domingo, 21 de noviembre de 2010

Sentencias a genocidas en San Rafael. Imputados represores en detención domiciliaria. Entrevista a Rosa Roisimblit

Prisión perpetua para tres represores y cárcel común a todos


Daniel Calivares

San Rafael. El TOF 2, además, condenó a ochos años a Raúl Egea Bernal. Llantos, alegría, dolor y sufrimiento marcaron una jornada histórica en San Rafael.


Tres prisiones perpetuas y una condena a ocho años fue el resultado final del primer juicio por delitos de lesa humanidad realizado en Mendoza. Tras 50 jornadas de debate en San Rafael y 139 días, el ex teniente Aníbal Guevara, los ex policías Raúl Ruiz Soppe y Juan Roberto Labarta recibieron de parte de los jueces integrantes del Tribunal Oral Federal 2 una condena de prisión perpetua, mientras que el ex abogado policial Raúl Egea Bernal obtuvo la menor de todas las penas. Todos van a cárcel común. Su llegada a Almafuerte, en Luján, será hoy a las 9. De esa manera, después de 34 años, las desapariciones de Francisco Tripiana, Pascual Sandoval, José Guillermo Berón y Roberto Osorio encontraron algo de justicia.

Los condenados
La última jornada tuvo, por primera vez, en los cuatro meses que duró el proceso oral, la palabra de los cuatro acusados. Ninguno cumplió con las esperanzas que tenían los familiares de desaparecidos. Todos negaron haber tenido participación en los hechos que se les endilgaban, pero no fue suficiente. El primero en hablar fue el ex jefe de la Unidad Regional II, Raúl Ruiz Soppe, quien comenzó su discurso poniendo en duda la desapariciones de Francisco Tripiana, Pascual Sandoval y Roberto Osorio. En primer lugar, cuestionó que los desaparecidos realmente tuvieran esa condición. Luego pidió piedad al tribunal y adujo no tener rencores por la acusación y el juicio al que ha sido sometido, pero afirmó que, en caso de que la sentencia no fuera la que él esperaba, le solicitaba al tribunal que lo dejara cumplir la condena en su casa. De lo contrario, y “teniendo en cuenta mi edad y mis enfermedades, significará una sentencia de muerte”, explicó Ruiz Soppe.

En segundo lugar, habló el ex teniente Aníbal Guevara, quien aseguró que, desde el 2006, cuando fue arrestado, se fue enterando de que era el segundo militar a cargo del área de San Rafael, integrante de un grupo de tareas y hasta encargado del sistema represivo. El ex militar afirmó que no defendía el Proceso pero que él tampoco era responsable de las “barbaridades cometidas y sus consecuencias, de los errores en la política externa y del fracaso en la política económica”. “No soy autor o cómplice de crímenes, ni soy quien puede responder las interrogantes de los familiares”, señaló Guevara, mientras era escuchado por alrededor de 80 personas, entre ellas, sus familiares, que vestían una remera con la leyenda “Somos vos, vos sos nosotros”. Tanto Guevara como Ruiz Soppe coincidieron en que, para ellos, los verdaderos responsables de las desapariciones ya estaban muertos.
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Tras ellos, el imputado que pidió la palabra fue el ex policía Juan Roberto Labarta, quien aseguró que su tarea era recabar datos en los gremios sobre cuándo se harían huelgas pero remarcó no tener “nada que ver con las cuatro desapariciones”. “Yo nunca señalé a ninguno de los cuatro, nunca señalé a ninguna persona”, afirmó Labarta. “Nunca interrogué a ningún detenido, no le toqué el pelo a nadie. A pesar de lo que me imputan, soy un hombre de bien”, expresó Labarta, ante un auditorio silencioso, que se dedicó a oírlo. Finalmente, Labarta, tal como hiciera Ruiz Soppe, le pidió al tribunal que, en caso de que hubiese condena, lo dejaran cumplirla en su casa, para poder atender a su mujer, que se encuentra enferma. “Si me castigan con prisión, no me castiguen impidiéndome estar con ella. Soy un viejo de 75 años, estoy sordo, con reuma y demás, no soy una amenaza para nadie”, afirmó Labarta.

Por último, Raúl Egea Bernal, del mismo modo que el resto, se declaró inocente de todos los cargos y afirmó que se solidarizaba con las familias de los desaparecidos por todo lo que habían sufrido.

La sentencia
Sin embargo, todo cambió a partir de las 18, cuando los familiares de los desaparecidos y los de los imputados entraron al Aula Magna de la Facultad de Ciencias Aplicadas. En sus caras se notaba el nerviosismo, y mucho más cuando los jueces Roberto Burad, Héctor Cortés y Roberto Naciff ingresaron a la sala. Allí, los nervios aumentaban a medida que Burad leía los datos personales de cada uno. Se iba a ver si las palabras de los imputados habían hecho revertir una posible condena o, al menos, suavizarla.

El resultado fue unánime, explicó Burad, y al primero que le tocó escuchar su nombre y su sentencia fue a Ruiz Soppe, quien debió oír a Burad decir que se lo condenaba “a la pena de prisión perpetua por encontrarlo en su calidad de mando intermedio de un aparato organizado de poder, autor mediato penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de libertad agravada por el uso de violencia y amenazas”, tormentos y homicidio calificado en relación a las desapariciones forzadas de Sandoval, Osorio y Tripiana. Inmediatamente, el fallo fue celebrado por las últimas filas del Aula Magna, que estaban ocupadas por familiares de desaparecidos e integrantes de los organismos de Derechos Humanos.

El mismo aplauso se repitió nuevamente cuando Burad leyó las condenas contra Guevara y Labarta, quienes también recibieron prisión perpetua, por ser considerados coautores de los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos, homicidio calificado y homicidio calificado en las cuatro desapariciones. Finalmente, el ex abogado policial Raúl Egea Bernal también fue condenado, pero a ocho años de prisión, por ser coautor de los delitos de falsedad material de documento público y falsedad ideológica. El tribunal dispuso, además, que los cuatro fueran trasladados a la Penitenciaría provincial, en una decisión que volvió a ser celebrada los que querían la condena de los imputados.

Alegría y tristeza
Una vez que los imputados dejaron la sala, desde el fondo se comenzó a escuchar el Himno Nacional, cantado primero por los organismos y luego también por familiares y amigos de Guevara, que, lentamente, fueron dejando la sala, algunos con un dolor inconsolable por la condena escuchada. Del otro lado, también había lágrimas, pero eran de alegría. Las más notorias eran de Mariano Tripiana, hijo de Francisco, que aseguró que el fallo era muy importante para él y su familia. Cerca de él, tampoco podía contener las lágrimas el sobrino de Berón, Antulio, que dijo que solo quería que se hiciera justicia. “Y por los demás compañeros también se debe hacer”, afirmó.

En tanto, Daniel Sandoval, hermano de otro de los desaparecidos manifestó estar más tranquilo, “porque se hizo justicia”, aunque lamentó que aún no se sepa dónde está el cuerpo de su hermano y el del resto de los desaparecidos. Tripiana, Osorio y Sandoval fueron detenidos entre el 24 y el 26 de marzo de 1976 y desaparecieron días después, mientras que Berón fue detenido en agosto y desde octubre de ese año no se supo nada más de él. Todos ellos fueron privados de libertad por hombres de la policía y militares, y estuvieron encerrados en el centro de detención que se encontraba en tribunales. Si bien hay actas de libertad de cada uno, algunas son falsas, y ninguno de ellos regresó con vida luego de que se les diera la “supuesta libertad” y fueran sacados del lugar de detención en un móvil policial.

Los condenados
* Aníbal Guevara: Prisión perpetua, por los delitos de privación ilegítima de libertad, tormentos y homicidio calificado en cuatro hechos. Al igual que todos, irá a la cárcel de Almafuerte.
* Raúl Ruiz Soppe: Prisión perpetua, por los delitos privación ilegítima de la libertad, tormentos, homicidio calificado por alevosía, falsedad ideológica y material.
* Juan Labarta: Prisión perpetua, por los delitos de privación ilegítima de libertad, tormentos y homicidio calificado en cuatro hechos.
* Raúl Egea Bernal: El ex abogado policial recibió ocho años de prisión e inhabilitación para ejercer el Derecho. Igual que el resto de los imputados, llegará hoy a la prisión de Cacheuta.

El Sol, 17 – 11 – 10

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“Es un paso importante la detención de todos los imputados”


El abogado querellante Pablo Salinas, destacó la decisión del Tribunal de dictar prisión domiciliara para los imputados en el Juicio por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en la Capital de Mendoza. “Es una avance trascendental porque se los veía en libertad que había sido concedida por la Cámara Federal de Mendoza” El juicio se retomará el miércoles 24 de noviembre.
Cuando se reanude el juicio, el miércoles 24, "la defensa tiene su derecho a contestar la requisitoria y va ofrecer pruebas y se continúa luego con el desarrollo normal del debate pero conservando la prisión domiciliaria”, especificó por su parte el querellante del Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos de Mendoza, Pablo Salinas.

Salinas consideró "un paso importante la detención domiciliaria de todos los imputados a quienes se les respeta la protección al estado de salud”.

En cuanto al pedido de detención de todos los imputados, dijo que "es un avance trascendental porque se los veía en libertad que había sido concedida por la Cámara Federal de Mendoza", responsabilizando a los camaristas Julio Petra Fernández, Alfredo López Cuitiño, Enrique Sosa Arditti.

No obstante recordó la decisión de la Cámara Nacional de Casación Penal, que hace quince días a los integrantes de la Cámara Federal mendocina de las causas que se investigan delitos de lesa humanidad en toda la jurisdicción del tribunal que incluye además las provincias de San Juan y San Luis.

En la segunda jornada del primer juicio por delitos de lesa humanidad en la Capital de Mendoza, el Tribunal Oral hizo lugar a la petición formulada hoy por el fiscal general, Dante Vega de "ordenar la detención de todos los imputados (diez) a fin de asegurar la realización del juicio.

Vega solicitó "reformular las calificaciones” en cada una de las 19 causas que imputa a los diez acusados en Mendoza de delitos de lesa humanidad requirió al Tribunal que "ordene la detención de todos los imputados a fin de asegurar la realización del juicio de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 366 último párrafo del Código Procesal Penal de la Nación”.

"Existe fundamentos suficientes para tener por acreditado el riesgo del proceso (judicial) al que apunta toda medida coercitiva en el proceso penal y que debe ser evaluado atento en el contexto delictivo encuadrado en la categoría de delitos de lesa humanidad”, justificó el fiscal.

Por otro lado, el Tribunal presidido por Juan Antonio González Macías e integrado Alejandro Waldo Piña y Héctor Fabián Cortes continuó con el "requerimiento a juicio” del acusado ex comisario de la policía mendocina Dardo Migno, quien por video conferencia respondió que "se abstenía de declarar” en comunicación desde la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, sentado en silla de ruedas.

Posteriormente Antonio González Macías, designó dos representantes del Tribunal para concurrieran a la residencia particular del imputado ex comisario policial, Juan Agustín Oyarzabal, situada a unos 70 kilómetros al este de esta ciudad, en el departamento de Rivadavia, debido a inconvenientes en su salud.

Noticias Mendoza, 18 – 11 – 10

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Nuevos juicios, más verdades


Penélope Moro
El modelo contra la impunidad avanza, aunque a veces con el viento en contra. Tras años de trabajo y militancia, una de las jurisdicciones de la Justicia Federal argentina más cuestionada e investigada puso en marcha el primer juicio por delitos de lesa humanidad. Entrevista a una Abuela de Plaza de Mayo que celebra cada acto de justicia.

La ciudad de Mendoza, como varias otras en el país, es escenario del juzgamiento a represores que actuaron en la marco del terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). Alrededor de 200 personas integran la lista de detenidos-desaparecidos en esta provincia.

En la ciudad sureña de San Rafael de la misma provincia, el 1 de julio comenzó un juicio por violaciones a los derechos humanos bajo el manto dictatorial, y el 16 de noviembre, un día antes de comenzar el proceso en la capital provincial, se conoció la sentencia: cadena perpetua para ex agentes de las fuerzas armadas y 8 años para un civil que actuó como abogado de la Policía. Pero el saldo favorable fue aún mayor si se considera que tras los testimonios que allí se prestaron quedaron varias pistas para nuevas investigaciones acerca de lugares que habrían sido sitio de detenciones clandestinas y hasta fosas comunes; y también se descubrió la probable complicidad de miembros de la iglesia católica.

Desde hace años, organismos y abogados de derechos humanos denuncian la complicidad de altos funcionarios de la Justicia Federal que ya estaban en el cuerpo en la década de 1970 y que fueron cómplices del terror. En los últimos meses, esas denuncias tomaron cuerpo y derivaron en un virtual “descabezamiento” de esa jurisdicción judicial ya que la cadena de amistades peligrosas y complicidades se amplió.

Hay dos casos que son los más resonantes. Se trata de los jueces Luis Miret (acusado de no investigar desde su función 7 desapariciones, 6 casos de torturas, 12 privaciones ilegítimas de la libertad, entre otros) y Otilio Romano (acusado por cómplice de 35 desapariciones y otros tantos homicidios agravados), que llegaron a instancia del Consejo de la Magistratura. Pero son muchos los casos en que amistades con militares, con jueces que garantizaron el terrorismo de Estado o de funcionarios judiciales que pasaron por alto detenciones a menores y testimonios extraídos bajos torturas.

Es este el escenario en medio del cual comenzó el pasado 17 de noviembre el juicio en el cual están imputados 10 represores, por 17 causas en las que se juzga la desaparición de casi 30 personas, entre ellas el reconocido escritor Francisco “Paco” Urondo.

El caso de Mendoza se convirtió en uno de los más simbólicos dentro de lo que el Dr. Pablo Salinas explicó APM en la edición anterior como “proceso de juzgamiento con jueces naturales” que, entre otros aciertos, supuso la necesaria depuración del poder judicial. Por ese motivo, miles de mendocinos se congregaron en una vigilia cultural para esperar el día señalado. Funcionarios, referentes políticos, gremiales y derechos humanos se acercaron a la provincia para esa ocasión y en los días previos.

En la vigilia cultural que organizó el gobierno de Mendoza junto a organismos de derechos humanos participaron el secretario de esa área en la Confederación General del Trabajo, Julio Piumato; el cantautor Ignacio Copani; la periodista Sandra Ruso; las actrices Anabel Cherubito y Ester Goris; entre otros.

Unos días antes, visitó la ciudad la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit. Entrevistada por la publicación digital de la Universidad Nacional de Cuyo, rescató el avance de la justicia y dejó un mensaje que invita a involucrarse en una lucha que debe continuar.

“La identidad de los pueblos se construye a partir de un proceso complejo donde el día a día establece la pertenencia, y es en ese pulso donde la memoria colectiva permite conocernos e identificarnos como sociedad y nación”, explicó Roisinblit en una charla ante un público colmado de jóvenes, ávidos de escuchar lo que tenía para decir esta mujer, símbolo de las luchas más dignas dadas a lo largo de la historia del país.

La Abuela, de 90 años, secunda a Estela de Carlotto en la presidencia de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y dedicó sus palabras a explicar la importancia social y particular de la recuperación de la identidad y la vigencia de la memoria como partes indisolubles de la lucha que encarna desde hace 33 años junto a sus compañeras.

La referente de Derechos Humanos, emergida de los momentos más siniestros sufridos en Argentina, explicó en detalle que el plan sistemático de extermino que encaró la pasada dictadura cívico militar, no fue un sufrimiento exclusivo de nuestro país. Durante la década de 1970, el terror se replicó en cada rincón de Latinoamérica, y la organización de las Abuelas en defensa de los derechos humanos no fue ajena a esta realidad generalizada.

“Ante lo perdido, lo padecido y lo irreparable proponemos la memoria colectiva. Exigimos verdad y justicia por lo absurdo, lo irracional y el accionar criminal”, continuó Rosa, quien hace una década pudo recuperar a su nieto Guillermo, apropiado por una pareja de miembros civiles de la Fuerza Aérea tras haber nacido en cautiverio en la oscuridad la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

Según explicó la Abuela, testimonios y documentación de la época indican que el mayor centro de detención clandestino del país fue, posiblemente, el destino final que tuvo su hija Patricia una vez que fue secuestrada junto a su pareja en 1978. Nunca más se volvió a saber de ellos.

No obstante, Roisimblit contó que tanto ella como sus compañeras no se dejaron sosegar por la situación de la pérdida de sus hijos, sino más bien todo lo contrario. “Contra la parálisis sucedida por el impacto de la desaparición, salimos a las calles y a las plazas con la intención de sobrevivir y ser escuchadas. Se dijo: son ustedes que trasgreden la norma”.

En este sentido, destacó que “esa trasgresión es la que nos salva de la locura y nos pone en el plano de la máxima expresión de la dignidad humana al cuestionar la lógica social y también aquella lógica antigua que funciona hace más de 20 siglos y que le asigna a la mujer el rol natural de madre, hija, esposa y hoy mujer ser humano”.

Al momento de describir el plan sistemático que se desarrolló en los años dictatoriales para apropiarse de los hijos de los detenidos desaparecidos, la defensora de los derechos humanos sostuvo que “el propósito siniestro del terrorismo de Estado era borrar la existencia del pasado de nuestros nietos, cambiándoles la familia, borrando sus nombres, su historia, anulándoles su identidad”.

Para Rosa los quinientos niños y bebés que fueron brutalmente separados de sus padres y llevados a destinos distintos y desconocidos bajo el mando de los jerarcas de la dictadura, “ingresaron en la categoría de desaparecidos, instaurando así una forma inédita de esclavitud en pleno siglo 20”.

Ya cerca del final de su discurso, y ante el pedido implícito del público de un mensaje directo que contagie ese valor y respeto en la defensa de la vida humana, la vicepresidenta de Abuelas recalcó: “Si un grupo de mujeres abuelas con mucho amor y horror, sin poder de conocimiento, sin poder económico, hemos podido reparar en parte el agravio infligido en nuestros nietos, que refleja también el agravio a la niñez en general, qué no podrían revertir a favor de tantos niños sufrientes los poderes del Estado, el parlamento, la justicia, los poderes del hombre que alguna vez fue niño”.

Una vez finalizada la conferencia, Rosa Roisinblit dialogó con esta redactora, con la intención de profundizar parte de sus opiniones volcadas desde el micrófono:
- A partir de lo que explicó en la charla puede entenderse que la lucha de las Abuelas va más allá de la recuperación de los nietos que les arrebató la dictadura ¿Esto es así?
- Nuestro principal objetivo es recuperar a nuestros nietos y devolverles su verdadera identidad, pero luchamos también por la niñez porque cuando empezamos esta lucha nuestros nietos eran bebés, entonces nos especializamos en eso. Luchamos por buena salud para los chicos, para una buena educación, para un techo digno, todas esas cosas que aún ahora seguimos buscando, no las hacemos solamente desde nuestra casa. Nosotras somos invitadas acá en el país y en el extranjero a congresos sobre la infancia, también como somos mujeres nos invitan a congresos de mujeres, vamos a todas partes, participamos en todos los lugares y hacemos todo lo que podemos por el progreso de nuestro país y del mundo.

- Y a lo largo de su lucha ¿cuáles han sido los logros de las Abuelas además de la recuperación de los nietos?
- Como decía en la disertación, las abuelas han sido diseñadoras y constructoras de valores sociales al protagonizar su defensa de los seres humanos protegiendo la vida, la libertad, el honor, la dignidad, y al mantener la lucha contra el abuso de poder. Esta tarea se proyectó en la defensa de la democracia y la soberanía popular a través del tiempo; y de la memoria, para que las instituciones crezcan y eviten que se puedan repetir actos reñidos con la propia condición humana.

- ¿Las Abuelas sienten que su lucha ha sido reconocida por los distintos gobiernos que se han sucedido?
- Sí, los gobiernos siempre nos han reconocido a partir de la caída de la dictadura, pero el trabajo realizado por los últimos gobiernos, vale decir Néstor Kirchner y Cristina Fernández, multiplicó ese reconocimiento, multiplicaron el apoyo, multiplicaron esa ayuda.

- ¿En qué aspectos por ejemplo?
- No hay que olvidarse que antes de eso (la asunción del ex presidente Néstor Kirchner) teníamos por ejemplo una Corte Suprema de Justicia puesta a dedo por Carlos Menem. Bueno, Kirchner sacó todo eso, se mandaron pliegos al Congreso de la Nación, el Congreso los estudió y nombraron personas probas en la Corte. Nos guste o no nos guste la nueva composición, porque no es para el gusto de todos, hay que reconocer que ahora es legal.

Otra cosa que hicieron ellos fue, por ejemplo, descabezar las cúpulas militares que todavía persistían de la época de la dictadura y otros puestos también por el gobierno de Menem. Los mandó a pasear a todos y pusieron gente por lo menos más capaz.

Además, otra cosa que hicieron los dos últimos gobiernos fue entregarnos la ESMA, eso que era un campo de concentración donde pasaron 5 mil secuestrados y desaparecidos. En ese lugar, lamentablemente, puedo decir que mi hija tuvo su parto, así que mirá si yo sabré cómo es la cosa ¿no?

Ellos nos entregaron la ESMA y nosotros estamos reconstruyéndola entre todos los organismos de derechos humanos. Estamos ahora haciendo ahí un lugar para la memoria, un lugar para la historia, un lugar para que se sepa lo que pasó y donde la gente de acá o los extranjeros que vienen y muchas veces no conocen lo que pasó, sepan que pueden ir a visitarla, pueden enterarse lo sucedido porque hay guías.

Así que yo estoy muy contenta con todo esto. No tengo actividad política partidaria, no es que porque yo me transformé en una kirchnerista digo todo eso. No, es porque realmente es así. Lo mismo que cuando se llevaron a mi hija que era montonera, no es que yo me haya transformado en una montonera porque salí a buscarla apenas se la llevaron...

- Y a partir de ahí nunca más paró de luchar...
- Y fijate que ya han pasado 33 años de la creación de nuestra institución, nuestros nietos no son más bebés. El tiempo transcurre irremediablemente para ellos y para nosotras también, no hay que olvidarse que en el año 1976 nosotras ya éramos abuelitas y han transcurrido 33 años desde entonces...y todavía queda mucho por hacer, muchos nietos por recuperar. Pero también muchas fuerzas, y por suerte no estamos solas, contamos con un grupo de jóvenes que se sumaron a nuestra lucha y que la van a seguir dando cuando nosotras ya no estemos.

- Al respecto ¿Qué mensaje le daría a la juventud que en el último tiempo se empezó a involucrar más en la política y en lo social?
- Participar es un término que yo utilizo muchísimo, porque es muy importante. Ese es el mensaje que yo les doy a los chicos, que trabajen, que participen, que estudien, que no bajen los brazos, que hagan como nosotras, que sigan adelante.

APM, 20 – 11 – 10

La Quinta Pata

1 comentario :

avelino.com dijo...

EL NUNCA MÁS NO ES UN SÓLO Y ÚNICO ACTO. EL NUNCA MÁS ES PARA SIEMPRE.
GRACIAS POR COMPARTIR ESTAS NOTICIAS.

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