Guillermo Almeyra
México. El límite del proyecto del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que es un organismo de gran importancia política y social, se ve ya desde el nombre del mismo: busca en efecto la regeneración y no la transformación del México capitalista y dependiente, mediante una serie de reformas que revivirían un mítico México lindo y querido del pasado. Y todas las propuestas del proyecto, tanto las precisas como las que no lo son, se basan en la idea de que hay que construir un gran movimiento cívico organizado para imponer dichas reformas por la vía pacífica y electoral. Y no, por el contrario, de que hay que unir ese movimiento cívico con los movimientos sociales y darles a estos un objetivo político transformador radical ni de que hay que fomentar la auto organización de los trabajadores y de las víctimas del capitalismo, su autonomía, sus prácticas elementales de poder popular para cambiar la relación entre las fuerzas sociales y poder así vencer la resistencia de la oligarquía y del imperialismo, sea por la vía electoral, sea por otras vías como la de la resistencia civil masiva y organizada, si aquella resultase impracticable.
Aunque está creciendo y está mejor organizado que el respaldo que tenía Andrés Manuel López Obrador en 2006, cuando le robaron el triunfo, el Morena se apoya, aparentemente, en un caudal de esperanzas menor que el de hace cinco años. Eso no quita que sea la única oposición antioligárquica y antiimperialista presente en el panorama actual, ni que tenga el único proyecto digno de ese nombre (pese a sus defectos y carencias) ni que no cuente con un vasto apoyo social, sobre todo en el centrosur del país, y particularmente entre los más pobres y en un amplio sector de la intelectualidad. Por lo tanto, a quienes son además de antioligárquicos y antiimperialistas, anticapitalistas, socialistas, se les plantean solo dos opciones.
La primera consiste en apoyar al Morena, manteniendo su independencia política frente al mismo y agregando a las consignas nacionalistas-desarrollistas del movimiento las consignas anticapitalistas que permitan una transición de la lucha corporativa a la lucha política anticapitalista y de la lucha defensiva y nacionalista, al desarrollo de puntos de resistencia y poder populares que permitan encarar la construcción de una alternativa al capitalismo. La segunda, estéril, consiste en tomar como pretexto el carácter electoralista del Morena, su estructura vertical, el decisionismo de su dirección y el carácter limitado de sus propuestas para mantenerse al margen de este movimiento social vasto –que además es el único de envergadura en México– y, en vez de hacerle aportes críticos constructivos, buscar desprestigiarlo y debilitarlo ayudando así a la derecha, tal como sucedió en 2006 con la pésima posición política adoptada por los supuestos "apolíticos" abstencionistas.
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