman sus decisiones o fallos según los intereses de los que fueron impregnadas sus conciencias a partir de sus cunas.
No obstante, para nada se justifica la lenidad, complicidad, e incluso responsabilidad directa, en crímenes de lesa humanidad. Una justicia que ha tenido, y tiene, competencia en diversos momentos críticos de la vida institucional de la Argentina, a la que se le adjudicó el deber de hacer justicia. En el mismo marco del sistema, los defensores del Derecho (con mayúscula), deben proceder con un saber ecuánime, igualitario y garantista, como se los exigen los códigos, las constituciones – nacional y provinciales – para sostén de las instituciones, de lo democrático, la democracia , un costado en que se defiende la esencia misma del capitalismo para subsistir.

Es en este delgado espacio que hemos actuado dialécticamente, exigiendo lo que, como ciudadanos comunes, somos acreedores por derecho propio. Concretamente, en la especificidad de los derechos humanos, la defensa de la vida, la integridad física y la expresión de las ideas sin cortapisas. Fue cuando esos derechos, como también los del trabajo, el salario, la salud, la educación, la cultura fueron arrasados por un modelo económico-social inhumano, excluyente, que se expandió la rebeldía popular. Nada más ni nada menos.

Juicio y castigo y vigilia
Nada más y nada menos. Este 17 de noviembre del 2010, a partir de las 9:00, día miércoles y después de bregar, luchar, pedir, solicitar y exigir durante más de tres décadas, comenzarán los juicios en Mendoza, en el ámbito de la Capital y se juzgará a un grupo de genocidas que hollaron y regaron con sangre de trabajadores, estudiantes, profesionales, artistas, niños, jóvenes y adultos, esta tierra del San Martín Libertador, del Ejército que plantó bandera de redención y liberación en gran parte de nuestra América. Familiares de las víctimas, militantes humanitarios que somos y gran parte del pueblo mendocino, así como ya ocurrió en San Rafael, haremos expresión de nuestra satisfacción, que no puede ser algarabía ni felicidad, pero sí esto que visualizamos como juicio y castigo a los culpables de genocidio contra el pueblo argentino . Comienzo apenas, por eso reiteramos con énfasis que no perdonamos, no olvidamos ni tampoco nos reconciliamos.

La vigilia
Los organismos, juntamente con la Subsecretaría de Derechos Humanos del gobierno provincial, organizan y convocan a una vigilia. Comenzará a las19:00 del día martes 16, con la transmisión en vivo de la lectura de las sentencias de la Justicia Federal de San Rafael contra cuatro imputados por las desapariciones de cinco militantes. Posteriormente se desarrollarán actos artísticos y culturales, y entre medio, palabras de los representantes de los organismos de derechos humanos y lectura de adhesiones. A las 23:00 se proyectará un video en homenaje a Néstor Kirchner y a las 23:15, actuará la banda Karamelo Santo, y a las 24:00 la concurrencia marchará hasta el frente del edificio del Juzgado Federal, donde seguirán los actos, hasta las 2:00 de la madrugada del miércoles.

Querellantes, testigos y acusados
Se presume que el debate oral durará alrededor de cuatro meses, debido a la cantidad de testigos, que serían unos 200 - irán a debate 18 causas que incluyen a 32 víctimas. La mayoría desaparecidos, pero hay también por homicidios, privaciones de la libertad y otros. Los jueces del Tribunal Oral son Antonio González Macías, Alejandro Piña y Héctor Cortéz. Querellantes son algunos familiares, las víctimas sobrevivientes (ex-presas y ex-presos), Movimiento Ecuménico, los abogados Pablo Salinas, Alfredo Guevara, Viviana Beigel, Diego Lavado y otros. La mayoría de ellos han jugado el mismo papel en los juicios de San Rafael.

La Quinta Pata, 14 – 11 – 10

La Quinta Pata

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