Ramón Ábalo
Con cierto dinamismo continúan los juicios contra genocidas en el ámbito de la justicia Federal de Mendoza. La mayoría de los testimonios recibidos hasta el presente son coincidentes, en forma terminante, sobre la esencia represora hasta el grado de genocidio de quienes representaron a la dictadura militar del 76.
Lo que importa también, es que se va perfilando fuertemente la complicidad civil y fue mucho más que solamente eso.
Ese nivel civil del genocidio fue de un poder real, tras el poder político, devenido de los países centrales: Estados Unidos, como ejemplo del imperialismo, los países europeos y Japón. Fue en esos centros donde se planificó – se venía planificando desde decenas de años, siendo su antecedente inmediato la Trilateral de los 50 – el genocidio que abarcó las regiones mundiales donde asentaban los países de la periferia o el mundo del subdesarrollo. Sin entrar en un análisis de ese poder en tono mayor, nos detenemos en una simplificación a partir de ciertas expresiones de voceros diversos, de lo que manifestamos como patrones de los genocidas de todas las latitudes, sin exceptuar a los argentinos.
Veamos:
"En Argentina recibimos primero la influencia francesa y luego la norteamericana,
aplicando cada una por separado y luego juntas, tomando conceptos de ambas
hasta que llegó un momento en que predominó la norteamericana...Francia y EE
UU fueron los grandes difusores de la doctrina antisubversiva. Organizan Centros, particularmente EEUU para enseñar los principios antisubversivos. Enviaron ase-
sores, instructores. Difundieron una cantidad extraordinaria de bibliografía”. (General Camps, enero de 1981).
...me parece que lo que Ud. quiere decir es que investiguemos a las Fuerzas de
Seguridad y eso sí que no. En esta guerra hay vencedores y nosotros fuimos los
vencedores y tenga la plena seguridad que si en la Segunda Guerra Mundial
hubieran ganado las tropas del Reich, el juicio (contra los criminales de guerra de
Alemania) no se hubiera hecho en Nuremberg sino en Virginia". (General Viola, marzo de 1981).
"Nuestro objetivo primordial en Latinoamérica es ayudar donde sea necesario al
continuo desarrollo de las fuerzas militares y paramilitares capaces de
proporcionar, en unión con la policía y otras fuerzas de seguridad, la necesaria
seguridad interna". (Presidente Johnson, de EEUU, en 1965)
"Estamos alineados en la causa común de América (la yanqui, claro), defender
nuestro sistema de vida occidental y cristiano contra los embates del totalitarismo rojo". (General Onganía, setiembre 1965)
"Hay que partir de una concepción estratégica global, ya que la Argentina no es
más que un campo operacional en un enfrentamiento global, lo que la Unión
Soviética procura no es desestabilizar a la Argentina, sino a los EEUU, para lo cual
necesita gobiernos en la región para que los desestabilicen..." (General Camps, en febrero l983)
Concretamente, en lo militar, el servicio no es a la Patria, sino como aquel personaje de la famosa comedia del gran Molière: servidores de varios patrones.
La Quinta Pata, 06 – 02 – 11
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