domingo, 10 de abril de 2011

¿Quién “bota” a Cassia?

Marcos Meloni

Según el mismísimo Daniel Cassia (candidato a gobernador en Mendoza por el Peronismo Federal) es una cuestión de “interpretación”, es decir, una responsabilidad de aquellos ciudadanos que se topen con la siguiente leyenda en los carteles de su temprana campaña: “Derechos humanos para los mendocinos que cumplen con la ley”. Como si esto fuera poco, justifica su consigna diciendo que se trata de “una posición política”, como si no fuese humana antes que nada. Sin embargo, tal aseveración destila un mensaje que hace tiempo el Peronismo Federal está proponiendo: la intolerancia, la discriminación implícita y lo suficientemente explícita para el que sabe interpretar o tiene al menos dos dedos de frente.

Es interesante cómo el legislador mendocino se hace cargo de un discurso altamente peligroso, que en estos días fue denunciado en el INADI, dentro de un contexto social y político donde se brega por la igualdad de derechos, por un proyecto a largo plazo que excede el partidismo. No estamos hablando de beneficios políticos para algunos, estamos refiriéndonos a una de las cuestiones más serias para el desarrollo de una sociedad que incluye a todos sus individuos, respetando los distintos orígenes sociales como sus banderas, haciendo de la tolerancia solo un eufemismo frente a la verdadera aceptación y plena convivencia de las diferencias en todas sus variables.

Pero hay algo muy importante que debemos agradecerle al calvo y mefistofélico pre-candidato del Peronismo Federal; nos está dando uno de los ejes fundamentales que forman esta limitada visión de estar posicionado como una fuerza que tiene algo que decir en las próximas elecciones: no me voten aquellos que no cumplan con la ley sino serán excluidos, exiliados o excomulgados de la comunidad Cassia. Acaso un posible competidor en los comicios puede formular tan escandaloso y desafortunado y, a la vez mal intencionado mensaje como el que se leyó en tantos lugares del gran Mendoza en estos días. Sí. De manera evidente existe alguien que ha sabido reflejar el grado de exclusión, de intolerancia e incomprensión de una problemática que excede el hecho de sentirse amenazado por cierto sector social que solo merece el servicio militar o la cárcel cuando no el homicidio o la tortura, total una va de la mano de la otra.

¿Ahora quién saldrá a bancar tal línea programática, si es que se le puede decir así a tal mamarracho en plena democracia, si estamos hablando de cumplimientos y amenazas?

Río de Palabras 44, 10 – 04 – 11

La Quinta Pata

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