Guillermo Almeyra
Una vez que se escapó el caballo, a cerrar la tranquera… El gobierno de Estados Unidos, como única reacción hasta ahora, creó una agencia especial para evitar las fugas de información de documentos y correspondencia diplomática confidenciales y logró que Amazon deje a Wikileaks sin servidor para que no pueda seguir difundiendo sus documentos sobre la política del Departamento de Estado y presentar próximamente otros textos sobre los bancos. Ningún funcionario estadunidense, por supuesto, negó la autenticidad de lo publicado. Cuando mucho, la embajada de Washington en Argentina dijo, apenada, "jamás pensamos que (lo que escribimos) sería publicado". O sea, que “nunca creímos que nos agarrarían con la mano en la masa, con flash y todo”. Partamos, pues, de que los documentos que de este modo hemos podido leer son ciertos, y vemos algunas conclusiones posibles de esta comprobación.
Sobre el tema, el jueves pasado nuestro periódico publicó un interesante artículo de Ángel Guerra, que destaca la vulnerabilidad cibernética de Estados Unidos. No reiteraré, pues, sus bien fundados argumentos, y me limitaré aquí a otro tipo de informaciones. En primer lugar, sobre los antecedentes. En la revolución rusa, en plena Primera Guerra Mundial, los bolcheviques publicaron los documentos secretos de la cancillería zarista y sus negociaciones con las otras grandes potencias, que incluían, entre mil infamias y chanchullos, promesas de entrega de territorios (ajenos) y de compensaciones bélicas fraguadas a espaldas de los que morían por millones en las trincheras creyendo pelear por nobles ideales. Pero eso fue obra de un revolucionario socialista ejemplar, León Trotsky, decidido a cambiar el régimen de su país y el mundo. Mientras que ahora quien destapa la cloaca es, en el caso de los documentos publicados sobre la guerra de Irak y Afganistán, un soldadito analista en el Pentágono, actualmente preso y, en el de los del Departamento de Estado, seguramente alguien del mismo tipo todavía no identificado. Nadie ha abierto el absceso desde afuera: el mismo ha reventado debido a una autodefensa de la sociedad contra un régimen corrupto, hipócrita, cínico, racista, prepotente, causante de miseria, guerras y terror a escala de todo el planeta. Vocecitas anónimas demuestran hoy que el rey está desnudo y eso es altamente educativo y subversivo.
Un régimen basado en el doble discurso y la mentira, que además de mantener la explotación de las mayorías debe mantener también esencialmente la dominación de las mentes, sin la cual la primera sería imposible, no puede tolerar la transparencia. Para preparar los ataques arteros, las provocaciones, los golpes, las campañas de desprestigio, necesita clandestinidad, ocultamiento, esconder el puñal mientras abraza al "amigo" o "aliado" que siempre, potencialmente, es un posible enemigo.
Leer todo el artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario