Mary Ruiz de Zárate
Maco, importante y temible jefe, era también el más fiero entre todos los guerreros de las nueve tribus apaches. Sus dominios se extendían desde Arizona hasta muy al sur del territorio que forma hoy Nuevo México.
Uno de los hijos de Maco buscó mujer entre la tribu del gran jefe Juan José – los chiricahuas - que se hallaban asentados en Arizona perteneciente entonces a México. En 1829, le nacía un hijo al joven Maco. Su madre lo llamó Gokliya – el que bosteza – porque era un niño tranquilo, que dormía mucho.
A los dos años de edad el pequeño Gokliya, siguiendo la tradición apache, acompañaba a su padre en grandes caminatas por el desierto para comenzar el endurecimiento de sus tiernos músculos.
A los cinco años, Gokliya caminaba cinco o seis millas en el desierto y a los ocho años cobraba su primera pieza de caza.
Siendo un adolescente Gokliya, los cuatreros mexicanos, enemigos antiguos de los apaches, efectuaron una razzia sobre el principal poblado de la tribu del jefe Juan José. Perecieron muchos guerreros, entre ellos el joven Maco. El muchacho y su madre se salvaron de pura casualidad.
Alope
Cuando un joven alcanza la categoría de guerrero y es admitido en el consejo de la tribu, se encuentra en aptitud de contraer matrimonio y de levantar su propia wikiup – tienda de pieles.
El precio a pagar al padre de una muchacha apache oscilaba entre uno o dos caballos, según la hermosura de la elegida. En este caso, Alope, la mujer elegida por Gokliya, era la más bella de la tribu.
Decidido y audaz en todos los momentos de su vida, el luego terrible Gerónimo se dirigió a hablar con el viejo No-Po-So, padre de Alope, sin contar con el aval de guerrero de fama o prestigioso cazador, dada su juventud.
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