R.A.
En la jornada anterior a la de Luz, dio su testimonio Horacio Martínez Baca, hijo - el mayor - de don Alberto Martínez Baca que fuera gobernador - don Alberto - de la provincia de Mendoza en el 73, inmolado por la derecha peronista, cómplice ya de los sectores reaccionarios y golpistas que dieron lugar al genocidio. Fue un testimonio dado por haber sido detenido inmediatamente después del golpe y alojado en el campo de concentración de las instalaciones del Liceo Militar General Espejo. Fue terminante en denunciar al general Enrique Gómez Saa y al coronel Dardo Migno, responsables directos y máximos de ese campo. Horacio Martínez baca tuvo participación, ya en su exilio en Estados Unidos, en incriminar al que fuera uno de los más sangrientos represores, el general “Pajarito” Suárez Mason, que fuera juzgado por genocida en aquel país. El hijo de don Alberto tuvo participación en su condición de víctima pero además como profesional en el campo del derecho, ya que es abogado.
No lo habíamos olvidado, pero esta presencia de Horacio Martínez Baca en tribunales, nos trajo a cuento su profunda inquina contra quienes somos autores del libro Mendoza Montonera, o sea, Hugo De Marinis y el que esto escribe. Se ha sentido tocado por algunos contenidos, que nunca supimos cuáles, por lo que intentó querellarnos, lo que finalmente no hizo. No leyó, o su inquina lo obnubiló, que no advirtió que prácticamente la totalidad de los contenidos del libro son un profundo, sincero y legítimo homenaje a su progenitor, tal como lo expresamos en el último párrafo de esa escritura: ...nos hemos honrado con el compañerismo y la amistad de muchos seres que tenían en la lucha cotidiana por un mundo mejor su razón de existir y ser humanos. Don Alberto fue uno de ellos, pero en lo político fue la más alta expresión ética en la provincia en los últimos tiempos. Todas las páginas precedentes, producto de la memoria de unos y otros, desde nosotros, los autores, modestamente pero con todo el respeto del mundo, las erigimos como un homenaje a su figura y a su militancia, más que política, impregnada de humanismo.
Al finalizar su testimonio, el Horacio dio muestras de mantener su inquina. En rueda de compañeros, uno de ellos le preguntó sobre Mendoza Montonera a lo que respondió:"es un panfleto".
La Quinta Pata, 16 – 11 – 10
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